Los manuscritos de mi padre , novel original por D . Ramón de Campoamor Tomo I Madrid , Imprenta de F . Suárez Plazuela de Celenque , num 2 1842 A mi querida hermana Doña Rafaela Campoamor de Caballero . Voy a leerle unos manuscritos , que más desvelos costó a mi padre el sustraerlos a tu curiosidad , que el escribirlos . Sé que cometo una imprudencia satisfaciendo un femenil deseo que te acarreará muchos dolores ; pero contigo más quiero pecar de tolerante que de severo . Profanaré con el secreto la memoria de mi buen padre , más añadiré quilates a tu cariño : entre los respetos debidos a la memoria de un padre muerto , y el amor que se debe a un hermano vivo , si están en contradicción , más quiero cumplir con este último : el postrer vale que un moribundo exhala al borde del sepulcro , es la extinción de todo pacto contraído con la humanidad ; al centro de las almas , no llegan más que las oraciones divinas ; el homenaje profano , no traspone más que algunas capas de aire . Una sola consideración me arredra en mi propósito y es el temor de atormentar tu alma ; en tal caso , tu deseo sera el límite hasta donde debas apurar la copa de la amargura . Temo , sin embargo , que la has de apurar hasta el fondo , porque el dolor se encarna con mucha afinidad en las almas vírgenes todavía . Joven como tú , he leído muchas veces estos manuscritos , y aun no me he perdonado la indiscreción de haberlos tocado la primera . Tal vez seas tú más indulgente para mí , que yo conmigo mismo ; pero no por eso dejarás de lamentar mi docilidad , aunque sera muy tarde . Un libro en donde con desnudez se describe el corazón humano , es un talismán que debemos arrojar al fuego ; es un doloroso compendio , donde los viejos ven reproducidas sus pasadas amarguras ; es la teoría aplicada a los dolores que prácticamente experimentan los adultos ; y es por último una infernal lumbrera que muestra a los niños lo más espinoso de la senda de la vida . Estos fatales guías para nada sirven , como no sea para conducirnos a un precipicio : pueden muchas veces acarrear el escarmiento , pero como de esas sirven de ejemplo . Antes de sepultar mis ilusiones en estos manuscritos , creía ingenuamente en la felicidad completa ; hoy gracias a su lectura , no se forja en mi mente un ensueño de ventura , que no sea la causa de que me compadezca como de un loco . Sin saber lo que son desdichas , he aprendido a ser desdichado , y no ignoro por lo menos que los placeres de la vida son el interregno que media entre desgracia y desgracia . Sobre poco más o menos tales fueron mis palabras la primera vez que te leí estos manuscritos . Ahora que pienso publicarlos , pongo tu nombre al frente ; en primer lugar por cumplir con deberes de los cuales solo a ti debo satisfacción ; y en segundo , porque necesito hacerte algunas advertencias , con tanto más motivo , cuanto que siempre que me dirijo a ti , hablo indirectamente con mis lectores . Verás , no sin extrañeza , que he desconcertado donde me ha parecido la progresión y el orden que guardó el autor en la relación de su historia , y hasta despojándome a veces del respeto debido , he cercenado cuanto me pareció superfluo , y llenado huecos con la misma osadía que si dispusiese de un trabajo propio . Por eso prescindiendo del título que lleva la obra , no puedo negar que he tenido parte en ella ; y acaso mis variantes habrán producido sus numerosos defectos . Aun suponiendo que la obra sea toda mía , nada tengo que añadir con respecto a las tendencias más o menos circunspectas que se la puedan atribuir . Me descarto desde ahora de cuanta responsabilidad moral pueda recaer sobre mí por haberla escrito , pues yo ni siquiera el honor de la invención merezco . Por un lado solo soy acreedor al fácil honor de un mero escribiente , y por otro al de un recopilador que no ha hecho más que reducir a drama algunas escenas de la sociedad de su tiempo . Muchas las he suprimido por sobrado escandalosas , y otros lo eran tanto que ni el haberlas presenciado pudo darme jamás valor para estamparlas . El que a pesar de lo expuesto todavía crea apócrifas parte de las acciones de que se compone este escrito , achacándome algún designio siniestro , aguarde hasta hablar conmigo para condenarme : tengo seguridad de presentarle un ejemplo vivo de cuanto en mi libro le repugne , y de reconciliarme con quien tan hosco se muestre a la relajación del siglo . Yo también he gemido muchas veces al juzgarme redactor de tan ominosa crónica ; pero al resignarme a escribirla , he tenido que ser un fiel copiante de lo que se me ha dictado . Hacer otra cosa , sería escribir lo que me diese la gana , exponiéndome a que pocos me entendiesen por hablarles de lo que estaban muy lejos de conocer . Respondo por consiguiente de la autenticidad de los pasajes más notables de esta obra , unos por haberlos yo mismo presenciado , y otros por habérmelos suministrado la tradición oral contemporánea . He visto el estado social de mi tiempo , y después de haber leído todos los autores que se han propuesto diseñar nuestros anales modernos , creo que a ninguno se le puede tachar de exagerado en la personificación del vicio . No me entretendré ahora en explicar la razón de esto , pero bueno es que se diga aquí de paso , lo que tal vez podrá convenir a mi propósito . Hechas estas salvedades , solo me resta , hermana mía , implorar tu perdón por haber desnaturalizado los manuscritos del que nos dejó en la orfandad en los primeros años de nuestra vida . Esta profanación me da derecho a decir que la obra es mía : y esta propiedad , pretexto para estampar al frente de este prólogo , el nombre querido de lo que más amo en el mundo . Cerca del distrito de Líenes existe un palacio que desde hace algunos años pertenece a una de las más ilustres familias del principado de Asturias . Era una noche de invierno del año de mil ochocientos trece , en que solo la débil respiración de alguno que al parecer dormía , contrastaba con el hondo silencio que reinaba en una de las más ocultas habitaciones de aquel monstruo arquitectónico . Un misterioso susurro que por veces se atenuaba , según lo desigual y entrecortado , más parecía signo de expiación que de reposo . Ni un fugaz destello de la luna templaba el horror de las espesas sombras , ni una ráfaga imprevista sacudía la languidez de los dormidos ecos . A poco tiempo se oyó el ruido de una puerta que se abría , y el hondo silencio fue interrumpido por el desacorde compás de unos pies que se arrastraban con cautela . — ¿ Eres tú ? dijo una voz con la lánguida ternura que solo puede ser emanación del sentimiento más puro . Los contenidos pies cesaron de rozar la alfombra , y el cariñoso acento quedó sofocado entre la inercia del aire que ahogaba aquel recinto . Volvió a reinar por un instante el primitivo silencio , hasta que le turbó de nuevo el estertor de uno de esos ayes que sobrecogen de espanto , y que parece lanzar un cuerpo a quien le arrancan el alma . Después de algunos momentos se oyeron los mismos pasos , y por segunda vez sonó la misma puerta . Quedó la estancia sumergida en el más profundo caos . Era un pedazo de naturaleza muerta , a quien solo faltaba un rayo de luz o un eco para animarse . Pasaron otros instantes , y un segundo personaje hizo resonar sus pasos tan cautelosos como los del primero . — ¿ Margarita ? Un ligero hervor producido por la agitación del aire , fue la única respuesta dada a tan misteriosa pregunta . — ¿ Margarita ? volvió a prorrumpir de nuevo , y encaminándose hacia el sitio en que debiera estar el objeto a quien buscaba , sintió deslizarse su mano a lo largo de unos cabellos tan suaves como la seda . — Está dormida , dijo después acariciando su frente ; y sellando en ella un imperceptible beso , creyó tocar con sus labios la superficie de un mármol . Impelido por una idea súbita , estrechó entre las suyas una de sus manos , y soltándola de pronto , como si fuese un témpano de hielo , cayó a sepultarse entre los pliegues de una falda . De pronto llevó la mano a su pecho por ver si percibía los latidos de su corazón , y tropezando con un cuerpo duro , asió de él con fuerza sintiendo al punto su rostro humedecido , como si de aquel seno que tanto amaba saltase la sangre a borbotones . — ¡ Asesinos ! asesinos ! ! empezó a gritar , destrozando los muebles con el puñal que acababa de desenterrar del pecho de Margarita . Se abalanzó espantado hacia la puerta , creyéndose perseguido por una cuadrilla de malhechores . Una fuerza superior le sujetaba por fuera . Tornó la cara al peligro en un acceso de rabia , y blandiendo el puñal por todas partes , dio consigo en tierra en una de sus agitaciones violentas , y chocando con la frente en el enorme sitial en que yacía Margarita , se dejó caer sin sentido , espirando en sus labios el grito de ¡ asesinos ! Cuando volvió en sí , se encontró en una cárcel pública acusado de un horroroso homicidio . He aquí ya un asesinato premeditado , que es el mayor de todos los crímenes . No solo no se contentó el agresor con privar de la existencia a la pobre Margarita , sino que hizo recaer su culpa sobre una cabeza inocente . El instinto de nuestra propia conservación , es el más poderoso de cuantos se desarrollan en el corazón humano . La prenda más cara para nosotros , es nuestra existencia misma , siempre que las preocupaciones o las costumbres no extienden su tiránico influjo hasta el extremo de suplantar sentimientos convencionales y quiméricos , a los que directamente emanan de la naturaleza , como son honor y delicadeza , títeres imaginarios que no solo inquietan a los orates , sino que marean a los hombres de sano juicio . Cuando un criminal pospone el don más precioso que ha recibido de la mano de Dios a sus inicuos proyectos , exponiéndose abiertamente a un castigo ejemplar y cierto , casi no sentiría que se le aplicase toda la clemencia que buenamente pudiese resultar de la elasticidad de las leyes , porque la franca abnegación de su vida , tiene un no sé qué de grande y de terrible , que llena de un pasmoso asombro a todos aquellos que desde lejos lo contemplan . Pero el bastardo que asesina a una mujer en una habitación oscura , y que dando lugar a que entre otro , le encierra con el cuerpo del delito para que recaiga sobre él el castigo de tan abominable crimen , es un monstruo que poniendo en juego el cúmulo de villanos sentimientos que caracterizan las almas corvas , embota la imaginación del juez que debe sentenciar su causa , pues perdida en adivinar tormentos , en vano encuentra al paso los más horribles martirios . Es tal sin embargo la inconstancia de las acciones en que interviene el corazón humano , que tal vez el lector compadecido derrame pronto una lágrima sobre la tumba del asesino de Margarita . Después de algunos años , aun reinaba la consternación en el mismo sitio en que acaeció la catástrofe que hemos mencionado . El esposo de Margarita perdió el juicio al poco tiempo de haber perdido a su esposa , y la opulenta casa de los Señores de Mora estaba regida únicamente por un primogénito de diez y nueve años . Julio estudiaba derecho en la Universidad de Oviedo , cuando por la demencia de su padre tuvo que abandonar su carrera , para consagrarse exclusivamente a desempeñar el difícil cargo de cabeza de familia . Es verdad que el manejo interior de la casa lo había encomendado a una persona más apta para ello , y que el lector conocerá más adelante . Una tarde en el jardín del palacio tenía Julio entablado con ella el diálogo siguiente : el doctorcillo no se explicaba mal para amar por la vez primera . — Sí , María ; hay una época en la vida tan fecunda en sensaciones , que cuando el corazón no halla una imagen real de quien prendarse , sueña con mil fantasmas de deleite cuyas sensuales formas se complace en profanar el estímulo de los sentidos . ¿ Tú no has amado nunca ? — Demasiado , querido Julio . — Cuéntamelo por tu vida . — Pues apártate a este lado , no nos encuentre tu hermana . En efecto , la peregrina Emilia vagaba por el jardín con aquella volubilidad que es peculiar de los primeros años . Extraña aun al lenguaje de las flores , se complacía en escoger los matices que más afectan el órgano de la vista , ajena del encanto que las medias tintas derraman sobre las almas que han empezado a relajar los deliquios de las pasiones . — Dicen que la frescura de un jardín es un aliciente eficaz de los sentimientos tiernos . Estas ramas que se inclinan parece que forman un pabellón consagrado a los amorosos hurtos . En este momento diera la mitad de la existencia porque fuésemos amantes . ¿ No es verdad que debiéramos amarnos ? — ¿ Y qué amor puede igualar al nuestro , querido Julio ? Compañera inseparable de tu desgraciada madre , he contraído con vosotros vínculos que no es posible romper sin profanar su memoria : con la tierna solicitud con que pudiera ella misma , he proveído todas las necesidades de vuestra infancia , y tal vez sin aptitud para ello , me he constituido en la directora de vuestra juventud , fiada más bien en las amargas lecciones de la experiencia , que en los sanos principios de una esmerada educación . ¿ No es cierto que si no me amaras serías un ingrato ? — ¿ Y si te amase más de lo que tú quisieras ? Lanzó Julio a María una de esas miradas , que son el anuncio de las primeras emociones de un corazón de fuego , y arrebatado con el incentivo de sus ojos , prosiguió : Hace algún tiempo que me desvelan inquietudes cuya causa desconozco . Un sentimiento indeterminado me llena de una melancolía tan vaga como el presentimiento de una calamidad . Nunca como ahora he encontrado mis ojos tan predispuestos al llanto ; y aunque a veces he creído que lo consagraba involuntariamente a la memoria de mi madre , jamás su recuerdo pudo arrancarme lágrimas tan amargas . Ya he desdeñado por fútiles los inocentes juegos , que hace pocos meses me parecía que habían de ser el amor de toda mi vida : no hay cosa que me distraiga , ni objeto que me entretenga : me hallo con la suficiente inquietud para repasarlo todo , pero sin atención para fijarme en nada . No hace mucho tiempo que para darme un beso tenías que atarme , y hoy que la unción de tu boca es mi felicidad suprema , jamás unes tus labios con los míos por remisión o por malicia . — ¡ Desgraciada ! murmuro María dejando caer el rostro entre las manos . — Lo único que no me perdonaría nunca , sería el causar tu desgracia . Aunque me ves hostigado por las quimeras de un loco , no lo estoy tanto , María , que trate de romper el ídolo que adoro . Si en mis ensueños fue tu hermosura el pasto de mis gustos , jamás en tu presencia brotó de mi corazón un sentimiento impuro . Nada te pido , María , y sin embargo deseo tanto ! ... — ¡ Pobre Julio ! — El amor fraternal y la amistad , si no han muerto en mi corazón , parece que están dormidos : mil veces los he invocado para ahogar de consuno el hondo sentimiento que me domina , y no he encontrado en mi pecho más que el recuerdo de haberlos poseído . ¡ Dulces afectos cuya pérdida no hay lágrimas que basten para llorarla ! — Solo el placer de recobrarlos puede ser comparado al dolor de haberlos perdido : es su origen tan noble , sin embargo , que aunque al parecer se ofuscan , nunca nos abandonan : cuando el amoroso incendio reduzca tu corazón a pavesas , verás como de entre sus cenizas se levantan tan puros como al principio : hace muchos años que sus consuelos son el único bálsamo de mi llagado corazón . — ¿ Tu también padeces , María ? será falso que has amado , porque el amor debe ser el trasunto de los placeres del cielo . — Cuando no lo es de los tormentos del infierno . Sabrosos son los frutos del amor , pero acerbos sus dejos . Tú suspiras por unos placeres venideros ; y yo lloro los ya pasados . Sofoca el germen de una pasión que seca el manantial de las ilusiones . ¡ Oh Julio mio , no te enamores nunca ! — Ya es tarde María . — ¿ Y si el objeto que adoras no te pudiese ofrecer más que un corazón llagado ? — Hondas son las llagas que despedazan el mio . — Las dulces primicias de un amor tan puro no deben ser el premio de un pecho ya estragado por los deleites . — No despiertes de intento memorias que me atormentan : cuando imagino que puedes suspirar por otro , siento un despecho que me impele a odiarte . — Ódiame , querido Julio , y si el amor que te profeso puede hacerme acreedora a que no me recompenses con odio , ámame como a una madre , para que con tu cariño se renueve con frecuencia la memoria de mi desgraciado hijo . — Siempre con tu hijo , y jamás me has querido contar los pormenores de su muerte . — No he tenido valor para afligirte con una historia horrorosa . La presencia de Emilia los vino a interrumpir en su amoroso coloquio . Ligera como una sílfide , corrió a entregar a su hermano un ramillete de flores , y quedó no poco sorprendida al ver que al distraído Julio se le olvidó recompensar la peregrina dádiva siquiera con un beso , que era lo menos que ella se prometía . Julio , abismado en un cúmulo de reflexiones , empezó a deshojar una por una las concertadas flores , y la pobre Emilia las iba recogiendo hoja por hoja , admirada de que hubiese valor para desbaratar un ramillete tan lindo . — Esta noche , dijo Julio acercándose a María , subiré a tu habitación para que me cuentes la historia de tu hijo . — Te espero contestó esta , y se alejaron por una calle de árboles . Ya tenemos a nuestro héroe colocado en una situación en que el hombre palpa la felicidad , si es cierto que la hay en la tierra . Un joven entregado a la efusión de sus primeros amores , toca de cerca la dicha , única edad en que puede gozarla , por ser la única tal vez en que le falta la razón para poder apreciarla . Sin porvenir y sin pasado , vive con lo presente . El curso de sus primeros años deja en su memoria un vacío , imagen de la nada , porque exento aun de pasiones , le falta la conciencia de sus pasados instantes , hasta que acredita su existencia el estrago de los sentidos : el porvenir es un caos para quien nada recuerda . Sus primeros afectos son la crisis más insignificante , al par que la más terrible , pues deciden para siempre de la aptitud de su corazón . Mas bien por la flaqueza de su corazón que por el instinto de una naturaleza sensual , agota la energía de su alma embelesado en ataviar un ídolo que llene el vacío de su pecho , cuyo culto así enflaquece su espíritu , como acrecienta el ardor de sus sentidos . Las formas del ser que adora , son el precioso depósito de galas con que embellece sus ídolos fantásticos : sus largos cabellos , la peregrina guirnalda que mejor sienta en sus sienes ; y si acaricia su talle , o coge las primicias que el amor lo brinda en sus labios , su boca y su cintura son el blanco de otras tantas profanaciones . Al principio el amor nace de un deseo innato en todos los corazones . Entonces martirizada el alma por los ardores de la sangre , busca un ara querida donde consagrar sus fuegos ; y una vez hallada , trata de profanar la imagen que colocó en el sagrario ; cuando esta repele sus holocaustos , la rebeldía del espíritu entra en lucha consigo mismo , de cuyo empeño suele quedar mal herido para siempre . Si una vez la pasión se ha iniciado con la llama de un amor que todo lo consume , hasta el placer que entrevimos es borrascoso : avezada nuestra alma a la habitual energía con que la embaten las pasiones , rechazamos el amor apacible , sino se nos presenta con más fuego y menos compostura : el tornar al común sosiego , a la calma normal de los seres , es fatal para cuantos hemos gustado de placeres tan tormentosos . Cansado el corazón de batallar con deseos , plega entonces las alas , y se adormece sin ellos . Si el amor ha sido satisfecho , pronto el hastío retaja los sentidos ; si hay lágrimas en nuestros ojos , las consagramos a lo pasado ; y sin la dicha presente , ni la esperanza para el porvenir , desfallece el alma sobre las ruinas del cuerpo , y en tal estado apetecemos la muerte . Bien lo daba a entender María cuando gritaba a su amante : ¡ Oh Julio mio , no te enamores nunca ! Unas horas después ya estaban Julio y María departiendo en el aposento de esta última . Sentada en un taburete , se apoyaba tristemente en un costado de su lecho , cuya actitud contemplaba Julio colocado en situación inversa . Abel dormía postrado a los pies de su señora ; Abel era un perro que jamás se apartaba de su lado . — ¿ Parece que estás muy triste ? — Lo que estoy es enojada . Esta tarde me has hecho padecer muchísimo . — Si ; te enojo porque te amo ... — Me enojas porque no me amas como debieras . Ya que mi edad no te impusiese respeto , podías al menos no olvidar que te he servido de madre . — El amor que te profeso ... — Te hizo cometer una locura que te perdono , si me prometes la enmienda . — Si , si , yo te lo juro . En este momento llegó su boca María a la mejilla de Julio , neutralizando un movimiento que este hizo para recibirla en sus labios . — Cuéntame pues la historia de tu hijo . — Escúchala , y compadéceme . « Nací de unos honrados artesanos , arrendatarios de tus padres , que no contaban para su subsistencia más que con el producto de sus labranzas . Un hermano de mi madre compadecido del estado a que la suerte nos tenía reducidos , consintió en llevarme consigo a la Corte , donde se había adquirido un considerable caudal , pues desempeñaba su oficio con singular maestría . A los diez años de mi edad , ya despachaba yo sola en la tienda de mi tío , a quien llamaban el Montañés , y sabía a maravilla dar un confite de menos cuando el comprador no reparaba en la cuenta . Con toda la dulzura instintiva en nuestro sexo , cautivaba la voluntad de nuestros parroquianos , por lo que mi tío empezó a profesarme un entrañable cariño . A poco tiempo fue nuestra tienda la más frecuentada de la población , y aumentándose cada vez más el capital , era yo agasajada con regalillos que invertía en acicalar mi talle , pues me tenían henchida de vanidad , diciéndome que era linda . » — Preciso , exclamó Julio . María continuó : « Viendo el aumento de los intereses del Montañés , un compañero suyo le hizo un día la propuesta de unir mi mano a la de su hijo . Halagado con tan ventajoso partido , creyó mi tío de necesidad perfeccionar mi educación , que según él decía merecía la de una reina , introduciéndome en un colegio el tiempo que pudiese faltar para que se efectuase mi matrimonio , aunque esto perjudicase vivamente a sus intereses , que al fin y al cabo habían de ser míos , pues no teniendo inmediato sucesor , quería que sus bienes pasasen a un heredero que le diese honra . Mi prometido Antonio iba todos los domingos a visitarme al colegio , de tal modo que llegaron a cansarme sus visitas , porque careciendo en sus modales de las monerías características de los hombres de buen tono , daba margen a que mis compañeras le dirigiesen agudos epigramas , que si bien se embotaban en la apacible índole de su bondadoso carácter , herían de rechazo mi amor propio , harto viciado ya con el pernicioso ejemplo de semejantes retrecheruelas . Era tal sin embargo el amor que me profesaba , que llegué a quererle bastante , tolerando que se le llamase a mis espaldas , de modo que yo lo oyese , el novio de la confitera . Tu madre y yo éramos a la sazón el blanco de los envidiosos tiros de todas nuestras amigas , sin duda por ser las únicas que teníamos amantes ; y tanto más se estrechaban los vínculos de nuestra amistad , cuanto éramos más calumniadas por ellas . Un día que tu padre fue a ver a mi querida Margarita , llegó acompañado de un militar amigo suyo , cuyo incidente decidió para siempre de la suerte de toda mi vida . En cualquier otra circunstancia , Ricardo tal vez me hubiera parecido un hombre común ; mas la agradable impresión que su presencia hizo en el ánimo de mis cáusticas amigas , fue el motivo principal de que me dejase prendada . Revelé mi afecto a Margarita encomendándola el secreto , pero sin duda la amistad , previniendo mis deseos , hizo que en adelante no volviese tu padre sino acompañado de Ricardo . Aun parece que tengo gravados en mi corazón los primeros requiebros que salieron de su boca . Seis meses se pasaron sin que el desgraciado Antonio pudiese obtener una entrevista conmigo , por cuya ingratitud recibí amargas quejas de mi tío , si bien me complacía en soportar las acusaciones que fuesen efecto de mi insensato cariño . Poco tiempo después , tus padres iban a unirse para siempre . Me había prometido tu madre sacarme licencia para que asistiese a sus bodas ¡ y ojala nunca la hubiera conseguido ! La esencia de los licores fermentados que se escanciaron en la mesa , empezó por embriagarme . Cuantos preparativos veía encaminados a proporcionar a los nuevos esposos la felicidad que apetecían , me representaban imágenes de deleite que trastornaban mi juicio . Las miradas de Ricardo de tal manera se insinuaban en mi corazón , que aun hoy solo su recuerdo hace hervir mi sangre , exaltando mi imaginación hasta rayar en delirio . En el baile sobre todo llegaron mis sensaciones al colmo del entusiasmo : si me miraba , faltaba la luz a mis ojos ; y si con su brazo rodeaba mi cintura , embargaba mis miembros un blando decaimiento , de tal modo que una vez tuvo que salirme a un balcón , temerosa de que me asaltase un desmayo , y en donde con las auras de la noche creía mitigar en parte el ardor que abrasaba mis potencias . Ricardo salió conmigo , y allí me repitió que me amaba , jurándolo mil veces por los astros , cuya fantástica luz idealizaba más las imágenes de placer que tendían a mi perdición . » Cesó un momento María para enjugar sus lágrimas . Luego prosiguió su historia , aunque omitiendo alguna circunstancia necesaria para comprender su íntima conexión . Esta falta , a pesar de todo la suple fácilmente la malicia , haciendo los comentarios a que da lugar una escena , en la cual no hay más testigos que dos amantes y Dios . « Tus padres salieron de la Corte , y yo me volví al colegio a llorar mi desdicha y la ausencia de mi única amiga . No se tardó mucho en murmurar entre mis compañeras de las frecuentes indisposiciones de la confitera . La directora del colegio , tal vez por una remota duda , se dio prisa a expulsarme de su establecimiento , porque no recayese sobre él el borron de semejante escándalo . Hacia tiempo que Ricardo había tenido que marchar a Sevilla con su regimiento , y no me quedó otro medio que volverme a casa de mi desgraciado tío , a quien aseguré que mi educación estaba perfeccionada . Mi situación era apuradísima , y buscando un arbitrio para zafarme de él , creí lo más fácil embaucar a un médico haciéndole creer dolencias que no existían , hasta que desesperado por último de la excelencia de sus remedios , que yo no tomaba , aconsejó a mi tío que me hiciese mudar de aires ; disposición oportuna que así ponía a cubierto mi flaqueza como su ignorancia . El buen Montañés que por su parte solo deseaba el bien de su sobrina , se apresuro a preparar mi viaje , consolándome con que para la vuelta , que sería pronto , ya tendría hechos todos los preparativos de mi boda . Quiso Antonio acompañarme , pero afecté darle una prueba de cariño rehusando su generosa oferta , haciéndole ver que deseaba más su comodidad que la mía ; y de este modo vine a ocultar mi vergüenza al seno de mi familia . » « Margarita y yo hicimos creer a mi madre que mi hijo era el fruto de una unión legítima , lo que la pobre abuela repetía a sus vecinas como artículo de fe , sin pasársele jamás por la imaginación el ponerlo siquiera en duda . » « Los muchos desvelos que acarrea la maternidad , quebrantaron en extremo la salud de mi amada Margarita , por lo que se vio precisada a enviarme a Villapedre al hijo de sus entrañas , como a la única persona , según decía ella , capaz de hacerle no echar de menos el pecho de la que le había dado el ser . Tus padres por entonces efectuaron un viaje que tenían proyectado , y yo con tanto más placer quedé encargada de un cuidado que me hacía dos veces madre , cuanto que había recibido de la naturaleza dotes marcadas de una constitución robusta , y podía desempeñar el cargo con sobrado gusto mio y satisfacción de mi mejor amiga . Mi madre sobretodo no cabía en sí misma de contento ; y este particularmente llegaba a su colmo , cuando las gentes tenían por mio al hijo de Margarita , o al contrario , pareciéndole la mayor de las altezas el que su nieto se equivocase con el hijo de un gran Señor . En esto cifraba su mayor ventura , de tal modo , que nunca salia de casa como no fuese con los dos en brazos . Una de las aldeas inmediatas a Villapedre era adonde más frecuentemente dirigía sus paseos , y un día al llegar a la ermita de S . Pedro de vuelta para su casa , tuvo que refugiarse en ella para preservará los inocentes de la mucha nieve que caía . Empezó a faltar la luz , y porque la noche no la sorprendiese en medio del camino , siguió arrostrando los peligros de la tormenta , y exponiendo a los rigores de la intemperie los delicados miembros de aquellas tiernas criaturas . No bien estuvo un poco lejos de la ermita , cuando sintió pasos detrás de sí ; volvió de repente la cabeza , y viendo dos lobos que la seguían de cerca , dio a correr la infeliz con la presteza que sus años y el peso que llevaba le permitían , exhalando gritos de espanto , hasta que el exceso del miedo se los ahogó en la garganta . Corría estrechando contra el pecho la preciosa carga que la abrumaba , sofocando los caros objetos a quienes con ahínco trataba de salvar la vida . Cuanto más aceleraba el paso , más cerca sentía el resuello de fieras ; y creyendo una vez que hozaban sus ropas enredadas al paso por las zarzas , dio un violento arranque , a cuyo impulso desconcertado , solo se halló con un niño entro los brazos . Quiso acortar el paso por volver a recoger el otro , cuando al tornar los ojos vio que ya los lobos se repartían la presa . Entonces siguió corriendo impelida en medio de su frenesí por una potencia irresistible , sin hallar en su voluntad bastante fuerza para detenerse . El exceso del sentimiento entumeció sus sentidos , y así es que sin ver que había perdido la senda , no sintió los abrojos que destrozaban sus plantas , ni oyó los lamentos de la criatura devorada . Salvando sin tino arroyos y vallados , perdió la conciencia del ser de quien aun le restaba salvar la vida , y abandonando los brazos fatigados , le dejó caer , sin poderse dar razón de tan bárbaro descuido . Al chocar contra el suelo la frente de la infeliz criatura , quedaron sus pies asidos al revuelto delantal en que la pobre abuela los llevaba prolijamente arrebujados , y siguió arrastrando la desenfrenada carrera , hasta que encalladas sus sienes en la quiebra de unas rocas , quedó entre ellas herido mortalmente . » « Un viajero , que acertó a pasar por el pueblo , se informo de quién era un niño casi moribundo que había encontrado en el camino . Este niño eras tú , y el que devoraron los lobos el hijo de mis entrañas . El mismo viajero preguntó también quién era una loca que la había visto de corrida arrojarse en el torrente de Barayo . » Dando rienda al hondo sentimiento que la causaba tan infausta memoria , rodeó María con sus brazos el cuello de Julio , llenando su rostro de lágrimas y besos . Preocupado Julio con tan espantoso cuadro , se dejaba halagar sin apercibirse de ello , y aprovechándose María de tan profundo éxtasis , redoblaba sus caricias con el mismo afán que si fuera una madre , cuyo hijo acabase de arrancar de los brazos de la muerte . Miradas puras , tiernas lágrimas y ósculos vagos , consagraban tan solo en aquel instante el recuerdo de una catástrofe en que los dos se hallaban instintamente interesados . Pronto recobró su imperio el amor de Julio ; despertado por el aliciente de tales muestras de cariño , y encendido por un fuego más abrasador que nunca , correspondió al efecto de María , con acciones y ademanes más o menos delicados , pero siempre entusiastas y llenos siempre de la efusión de un alma enajenada . Mucho se complacía esta en ser amada de Julio , pero exigió de él ese amor puro que debiera profesarla quien allegado a sus pechos , se había alimentado con la sangre de sus venas . Otras razones sin duda tendría la nodriza para mostrar tanto desvelo en no despojarse nunca de su carácter de madre , pues consiguiente en su propósito , empezó a escatimar sus halagos a medida que Julio los iba multiplicando por instantes . Ya llegó un punto en que se mostró pasiva a las ardientes manifestaciones de su apasionado amante , y por último acabó por repelerlas , aunque con blandura . La tierna escaramuza que precede a las luchas del amor , es más contenciosa cuanto más desigual , y así es que la resistencia que se opone por una parte , no hace más que aumentar las agresiones de la otra ; y por eso ganó él en desasosiego , lo que olla recobró en calma . En semejantes casos , ya gozando el triunfo de un favor arrebatado , ya renovando el desdén de una repulsa desgraciada , se enciende más y más tan suave lucha de afectos , estableciéndose una alternativa de triunfos y de derrotas . Débil por sí , o la virtud se rehace y triunfa ante el aspecto del vicio , o se amilana y sucumbe . Así María que desaprovechó en un principio los únicos momentos en que pudiera salir victoriosa , no halló fuerzas en sí con que poder contrarrestar el vigor de su enemigo y empezó a temer la traición que su corazón y sus sentidos iban haciendo lentamente a su virtud . En el calor de la refriega se vio exenta de energía , siendo al parecer su espíritu el único que se hallaba apto para oponer resistencia , hasta que al brusco sacudimiento de un amor desenfrenado , vio disiparse la última esperanza de un pretendido triunfo . — ¡ Abel ! gritó entonces con el postrer aliento que da la desesperación . El indolente alano , que hasta entonces había reposado tranquilo a los pies de su Señora , al oír el grito de esta en que le demandaba auxilio , por un instinto tan común en los animales de su raza , asió a Julio por la espalda , sacudiéndolo con rabia ; y al mismo tiempo en que el amante envanecido con el éxito de su esfuerzo ya iba a coronar el ansia de su torpe arrobamiento , se vio arrastrado miserablemente a pesar de sus gritos y esfuerzos desesperados . Cuando fue dueño de ponerse en pie , instantáneamente se echó fuera de la habitación , y al ver al perro volverse pacíficamente , y a María concertar velos que nunca debieran ser descorridos , tornó los ojos con vergüenza , y se alejó ocultando el rostro entre las manos . No estaría aquí demás esplanar los motivos que obligaban a María a desdeñar a su amante . Ya habrá adivinado el lector que la historia que contó a Julio no era del todo cierta , y que en la pequeña variación delos sucesos , consiste todo el secreto . En la interrumpida narración que afea estos manuscritos , hay supresiones importantes , que hasta después de su total lectura embarazan demasiado la inteligencia del testo . Afortunadamente el secreto de la nodriza se acaba de poner en claro más adelante , pero no sucede lo mismo con accidentes necesarios , aunque menos indispensables . La suerte del buen tío de María hasta el fin de su vida , se deduce , aunque no se ralata explícitamente , en el curso de la obra . Cansado da amonestar a María por medio de cartas para que se llevase a efecto su proyectado enlace con Antonio , determinó hacer testamento en el que la dejaba por heredera , siempre que en un término dado se casase con el que la estaba prometido ; y que de lo contrario , trascurrido el plazo prescrito , le dejaba a Antonio dueño absoluto de sus bienes , tratando de este modo de resarcir con dinero el empeño que había contraído prometiéndole la mano de su sobrina . Sabedora María de esta última resolución , ni por eso se dio prisa a cumplir la palabra de su tío , permaneciendo indiferente al lado de Margarita . Antes de espirarel plazo , murió desgraciadamente el honrado Montañés , sin que cerrasen sus párpados más que las manos del cariñoso y desdeñado Antonio . Este al participar la infausta nueva a María ponía a su disposición la cuantiosa herencia de su amigo , sin hacer mención siquiera de la cláusula del testamento en que le declaraba con derecho a los bienes , siempre que ella se negase a darle su mano . Todo lo que en seguida hace relación a los amores de Antonio con María , está íntimamente ligado con el cuerpo de la historia , por lo que se dirá de paso , sin mencionar su fin , que constantemente enamorado de ella sufrió muchos tormentos y desengaños . Nacido en una baja esfera , no habían estragado su corazón los ayos y los preceptores formando un hombre para el mundo , y así es que lo conservaba puro . Primero quiso a María porque se lo mandó su padre , luego la amó por inclinación , y más adelante la adoró como a la dulce compañera que estaba destinada a hacerla felicidad de su vida ; y de este modo lo que al principio fue una inclinación , llegó a ser la primera necesidad de su existencia . Sin seguir más máximas que los impulsos de su corazón , fundo el complemento de su dicha en la posesión de María , y así es que en medio de los goces que le proporcionaba una fortuna independiente , siempre halló un vacío en su alma que trató de llenar con estoica resignación a costa de muchos años de sacrificios . Ignoraba que cuando en el mundo nos falta algo para ser dichosos , es menester resignarse a ser desgraciados , para no serlo más todavía . Luchó con la fortuna y quedó vencido . Nunca el poder humano ha sido bastante fuerte para hacerse árbitro de las contingencias del destino : el quererlo regir abiertamente es inmolarse a sí mismo . Solo he envidiado en el mundo el arte maravilloso de darla espalda a la suerte , para burlarse de ella . Los que por su bien practican esta ciencia fijan los ojos en el punto de su deseo , y se dejan arrastrar sin resistencia por las oleadas que los separan , seguros de que tarde o temprano vendrán otras que los acerquen . La perfección de este juego solo consiste en calcular a punto fijo , en qué parte se han de encontrar a tantos grados del flujo o reflujo de la marea : si libran como desean , se han ahorrado el trabajo de vencer obstáculos : sino alcanzan lo que quieren , siempre les queda la esperanza de alcanzarlo más tarde , y la inmensa satisfacción de no haber expuesto su calma . Por ventura tal socarronería solo sienta bien a los que no tienen más que cabeza , pero el pobre Antonio solo tenía corazón : por eso hizo frente a los vaivenes de la fortuna , y pereció en la demanda . Hacia algunos días que ya había pasado la amorosa contienda entre Julio y María , y aquel vagaba distraído como si lo abrumase algún nuevo cuidado , pues tal es el efecto del primer desengaño para quien tiene el alma llena de ilusiones . Hecho cabeza de familia desde la infausta muerte de su madre , tal vez atendió con una solicitud pueril a cuantas obligaciones le estaban encomendadas , hasta que el afán de sus primeros amores vino a absorber todos sus desvelos y atenciones . Después de la postrer entrevista con María llegó a hacerse taciturno , perdiendo en la ejecución de sus actos aquella viveza que aun revelaba al niño , y la blandura en sus órdenes que daba a entender la apacibilidad de su índole , tratando a los criados con desabrimiento , como si estuviese arrepentido de no babor hasta entonces reconocido sus verdaderos derechos . El objeto de su cariño llego a convertirse en su alma en el blanco de su desdén y su odio , complaciéndose en hacer pública su indiferencia , si bien nunca pudo volver a ver a María sin sentir en su pecho una conmoción secreta , imagen fiel de sus pasadas inquietudes . Viéndose desdeñado , formó empeño en desdeñarla , pero jamás logró desarraigar del todo un respetuoso cariño , que la amorosa nodriza a fuerza de constancia había llegado a inculcar en el fondo de su corazón . Paseábase una noche reflexivo por una de las galerías del palacio que caían a la parte de occidente . Al lado de la galería estaba la ventana del cuarto de Emilia , que ocultaba con sus ramas la copa de un hermoso árbol que se elevaba del jardín , y encima de la ventana se veía la reja de la habitación en que se hallaba encerrado su padre , después que por la muerte de su esposa se habían manifestado en él los primeros síntomas de locura . Amando Julio en extremo al autor de su existencia , no había entrado a verle una vez siquiera en un año que ya llevaba de encierro , si bien obraba en su favor el miedo que siempre inspira un demente . Todas las noches , sin embargo , bajaba a oírle desde la galería , pues cansado sin duda el loco de no verse en su prisión más que con su soledad y su silencio , se asomaba a la ventana apostrofando a cuantos objetos se presentaban a su vista , extravagante unas veces , otras más concertado , pero siempre en un tono desconsolador que revelaba la amargura de su corazón . Si a los locos se les pudiese dar crédito , Julio hubiera pensado que su padre abrigaba en su seno un secreto terrible , que acibaraba su existencia , siendo la causa primera de su desorden mental ;p ues aunque siempre mezclaba en sus diatribas el desastre de su madre , en algunas revelaciones hechas en el calor de su demencia hubiera dado margen a creerle cómplice en un gran crimen , a cualquiera que no supiese que había pasado una vida llena de honor . Julio desechó tan negros presentimientos , y aquella noche vio con placer que se asomó cantando . Casi me dan tentaciones de insertar íntegro el discurso del demente . Una lengua a quien no refrenan las consideraciones sociales debe decir cosas , incoherentes si se quiere , pero sumamente amargas . Por desgracia fuera inoportuno consignar aquí revelaciones que conviene que no se hagan por ahora , y así es forzoso poner un candado a los maldicientes labios del loco . Pero a pesar de todo , por cumplir con la inclinación queme impone el título de este cuadro , y para no defraudar al lector de unas cuantas locuras , que siempre encierran verdades , no puedo hacer masen su obsequio que ponerme en lugar del loco , y decir a bulto cuatro cosas siquiera , hasta dar tiempo a que podamos oír al verdadero demente . Empezaré pues como él , entonando su canción favorita ; Después figúrese el lector que tiendo como él la vista por la campiña , y empiezo a gritar a los labriegos de la comarca , que por acaso se deben ver al resplandor de la luna , del modo siguiente , por ejemplo : — « A casa , vecinos ; vecinos , a casa que ya se recejen las gallinas huyendo de las sombras , y es hora de que esquivéis vosotros la presencia de las brujas . A casa , a casa , que si os sorprenden las tinieblas de la noche , pueden venir a hostigaros las almas de los difuntos , para que solventéis las cuentas atrasadas que dejaron pendientes con vosotros a la hora de su muerte . A casa , que no sería ciertamente para todas las conciencias el soportar la vista de tantos acreedores como tendrá en la otra vida cada uno de vosotros . Puesto que el mundo es un mercado , hicisteis bien en engañar a los muertos , siquiera por las veces que los muertos habrán engañado a los vivos . Habéis dado en convertir en moneda corriente la fe , el amor y la amistad , para agenciar lo que os sugiera el egoísmo ; y en esta venta y retroventa de afectos , os engañáis mutuamente , sin que consista la mayor o menor entidad del pecado , más que en la mayor o menor entidad de la usura . Lo peor es que siempre interviene el disimulo en vuestros tratos , revistiéndoos entonces del doble carácter de criminales e hipócritas . Todas las noches salgo a ver si columbro los espectros , los diablos y las brujas , y todo ese cúmulo de abstracciones , que los hombres sencillos creen parto de las imaginaciones desordenadas , y yo digo que con fruto de las conciencias resentidas , y nunca he visto nada ; ocurriéndoseme entonces la idea de que sois criminales , hipócritas y locos » . « Las oraciones , vecinos ; derribad las monteras para adorar al Dios delos ejércitos , cuyos innumerables escuadrones no han contribuido tanto a hacer que se respetase su grandeza , como el haber inventado la palabra fe . Creo en Dios padre , creo en Dios hijo , creo en Dios Espíritu Santo : tres personas distintas , y un solo Dios verdadero . Amen . » « Y tú , peregrina luna con poca luz para poder incitar al crimen , y con la suficiente para dejar perpetrarlo ¿ cuánto apostamos a que de la parte de los hombres que en este momento alumbras , estamos la mitad embobados , y la otra mitad dormidos ? No hay acción humana que no varíe a cada paso , y por eso en cuanto el sol se levante , nos quedaremos una mitad dormidos , y la otra mitad embobados ; y he aquí eterna y exclusivamente entregada a la humanidad , al sueño y a la bobería . Luego dirán los hombres que conocen la dignidad de sí mismos . ¿ Y qué es el hombre , vecinos , qué es el hombre ? El hombre es un animal que sueña que sabe , y no sabe que sueña . Preguntadle cuantas leguas dista el sol de la tierra , y veréis como os las cuenta punto por punto sin discrepar un ápice : mandadle luego que se eleve cuatro varas del suelo , y veréis como se rompe la crisma . ¡ Orgullo y miseria , vecinos ; orgullo y miseria ! « ¡ Centinela alerta ! Maldito seas vieja de Satanás que con tu voz fatídica me haces acordar que vivimos en una caverna de tigres . Haces bien en gritar porque no te sofoquen la consigna en la garganta , pues todo se puede temer de los hombres que nos rodean , o por mejor decir delos lobos que nos cercan . « Callad , cornejas de Judas , que venís a augurarme males acudiendo a las copas de los árboles . Predecid bienes , aves del demonio , y os pagaré las profecías , pues ya sé que mi malestar será eterno mientras que tenga sentidos que me arrastren al deleite . ¿ Son más qué males los deseos ? ... » No solía decir el padre de Julio unas locuras tan cuerdas , pero la extravagante del giro y la incoherencia de las ideas , supongo que el lector me hará gracia de achacárselas a él solo . He puesto aquí este episodio , que podrá descartar el que no le guste como a mí , para dar una idea del carácter de las peroraciones del loco ; y aunque esta se halla un poco adulterada , encontrará la razón de por qué la he insertado con poco que piense en ella . Cansado por fin el loco de gritar desaforadamente : — « ¡ Julio ! Julio ! » empezó a decir , como si viese a alguno atravesar por el fondo del jardín . En efecto , Julio vio desde la galería resbalar una sombra al través delas ramas del árbol que ocultaba la ventana del cuarto de Emilia . — « Toma estos papeles , » continuó el loco . Julio los vio caer en seguida . — Mañana cuando los leas , puedes rogar por el alma de tu desgraciado padre ; no podría soportar la vida sabiendo que otro más que yo era dueño de los secretos que te van a revelar . Ya sabes cómo murió tu madre ... Yo , más quisiera sufrir la misma suerte , que morir como muero atormentado por todas las furias del infierno a Dios , hijos míos ; nos va a separar la eternidad : pronto estaré unido a mi pobre Margarita ! ¡ Pobre Margarita ! pobre Margarita ! ! añadió con el acento del más íntimo dolor , apartándose de la reja para siempre . Cuando el loco acabó con sus inconexos apóstrofes , las lágrimas surcaban por las mejillas de Julio . En vano desechaba un atroz presentimiento que se había apoderado de su alma . No ignoraba que la demencia de su padre provenía del desastrado fin de la que le había llevado en sus entrañas ;p ero algunas palabras proferidas en diferentes noches en el acceso de su locura , dieron entrada en su corazón a las más horribles sospechas . ¿ Pero quien hace caso de los asertos de un loco ? dijo luego para sí , echando un velo sobre el cuadro de sus dudas . Bajó en seguida al jardín buscar los papeles que su padre le había arrojado , y no encontrándolos creyó que se había equivocado . Oyó un ligero ruido en las ventanas de Emilia , y como no viese a nadie dio a su parecer el asenso de una quimera . Libre entonces de cuidados , marcho a acostarse tranquilo . Sin embargo , al echar de menos los papeles que realmente había visto caer del cuarto de su padre , no recordó siquiera la sombra que columbró al través de las ramas del árbol . Cuando escuchó el misterioso rumor en la habitación de su hermana , pudiera haber previsto algún ataque hecho al honor de su familia , pero Julio era demasiado honrado para figurárselo . Durmió aquella noche asaltado por vagas inquietudes , pero sin volver a comentar las sospechosas frases del demente ; y así es que no traslució en ellas la inicua trama en que estaban enredados una porción de infelices . En el pecho de su padre se ocultaba con efecto un horroroso secreto . Los niños y los locos dicen las verdades . Aquella noche Julio al parecer se acostó sereno ; pero engolfada su imaginación en un mar de dudas y presentimientos , no pudo conciliar completamente el sueño , quedando en una especie de sonambulismo en el cual le pareció escuchar lamentos y sollozos , sin que hasta la mañana siguiente , pudiese tener entera conciencia de sí mismo . Apenas abrió los ojos , vio delante de sí al criado más antiguo de su casa que se deshacía en lágrimas . — ¿ Qué tenéis ? preguntó sobresaltado . — Que vuestro padre ha muerto , contestó el anciano con voz ahogada por los gemidos . Cuando afecta nuestra alma una nueva tan infausta y tan súbita , de tal modo el exceso del pasmo embota nuestras potencias , que ignoramos de qué suerte expresar nuestra pavura ; y así Julio que al principio sintió toda su sangre agolpada al corazón , halló muertos sus sentidos , hasta que rehaciéndose sobre sí mismos , empezaron sus ojos a derramar llanto , a exhalar ayes su pecho , y a agitarse sus miembros en descompuestos ademanes . El criado continuó diciendo : — Hoy al amanecer viéndole apoyado en la mesa , en la misma actitud en que le dejé anoche al acostarme , me acerqué a examinarle y le hallé ahogado con el rostro metido entre las manos ... Julio empezó a vestirse , sin escuchar los pormenores que iba a relatar con exactitud el impertinente mensajero ; y apenas hubo concluido , fue a cerciorarse con sus ojos de la catástrofe que lamentaba , y a abrazar por última vez el inanimado cuerpo de su padre . Cuando volvió a entrar en su habitación traía en la mano dos pliegos que acababa de recibir , y arrojándolos sobre una mesa , se dejó caer en el lecho en un estado de profunda postración . Después de algunas horas de una completa inercia , tendió la mano al primer pliego con que tropezó al acaso , y lo abrió al parecer con estúpida indiferencia . Era una carta de María en que se despedía de él . Sin duda la nodriza no tendría noticia del nuevo golpe que acababa de herir el corazón de su hijo ; al menos debemos complacernos en creerlo así , porque muestra en adelante demasiado buenos sentimientos para que en un estado tan crítico dejase sin consuelos a uno de los objetos en quien reconcentró el amor de toda su vida . La carta decía de este modo : « Acabo de abrazar a tu hermana , pues me tengo que alejar de vosotros por algún tiempo . No me he atrevido a hacer lo mismo contigo , por el temor de verme repulsada , pues hubiera preferido la muerte a un desaire del que con tanto amor he criado con la sangre de mis venas . Esta noche he padecido mucho , porque he estado más de dos horas llorando a la puerta de tu cuarto , sin atreverme a entrar . Creí que me sería menos funesto marcharme con la duda de que me amabas , que exponerme a sufrir un desengaño que me hubiera costado la vida . Al fin me decidí a ausentarme sin decirte nada , después que furtivamente pude robar un beso de tus labios ; y no sé si me fue más doloroso el tener que robar lo que por tantos títulos me era de derecho , que el no hallar correspondencia por parte tuya . Ahora que estoy lejos de ti , me hago la ilusión de que no la he hallado porque estabas dormido . » « A Dios , hijo mio : perdóname que aun te dé este nombre tan grato para mi corazón . En cualquier parte del mundo que me encuentre , haré por saber de vosotros , así como de buena gana os daría noticias mías si supiera que os habían de interesar . Me alejan de vosotros deberes casi más sagrados que los que me retenían a vuestro lado . Te absuelvo completamente , Julio mio , de tus pasadas locuras . No olvides por tu parte que Dios y los hombres te prescriben querer siempre y respetar a tu desgraciada madre Este impensado suceso acabo de desgarrar el corazón de Julio . Es verdad que fingía no querer estar cerca de su nodriza , pero también es seguro que en este momento hubiera hecho cualquier sacrificio por no tenerla tan lejos . La compañera de su madre , la protectora de su niñez y la amiga de su juventud , se la representó en aquel punto su imaginación engalanada con todos los atributos más dignos de su gratitud y su cariño . , acusándose en secreto de haberla entregado a la indigencia , cuando menos ella debiera haberlo esperado , faltando en un momento a cuantos deberes le imponían la humanidad , el amor de su corazón y el decoro de su familia . Llamó a los criados para preguntarles qué ruta podría haber seguido ; pero todos ignoraban su partida , y solo contaron que la noche anterior había estado solícita como nunca en recordarles los muchos desvelos que los servidores fieles debían consagrar a sus amos , y más cuando estos por casualidad eran huérfanos y estaban participando de los dolores anexos a una grande calamidad . A cada instante que pasaba , Julio agravaba más su conciencia con nuevos motivos que fingía repasando su conducta , y solo tal vez después de mucho tiempo llegaría a calmar su impaciencia , si un nuevo incidente no viniese a aumentar de improviso sus quilates . Tendió la vista de pasada al sobre escrito del segundo pliego , y un sentimiento de indignación se apoderó de su alma ; rompió la nema lleno de despecho , y al ver dentro varias cartas leyó rápidamente la primera . Señor D . Julio de Mora y Valleameno . Vegadecima 20 de mayo . « Mal que pese a mi afecto , prescindo de los ofrecimientos de costumbre para pasar a deciros que me apresuro a poner en vuestras manos esos preciosos documentos , de los cuales quedo perfectamente enterado . Anoche al bajar por el árbol que encubre la ventana del aposento de Emilia , me los arrojó vuestro padre desde su habitación , creyendo sin duda que erais vos el que se deslizaba por el jardín a una hora tan avanzada . Bien podéis conocer por su contenido , que si aun abrigara en mi corazón algún resentimiento hacia vos , pudiera lisonjearlo suficientemente con el mero hecho de publicarlos ; pero no quiero mancillar con semejante afrenta el lustre de una respetable familia que puedo contar como mía . » « Cuando recibáis esta ya estaré en camino para Madrid , adonde diréis a vuestra hermana que me escriba , por habérseme olvidado anoche el prevenírselo . » « Conoceréis lo generoso que me muestro con vos , por lo que infiero que no lo seréis menos con la prenda de mi corazón , poniendo en práctica todos los desvelos que el afecto sugiera a un buen hermano durante mi larga ausencia . La pobre Emilia todo se lo merece , porque es en extremo inocente y candorosa . Es , en una palabra , un fiel trasunto vuestro . No extrañaréis que sea franco como buen militar . Hasta la vuelta , si antes no hacéis por verme . D . No estaría de más la precaución de alejar a Emilia de la comarca , porque si mi tía llega a sospechar ( como es muy probable ) de nuestras visitas nocturnas , ( que no tenían nada de particular ) es demasiado anciana para olvidar los antiguos despiques que han mediado entre ambas familias ; porque como los viejos ya no fundan ilusiones en el porvenir , se pegan como ostras a sus pasados recuerdos , y así es que tendría singular complacencia en rodearse de sus vecinas , para jugar al volante con el honor de esa niña . » « En cuanto a mis resentimientos os puedo asegurar que no pienso tomar venganza ; y hasta el acto imprudente de haber reprendido a Emilia la primera vez que me dirigió la palabra , lo tengo casi olvidado . ¿ Me entendéis hermano Julio ? » A la mitad de la carta , Julio lloraba como un niño . Se conceptuaba bastante fuerte para soportar con resignación la suerte de su padre , y la falta de consuelos de María ; pero idólatra como sus mayores del honor inmaculado , no había prevenido su alma contra el fiero rigor de un ataque hecho a su honra . Al ver el sobre escrito , ya presintió su corazón que solo una vileza semejante pudiera esperar del último miembro de una raza , que por tanto tiempo había sido el azoto de su familia . De pronto concibió el proyecto de lavar su ignominia con la sangre de su hermana ; pero la reciente catástrofe de su madre , vino a coartar el vuelo a su imaginación en tan horribles designios ; y solo después de un rato parecía estar satisfecho de haber ideado un castigo más amargo , aunque menos violento . Las almas de un mediano temple , como la suya , en tocando a los términos de la desesperación , su mismo dolor les sirve de escudo para abroquelarse contra los males sucesivos , imitando en su vértigo la energía de los ánimos superiores ; y así Julio que , a fuerza de padecer , había quedado insensible , siguió leyendo las cartas con pasmosa impasibilidad , sin que le arredrase en su propósito la idea de que encerraban un secreto terrible , según le había anunciado su padre , y de cuyo secreto ya se hallaba enterado un miserable seductor . Julio las fue leyendo todas sucesivamente , sin dar más muestra de sentimiento que derramar alguna que otra lágrima , de las cuales no se apercibía siquiera . La primera era de su padre , en la que venían incluidas otras cuatro de diferentes sujetos . Se conoce que el demente las archivaba a medida que las recibía , y que se propuso guardarlas con el mayor desvelo hasta la víspera del día en que determino suicidarse . Preciso será tomarse la enojosa tarea de leerlas todas , sin hacer sobre ellas comentarios de ninguna especie , pues ponen en claro por sí solas algunas situaciones que no se podrían aclarar más con molestas interrupciones . Dicen así : Hijo de mi corazón ; se acerca la hora de mi muerte , y antes de sepultaren la tumba mis remordimientos , necesito hacer la confesión de mis culpas . Hace tiempo que estoy encerrado en esta habitación , sin haber tenido el inefable placer de abrazaros ni a ti ni a mi hija , cosa que ciertamente no hace mucho honor a vuestra alma . Habéis dado crédito a la vulgar preocupación de que los locos deben ser despreciados ; y en vuestra fatal obcecación no echasteis de ver , que más que loco soy un hombre desesperado . En algunos momentos de calma , como el que aprovecho para escribirte , hubiera deseado que una mano filial secase el raudal de lágrimas que me inundaba ; pero nunca he querido llamaros , temeroso de verme despreciado hasta por los mismos que me deben la existencia . Os perdono la ingratitud : sed vosotros también indulgentes para conmigo , ya que en un momento de despecho he asesinado a vuestra querida madre . Si , hijos de mis entrañas ; he asesinado a vuestra querida madre , arrastrado por el fatalismo a una situación en que la hubiera muerto mil veces , a pesar de que nunca había tenido más motivos para adorarla . No os cuento los pormenores del crimen , porque sería acometido del acceso de locura , y no podría continuar escribiéndoos . Leed esas cartas originales , y si hay en vuestro pecho un sentimiento de piedad , compadeced al esposo desgraciado que está condenado por la suerte a llorar eternamente a la esposa inmolada por él mismo , y al padre infeliz que se ve en la necesidad de apelar a la compasión de sus hijos . A la hora en que recibáis este postrer vale , regado con ardientes lágrimas , ya estaré a los pies del Eterno implorando la misericordia divina : ¡ que vuestro perdón llegue a tiempo de atemperar la dura sentencia que me espera ! No os quiero dar consejos , porque de nada os aprovecharían , pues estoy convencido de que el dogma más justo , puesto en un caso dado , sería una horrible iniquidad . La razón natural será el único juez a quien deberéis consultar en los variados trances de la vida . Solo os pido encarecidamente que améis y aborrezcáis con templanza : el amor lo mismo que el odio son pasiones que al fin causan la destrucción del ser que las posee en alto grado ; y hasta he visto a ciegos idólatras de la virtud , ser ejecutores de justicias que hubieran puesto grima a un monstruo amamantado en la escuela de los crímenes . Yo he amado con frenesí a mi patria y a la madre de mis hijos , y después de haber preparado la ruina de la segunda , he execrado el amor de la primera . Muero con la conciencia sin mancha , pero llevo al sepulcro destrozado el corazón . La entereza de sentimientos de que me ha dotado el cielo , ha convertido su rectitud en fiereza ; y aunque bendigo a Dios por haberme dado un inflexible amor a la justicia , no es este sin embargo el atributo que más le honra a mis ojos , pues más quiero verle afable y misericordioso , redimiendo con entrañable ternura la flaqueza de la especie humana . ¡ Son tantos los castigos a que el hombre se halla expuesto por culpas que no está en su mano el dejar de cometer ! ¡ Cuántos planes de dichas defraudados ! cuántos vínculos rotos , que solo la muerte debiera haber deshecho ¡ El amor conyugal , el cariño de padre , la inefable ternura de los hijos , todo ha desaparecido para siempre ... ¡ Y yo que cifraba mi felicidad en la dulce posesión de tan caros afectos ! Dejo de escribiros , porque ya va a espirar la luz del último día de mi vida . Quiero morir antes que se divulgue mi afrenta , y ya veis que no están indigno de ser perdonado el que aun prefiere su honor a la existencia . Muero desesperado , porque muero sin escuchar de sus labios la bendición de mis hijos : otros padres lo hacen con la esperanza de que sus manes oirán las tiernas súplicas que se exhalen al borde de su tumba ; yo muero con la certeza de que los míos tan solo oirán maldiciones . A Dios , pedazos de mis entrañas : por la sombra de vuestra madre os ruego que recibáis sin rencor las tiernas y últimas emanaciones de un corazón paternal . Postrado de hinojos os escribo . Sé el amor que profesaba para que me absolváis del horrible atentado de su muerte , pero acordaos del sacrificio que habrá hecho mi afecto para privarse del suyo . ¡ Benditas sean las lágrimas que ahora acuden a mis ojos ! parece que me alivian de un peso que me oprimía , y ya que no pueda explicaros lo que siento en este instante , ellas os dirán al menos mi dolor y mi cariño ! Permitidme que empiece suplicandoos que no rompáis esta carta antes de haberla leído . Sé que la divergencia de opiniones nos separa , por vuestra intolerancia , hasta el extremo de no poder recordar los vínculos de parentesco que nos unían antes de la muerte de mi querida hermana . Bien avenido con mi conciencia , jamás me he ofendido de la nota de traidor con que muchas veces habéis tratado de ennegrecer mi conducta ;p orque los baldones de un enemigo político son como los gritos de los dementes que nadie hace caso de ellos , y nunca está tan cargado de razón el que los profiere que deje de merecer otros tantos por lo menos . Repito que en política , estando en paz con la mía , me importa muy poco la opinión de los demás . Pero hoy que soy llamado a responder de mi conducta ante el tribunal delos hombres de bien , necesito acumular las pruebas de mi inocencia ; y sería capaz de arrodillarme a los pies del más humilde de los hombres , para que oyese mis descargos y me juzgase . Ya sabéis que me hallo en una cárcel acusado de haber asesinado a una hermana que idolatraba ; como esta era vuestra esposa , necesito probaros que soy inocente , para que obrando de consuno podamos descubrir al verdadero criminal , vengando así su muerte , y restableciendo mi perdido honor . Si me juzgáis con prevención , mi sinceridad os parecerá hipocresía ; pero sea como quiera , habré cumplido con mi deber relatándoos la parte que he tenido en la catástrofe en que me he visto envuelto . Os juro ante todas cosas , que no es el miedo de la muerte el que me hace sincerarme . Desesperado de que produjese nada grande el vástago de una dinastía que , por una reunión de circunstancias especiales , se había dejado abatir hasta el último punto de la degradación , abandoné el partido de Fernando , por abrazar con ardor el nuevo gobierno de José I . Yo no sé hasta qué grado nos pudieran haber hecho felices las modernas instituciones , pero desde luego se puede asegurar que serían menos malas que las antiguas , y esto es una prueba de la rectitud de intenciones delos que defendimos al nuevo Rey . Vos , y la nación en masa , por una susceptibilidad mal entendida , creísteis que el acatar al monarca entronizado , solo sería digno de una nación envilicedida ; y sin escoger el campo ni reparar en las armas , os lanzasteis desesperados a derrotar sus ejércitos , y haciendo igual la defensa a la bajeza de la usurpación , por medios a veces tan viles como los que pudieran usarse en un país de vendidos , llegasteis a producir el hecho más grande de que pudiese blasonar una república de héroes . Vosotros , venciendo , hicisteis infeliz a la Nación por sostener su dignidad ; nosotros , con menos decoro por cierto , tal vez hubiéramos labrado su ventura . Los patriotas tuvisteis más orgullo nacional , poro nosotros los afrancesados mil veces más amor patrio . No es este el tiempo oportuno de sostener de cuál parte militaba la razón , porque la posteridad pondrá a cada uno en el lugar que merezca con todo , aun ahora que estoy escuchando los aplausos que el mundo entero os tributa atónito de admiración y de entusiasmo , no trocaría mi honor de vencido por el vuestro de vencedor . Forzado a abandonar por traidor el país que me vio nacer , y temeroso de ver confiscados cuantiosos bienes que no me pertenecían a mí solo , consulté con mi hermana las medidas que debía tomar , y dudando de que por cartas se pudiesen arreglar tan complicados asuntos , me aconsejó que me dirigiese a esa de incógnito , como al momento lo hice . Llegado que hube en secreto , la pregunté a María si sería conveniente instruiros de mis negocios ; y juzgad a qué extremo de vileza nos conduce el espíritu de partido , cuando satisfecha de vuestra proverbial honradez desesperó de que respetaseis mi desgracia . En una de las aldeas inmediatas a San Antolin nos pudimos ver algunas noches consecutivas . La infeliz Margarita abandonaba vuestro lecho para llevar algún consuelo a su hermano proscrito y fugitivo , a pesar del frío y de la lluvia que han sido tan continuos en aquel invierno rigoroso . Un día me escribió que se encontraba indispuesta , pero que podía seguir viéndola en su mismo palacio , sin inconveniente alguno : mediante sus instrucciones , el dador de la carta me condujo a un cuarto retirado en que ella me esperaba a oscuras , por no despertar sospechas . Una noche conocí que me espiaban , y me retiré para volver más tarde ; la siguiente no vi a nadie , por lo que se disiparon mis recelos . Margarita escudada con su inocencia , tampoco presintió la trama que se nos urdía ; y cuando por última vez ya iba a anunciarla mi próxima expatriación , la llamé desde la entrada de su cuarto ; viendo que no respondía , me acerqué al sitio en que solía esperarme , y al tocar su frente la halle más fría que la nieve ; llegue la mano a su pecho por ver si palpitaba su corazón ; y tropezando con la cruz de un puñal ... Ignoro completamente lo que pasó desde entonces , pues solo tuve idea de mi mismo cuando me encontré en la cárcel . De este modo soy partícipe de un crimen que sin duda lo ha acarreado la inflexibilidad de vuestro carácter . Si a las muchas virtudes con que os ha dotado el cielo , hubierais añadido la de la desconfianza propia , seríais más tolerante y humano con vuestros enemigos , poniendo en práctica las excelentes dotes de vuestro corazón . Entonces , yo me hubiera echado en vuestros brazos con la humildad de un contrito , y vos tendríais la satisfacción de usar conmigo de la amorosa clemencia que tanto enaltece el triunfo de un vencedor : pero me he tenido que sustraer al rigor de vuestras preocupaciones , y he sido envuelto en una ruina de la cual vos sois acaso la causa principal . Tenéis una convicción tan profunda de la infabilidad de vuestros principios , que os hace constituiros en tirano exclusivo de la razón , estableciendo el dogma absurdo de negar toda consideración a vuestros contrarios ; y no echáis de ver que vuestra confianza propia os vende como ignorante ; porque el hombre que verdaderamente se acerca a la sabiduría , cuyo principio es la duda , sabe que la razón ha estado y estará hasta la consumación de los siglos en un problema eterno , cuya completa solución escode los límites de la inteligencia humana . Lo que os llevo dicho es la única intervención que he tenido en la catástrofe que lloraré toda mi vida , y por consiguiente no sé quien haya sido el asesino de mi hermana . Si en vista de estos hechos me confesáis inocente , tan solo me haréis justicia ; pero el que paguéis un tributo a la verdad , tampoco será parte para que os desprecie menos que si me creyeseis culpado . Amo mio de mi corazón : acaso no este lejos el día en que me saquen de la cárcel para matarme ; V . sabe que soy inocente , pero estoy decidido a no justificarme , aunque tampoco me confesare culpado , mientras que V . no disponga otra cosa . Bien le decía yo que mi señora doña Margarita no era digna de una muerte tan desastrosa , porque era imposible que siendo tan buena y queriéndole a V . tanto , tuviese un amante oculto . Es verdad que veíamos todas las noches a un hombre entrar en su cuarto , pero yo no sé como conociéndola nos llegamos a figurar que podía tener un amante . — « Andrés , me dijo V . un día , esta noche vas a asesinar a mi infiel esposa . » — Confieso que , a pesar de la infidelidad que me echo V . por delante , no pude menos de horrorizarme con semejante idea . — « Ya te has convencido de que su perjurio es cierto . Esta noche al entrar el amante en su cuarto , le encerrarás con ella después de haberla dejado cosida a puñaladas . Yo entretanto avisaré a la justicia con el pretexto de que he visto a un ladrón asaltar mi casa : de este modo le achacarán a él el crimen , y lavando mi honor con la sangre de entrambos nos pondremos nosotros al abrigo de toda sospecha . » — Bien sabe V . que me puse de rodillas suplicándole que pensase más lo que tal vez en un arrebato de locura me proponía ; V . sin embargo firme en su propósito me arrojó de sí con insultos y bofetadas . ¡ Pobre señora mía ! si yo fuera el instrumento de su crimen , ya sin duda el dolor me hubiera muerto . Por último me despidió V . de su servicio , no sin haberme exigido antes el juramento de que guardaría el secreto : no ignoraba V . que una vezdada mi palabra jamás la hubiera quebrantado . Me despedí de V . para siempre , y juro que al hacerlo nunca he llorado tanto . Me alejé por último satisfecho de haber obrado como exigían mi deber y mi conciencia ;p ero apenas estuve lejos de la quinta , cuando a fuerza de pensar en mi comportamiento conocí que mi deber y mi conciencia exigían más de lo que había hecho . Desanduve a todo correr el camino que había cruzado lentamente entre lágrimas y zozobras . ¿ A dónde dirá V . que iba ? Perdóneme V . si una sola vez en mi vida he hecho intención de faltar a mi palabra : a la señora doña Margarita la debía por lo menos tantos favores como a V . , y en particular mi pobre hija María que aun estará creída que su padre ha sido el asesino de su amada bienhechora : por eso sin duda no me ha enviado todavía ni una palabra de amor y de consuelo : juzgue V . cual será mi conducta cuando ni ella sabe que soy inocente . Apenas llegue a la quinta , conocí que ya era tarde , pues al ganar la escalera del cuarto de mi señora le vi a V . subir acompañado de la justicia . Acuérdese V . que en el último tramo le estreche a V . la mano con frenesí : me dio tanta lástima verle a V . tan azorado que no fui dueño de contenerme . Entramos en el aposento , y ya sabe V . cual fue nuestro asombro al ver a su esposa asesinada , y a un hombre desmayado a sus pies . Cogiéndome entonces un esbirro por la espalda . — « Este también es cómplice , » exclamó desaforado . — Efectivamente tenía las manos llenas de sangre , pues viendo las de V . marcadas con el sello de un horroroso crimen , lo pasé voluntariamente a las mías , estrechando las suyas en el último tramo de la escalera , pues como ya dije antes , me dio mucha lástima verle a V . tan azorado . En aquel momento ni le miré a V . siquiera , ni V . se atrevió a mirarme : hizo V . mal , amo mio , en temer de mis ojos una mirada de reconvención , pues era grande el apuro , para que un fiel criado pensase en aquel momento más que en salvar la vida y la honra de su Señor . Me dejé llevar por los esbirros sin murmurar una palabra que pudiese rebatir la acusación : al contrario , me dí el parabién de que me creyesen el único criminal . En el curso del proceso estoy sufriendo lo que no es decible , pues más trabajo me cuesta el embrollar a los jueces sustrayendo a su vigilancia las innumerables pruebas que pudieran justificar mi inocencia , que si me empeñara en no aparecer culpado . Lo que no puedo aguantar con paciencia es cuando , al fin de las declaraciones , me dice que por tales y cuales razones aparece que soy un malvado , un hombre pérfido , y un criado ingrato . ¡ Maldad ! ingratitud ! perfidia ! Le juro a V . que entonces no puedo menos de deshacerme en lágrimas , al verme tachado de ingrato para con el mismo a quien be consagrado mi hombría de bien y mi existencia . Perdóneme V . señor , si parece que le reconvengo , pero me es más terrible que la muerte , la idea de que piense el mundo que Andrés le ha sido a V . pérfido , habiendo comido su pan tantos años . Le envió a V . esa carta para mi pobre María . No se la entregue V . si no le parece conveniente ; pero le agradecería en el alma que sin que V . se comprometiera la pudiese convencer de que soy inocente . Tal vez entonces me vendría a dar un abrazo . ¡ Es tan dulce para un padre el abrazar a su hija sabiendo que pronto va a morir ! Quede V . con Dios para siempre , amo mio de mi alma : solo llevo un consuelo al otro mundo , y es el de creer que Dios me perdonara mis pecados en premio de mi lealtad . Si por algún incidente hubiese alguna pequeña esperanza de salvación , no deje V . de avisar a su infeliz criado , que espera con resignación la muerte . DE ANDRES A SU HIJA . Querida hija mía ; ya supongo que estarás muy enojada con tu pobre padre . Atentar contra la vida de tu bien hechora y amiga , bien sé yo que te habrá sido más doloroso que si se hubiera atentado contra la tuya propia . ¿ Pero es posible María que tenga necesidad de sincerarme hasta con la hija de mis entrañas ? ¿ No existe un sentimiento en el fondo de tu alma que rechace cuantas inculpaciones se están haciendo al hombre que te ha engendrado , y que como tu sabes , en su vida se ha apartado de la senda de la virtud ? Y en medio del odio que acaso me tienes no has encontrado alguna prueba que me proclame inocente ? Te parece que a ser yo el matador de su esposa se empeñaría nuestro amo en que siguieses al lado de sus hijos , sirviéndoles de madre a falta de tu generosa amiga ? ¿ o crees tú que en este asunto no puede mediar un secreto que un padre querido tenga que ocultar a su hija ? Confiesa que me has agraviado , y ven a darme un abrazo que acaso será el último que de mí recibas ; verás cómo te desengañas por ti misma , pues dicen que la verdad tiene un tono que nunca puede usurpar totalmente la mentira . Desde el instante en que debiéramos haber sido más felices no parece sino que una mala estrella nos persigue . ¿ Te acuerdas María ? ¡ Tu hijo murió en un monte devorado por los lobos ! Tu madre en seguida ocultó su desesperación en el fondo de un torrente ! . Y quien sabe ahora si acaso tu padre en un patíbulo ! ... Ruega a Dios por mi suerte , hija de mis entrañas ; ruega a Dios por misuerte , y no me hagas desesperar con la duda de que puedo morir sin verte . He recibido tu carta , y por el desorden en que se conoce que estaba tu cabeza cuando la escribiste , echo de ver el exceso de tu dolor . Quisieras salvar a tu hermano político de un castigo que tiene merecido , por no acrecentar más la deshonra de tu familia ; esto hace mucho honor a tu corazón . Ya sabes que te quiero desde que hicimos juntos nuestras primeras locuras , y que por consiguiente puedes disponer de tu amigo como mejor te parezca . Pongo en tu conocimiento , para mayor satisfacción , que tengo mucha influencia entre mis compañeros , y has de saber que este predominio moral que ejerzo sobre ellos consiste todo en mi ciencia : te concedo que en la universidad era el peor estudiante , pero o yo sé más de lo que creía , o ellos saben menos de lo que creen . Supongo que ya estarás más sereno que cuando escribiste tu epístola , por lo que no extrañarás que en esta te revele , sin pretensiones de hombre formal , el mismo carácter de aquel Ramírez que tu conociste tan calaverón , tan buen mozo , y sobre todo tan mal estudiante . ¿ No me dices que estás decidido a soltar algunos miles de duros si tu cuñado es absuelto ? Pues entonces no te aflijas , porque ya sabrás por experiencia que las penas huyen del dinero , y que por lo mismo se hará lo que tu quieras . Así como así , la justicia se volvió al cielo con su padre porno quedar huérfana en el mundo . ¿ Te acuerdas qué bromas tan pesadas corrimos en tiempo de la guerra de la independencia ? ¡ Con qué valor te batías ¡ Yo me he quedado en la duda de si seré valiente , porque nunca he entrado en ninguna acción , pues siempre me tocaba escoltar convoyes . ¡ Y si vieras lo que dan que hacerlas mujeres de los oficiales ! — Como tú no tenías más que amor patrio , te volviste a tu casa muy satisfecho cuando ya faltaba poco para que se concluyese la guerra ; pero mi corazón que es más accesible a pasiones ruines que el tuyo , amaneció un día lleno de ambición y de egoísmo . Ya sabes que me pasaron por años de curso todo el tiempo que escolté convoyes , y que por consiguiente me recibí de abogado . Digo que me examiné , ignorando hasta el derecho natural , porque estaba seguro de sacar la nota de sobresaliente , pues todos los catedráticos habían sido afrancesados , y ya ves que si me hubieran reprobado porque no sabía una palabra , habiendo servido a la patria , era cosa de concitar contra ellos la furia popular . Pretendí pues una toga , citando como servicios todas las acciones en que se habían encontrado los regimientos a que pertenecían los convoyes , y al instante me fue concedida , mencionando la Real orden la herida que recibí en campaña . Ya te acordarás de aquella herida que me hizo un coronel por las imprudencias de su hija . De lo que te admirarías si vinieras por Oviedo es de lo dignamente que represento mi papel . El otro día escuchando la sentencia de uno que el fiscal condenaba a muerte , solté una carcajada sin poderlo remediar . Solo al diablo se le ocurre poner un espejo en la sala de la audiencia : así es que no pude menos de reírme al verme tan serio y embutido entre tantas guirindolas . No he dejado de admirar a pesar de todo un aire de indiferencia en todas mis actitudes , que contrasta singularmente con la estúpida atención de algunos de mis compañeros . Esta gente no sabe darse tono , y así es que cualquiera que los ve , tacha su encogimiento de ignorancia , mientras que mi desparpajo lo atribuyen a esa indulgente altanería que da la superioridad de talento . En lo que no convengo contigo es en que te gastes un maravedí en salvar a ese perillán de Andrés . Yo creo más sencillo que con su muerte cubramos el expediente , por que no será poco lo que te cueste la absolución de tu cuñado , y el meterte a redimir a todo el género humano , sería dar a entender que les agradeces el que hayan muerto a tu mujer . Además , he asistido el otro día a una declaración del tal Andrés , y me ha parecido un solemne tuno . Como ya llevo bastante tiempo de práctica he conocido por sus respuestas evasivas , por sus lágrimas y por algunos signos característicos de su fisonomía , que si le absolvemos de esta es muy capaz de cometer otra bribonada . Sabes que ha sido mi fuerte el adivinar las afecciones del alma por las señales del rostro , y que sobre este particular pocas veces me equivoco . Repito que no te aflijas y que cuentes para todo con el mejor de tus amigos . Estas eran las cartas que Julio vio caer la noche anterior de la habitación de su padre , y las mismas de que Narciso se había enterado , remitiéndoselas dentro de la suya para destrozar sus entrañas con un dolor tan acerbo . El abyecto seductor que parecía gozarse en abatirle con su proceder innoble , le redujo a un estado de insensibilidad completa , de tal modo que al dejarse por segunda vez caer de golpe sobre el lecho , tuvo por menos terrible que volver a la vida , el dejarse morir ahogándose como su padre con sus propias manos . La intensidad del dolor moral nunca llega a ser tan grande que pueda extinguir la vida de un joven que ha entrado ya en la edad de la adolescencia , y por eso Julio , resuelto a aniquilar su existencia , traía a la memoria cuantos recuerdos pudiesen agravar más y más su pesadumbre , alagado en parte por la idea de que al fin tendría que sucumbir al exceso de su dolor . Primero recordaba el homicidio de su padre , y entre horribles convulsiones se maldecía a sí mismo como el engendro despreciable de una raza envilecida . Tendía la vista hacia los infelices que una intriga infernal había sepultado en el interior de un calabozo , y le parecía escuchar las imprecaciones de algunas familias desoladas que con la frente llena de ignominia le pedían a gritos la reparación de su honra . Si la imagen de María llegaba a herir su mente , se apretaba el corazón como un inmundo depósito de sentimientos bastardos , donde no cabían ni amor puro , ni gratitud , ni generosidad . Fingía en su delirio tender los brazos a su hermana , y al estrechar a un objeto tan digno de su cariño , percibía a lo lejos las irónicas risas de todo un pueblo que con algazara estúpida celebraba la aparición de otros dos seres deshonrados a quienes hacer el blanco de su befa y de su escarnio ; y agitado entonces y convulso , se golpeaba la frente , gritando en el horror de su frenesí : — ¡ Dios mio ! Dios mio ! en qué habré ofendido al cielo para que me aflija tanto ! Después de algunas horas de martirio se sintió herido del pensamiento generoso de poner remedio a tantos males , arrostrando los embates del destino ; y lleno de esta idea con resuelto ademan se dirigió a la habitación de Emilia . — Nuestro padre ha muerto ! exclamó en tono solemne desde el dintel de la puerta . — ¡ Ha muerto ! grito la niña levantándose para lanzarse en sus brazos . — Si , ha muerto , contestó Julio rechazándola , pero no sin haberte legado su maldición y su desprecio . — ¡ Su maldición ! ... — Y su desprecio , siguió el empedernido hermano . Anoche a deshora vio el pobre loco bajar aun seductor del cuarto de su hija , y murió de desesperación . — ¡ Ahí ... prorrumpió Emilia echándose a sus plantas , y ocultando el rostro entre las manos . — Levanta , miserable : a quien le ha faltado el pudor , no tiene razón para encubrirse la frente , a no añadir la hipocresía a la infamia . — ¡ Perdón ! ... — Perdón para tu alma , continuó Julio dando a su acento una entonación augusta . Las flaquezas de una mujer que empanan el lustre de una familia respetable , solo tienen cabal expiación con sangre ! ... ¿ recuerdas cómo murió tu madre ? — ¡ Qué horror ! ... — Pues a ti te espera una suerte parecida : o la muerte , o una clausura eterna . — Perdón , hermano mio ! estaba sola ; me dejaste abandonada : consagrado exclusivamente a tus amores ... Un remordimiento hizo palpitar el corazón de Julio . — Además soy querida por un hombre ... — Digno de ser envilecido y despreciado , como el te desprecia y te envilece , siguió Julio con acritud insultando su inocencia .. ¿ Sabes quienes el pérfido autor de tu deshonra ? ... Pues escucha : Y asiendo a Emilia fuertemente por un brazo , la hizo sentarse en un confidente inmediato , y prosiguió diciendo : — « Hace muchos años que nuestro abuelo paterno vio a un mendigo llamar a la puerta de su casa : era un niño cuyos ojos vivaces y semblante risueño contrastaban singularmente con la hediondez y miseria de sus harapos . Por el pálido color de su mejilla , conoció que el hambre era lo único que aquejaba a aquella inocente criatura , y noble y orgulloso como todos los ricos de nacimiento , se complació en el fondo de su corazón de encontrar una ocasión en que poder mostrar su liberalidad ; y cogiéndole de la mano le entró en su casa con ánimo de remediar su desnudez y descaecimiento . — ¿ Cómo te llamas ? le preguntó con blandura . — Camuñas , contestó el niño implorando piedad con sus hermosos ojos . — ¿ Ese es un nombre o es un mote ? le replicó nuestro abuelo , extrañándose del epíteto . — Así me llamaba mi amo , dijo el mendigo rebosando candidez . — ¿ Y quién era tu amo ? volvió a preguntarle el anciano . — Era un pastor de la Braña , siguió diciendo Camuñas , que hace muchos días se me murió en una noche , y yo eché a correr de miedo dejando solo el rebaño . — ¿ Y quiénes son tus padres ? le dijo el viejo en seguida . — El niño se encogió de hombros , distrayéndose como a quien de pronto se le ocurre una idea y extraña que se le haya estado oculta por tanto tiempo . — ¿ Dónde has vivido antes de servir a tu amo ? siguió el abuelo preguntándole con un vivo interés . El pobrecito volvió a encogerse de hombros : no se acordaba de nada . » « No pudo menos de enternecerse el generoso anciano al ver aquella sonrisa perenne en los labios de un ser desvalido que hasta ignoraba que podría tener padres , y que se lanzaba al mundo sin más arrimo que sus harapos , ni más escudo que la inocencia en toda su pureza . Desde luego formó el propósito de hacerle hijo de su adopción . — En adelante te llamarás Luis , le dijo el abuelo con cierto afecto paternal , luego pensaremos en el apellido que has de llevar , y desde hoy te quedarás encasa hasta que seas hombre . » « Luis recibió una esmerada educación , correspondiendo con su aplicación a los desvelos reiterados de nuestro buen predecesor aun no tenía veinte años cuando el mendigo sin nombre , por su disposición y laboriosidad , ya gobernaba casi exclusivamente la casa de los señores de Mora . Su protector no desperdiciaba la menor ocasión en que poderle manifestar su interés , y creyó darle la mayor prueba de su afecto descargando sobre él el peso de todos los cuidados de su casa . Luis contribuía por su parte a hacerse digno de su estimación , y con tan fina correspondencia llegó a ser mutua la necesidad de no poder vivir el uno sin la asistencia del otro . Con esto el Sr . de Mora olvidó hasta el desempeño de las más precisas obligaciones , de modo que al poco tiempo vino a creerse extraño en sus propios dominios , aunque ningún recelo pudo jamás turbar su calma , pues confiaba demasiado en la perfección de su hechura para que se le pasase siquiera por la idea el achacarle el menor defecto , y así se estuvo años y años recogiendo el fruto de una obra de caridad . » « Ana , baronesa de Salas , hija única , y heredera de un rico patrimonio , sea porque efectivamente estuviese enamorada de Luis , como decía ella , sea por encubrir una falta , como suponían los demás , llegó a brindarle , aunque indirectamente , con su mano y con sus títulos . Lo único que faltaba para el complemento de la felicidad de Luis era la adquisición de un nombre , y su contento rayó en locura la primera vez que pudo firmarse : el Barón de Salas . Su anciano protector cedió con dificultad a su ventajoso enlace , y solo después de haberle prometido no separarse de su lado logró alcanzar su permiso . » « Educada Ana con todo el esmero y todas las preocupaciones que son peculiares a la gente de su rango , poseía a maravilla el arte de disimular sus pasiones para satisfacerlas cumplidamente ; y aunque al principio se mostraba solícita en conquistarse el afecto de sus nuevos amigos , pronto dio muestras de abrigar en su pecho un odio reconcentrado hacia los mismos que habían sido causa del engrandecimiento de su marido ; y tanto creía humillados su dignidad y su orgullo cuanto se veía obligada a la gratitud . La memoria de los favores recibidos es un continuo torcedor para cierta clase de almas , y por eso Ana devoraba en silencio las ruines instigaciones que la arrastraban a la venganza . Para mejor conseguir su objeto , empezó por minar la conciencia de su esposo , el que ajeno de las preocupaciones que su compañera había mamado con la leche , se dejó seducir sin apercibirse de sus intrigas . » « El hombre de bien en el estado de matrimonio , es un ser máquina cuya fuerza motriz es el alma de su consorte ; y por eso no hay uno que al fin no venga a ser juguete de sus caprichos , porque no apercibiéndose de la pequeñez de sus insidias , se llega a constituir el mismo en órgano ciego del cumplimiento de sus gustos , y hoy por indiferencia , mañana por tolerancia , y otro día por amor , se convierte en un maniquí que ella revuelve a su antojo . Así Ana a fuerza de constancia llegó a insinuarse de tal modo en el corazón de Luis que el menor de sus caprichos era para el una ley irrevocable con tales elementos al poco tiempo fue sin voluntad propia el interprete ejecutor de los deseos más vagos de su esposa , y como en el pecho de esta predominaba en tan alto grado el orgullo y el dominio exclusivo de sus gustos , llegó a hacer fructificaren el corazón de Luis el germen de estos someros afectos . » « Pronto conoció su protector la fatal influencia de la atmósfera que su hijo adoptivo se veía precisado a respirar , porque a los primeros años se disminuyeron notablemente sus caudales , y empezó a notar una malaventurada administración en sus haciendas . El pobre anciano ahogó no sin pesar su propia desconfianza , y en vano trataba de encubrir la realidad con los arreos de una quimera , pues una continua malversación de sus intereses llenaba cada vez más su corazón de angustia . Ni una reconvención , ni una queja salieron nunca de sus labios , y acaso hasta el fin de su vida hubiera tenido a raya la explosión de su justa cólera , si un día Luis con imprudente descaro no le manifestase la conveniencia recíproca que exigía una separación completa . Entonces el viejo no pudo disimular su enojo , y mal de su grado , con más lágrimas que improperios , le echó en cara lo inicuo de su proceder . Este al separarse quedaba casi reducido a la indigencia , mientras que el ingrato mendigo insultaba su pobreza con la prodigalidad del fausto . Tal vez el buen anciano hubiera muerto sin reclamar ante las leyes una riqueza de la cual había sido vilmente defraudado , si no temiese legar a su único sucesor como timbres de su ilustre cuna las privaciones de la miseria . » « El amor paternal sofocó por último todas las consideraciones de una piedad mal entendida , y Luis fue citado ante un tribunal de justicia acusado de dilapidaciones y defraudes . Las leyes le condenaron , y tuvo que rescatar , con escándalo público , cuanto había adquirido con sus ocultos manejos , recayendo en su conducta la infame nota de los estafadores fue inmenso el dolor que nuestro pobre abuelo sufrió con la deshonra de su indigno protegido , y casi le costó la vida la sentencia del tribunal que le indemnizaba de todas sus perdidas . Su salud quedó en extremo quebrantada , y Luis al ver próxima su muerte , sea que el remordimiento hiciese efecto en su pecho , o que conviniese así a sus planes de venganza , dio muestras de un entero arrepentimiento , y afectó querer congraciarse con el hombre cuyos beneficios no había pagado más que con alevosías . » « El anciano al verlo a sus pies casi lloraba de gozo , y en el fondo de su corazón se acusó a sí mismo de demasiado cruel , no habiendo medio ni protesto que él no buscase para atemperar lo que él llamaba un acto despiadado . Presintiendo ya cercano el fin de su existencia , nombró a Luis tutor y curador de la menor edad de su único heredero nuestro padre , echando el sello con semejante exceso de clemencia a la bondad de su índole , que siempre tendía a disimular las faltas ajenas , mientras que ninguna reparación le parecía suficiente para purgar las propias ;d ote apreciable que formaba principalmente el núcleo de su carácter . » « Con un poco más de mundo , nuestro abuelo hubiera conocido que tales extremos de maldad y de arrepentimiento de parte de Luis no eran emanaciones de un solo corazón , y notaria que sus impuros manejos , después de una verdadera contrición , eran efecto de las sordas maquinaciones de su cauta esposa , la que no tenía inconveniente en exponerle a ser el blanco del público desprecio , y hasta a acusarle ella misma , siempre que de este modo resultasen creces a sus intereses materiales . Criada en la opulencia , sabía bien que la felicidad consiste en la completa satisfacción de nuestros gustos , y que para satisfacerlos son necesarios intereses , los que ella trataba de adquirir sin repararen los medios . Las almas como la suya ignoran la bienandanza que los pechos virtuosos encuentran , rodeados de las mayores privaciones . » « Después de muerto el anciano , pasó nuestro padre al cuidado de Luis como a su tutor legítimo . Afortunadamente nuestro abuelo en una de las cláusulas de su testamento , ordenó que Jorge , ayo de su hijo , no se apartase de él hasta que saliese de la menor edad , incurriendo en su desagrado cualquiera que contraviniese a su última voluntad . Era Jorge un hombre tan aferrado a sus principios , que al que no le era dado sondear su corazón le tenía por un ser impasible , incapaz de sensaciones , atribuyendo a crueldad la rigidez de su recto proceder . » « Ana se congratuló en secreto de poder esquilmar sin responsabilidad el patrimonio de su pupilo , y hasta llegó a pensar que con la muerte de esto , podría embrollar sus riquezas con un inmenso beneficio propio . Este último recurso no era tan fácil de llevar a cabo como se imaginó en un principio , porque el astuto Jorge velaba sin cesar por la existencia del niño cuya guarda le estaba encomendada ; y sea que la desconfianza del comportamiento fuese instintiva en su alma , o sea que particularmente tuviese sospechas de Ana , jamás consentía separarse de su lado , por más que esta prometiese en su ausencia consagrarse exclusivamente a su cuidado . Ninguna incomodidad , por grande que fuese , arredraba a Jorge en su empeño , y así es que Ana llegó a perder la esperanza de hallar una ocasión en que poder conseguir sus depravados fines . En vano dándole todas las apariencias de un accidente casual hacía jugar al niño por los bordes de un precipicio , pues siempre la mano de Jorge estaba pronta para separarle de la honda sima que amenazaba tragarle con fútiles pretextos solía a veces hacerle encaramarse a alguna eminencia desde la cual pudiera serle funesta la menor caída , pero sí por un momento no sentía el brazo de su ayo que al subir le contuviese , pronto oía su voz que con la mayor ansia le apercibía del peligro . » « Viendo Ana burladas sus primeras tentativas , se aferró cada vez más en su propósito , tanto por los descalabros que acababa de sufrir su orgullo , cuanto por el lucro que se prometía al acabar de dar fin a tan nefandos proyectos . » « Una noche después de cenar sintió Jorge unos violentos dolores que desgarraban sus entrañas . Al principio no pudo ahogar la horrenda explosión de sus gemidos , y gritó como un desesperado , sin que nadie acudiese a sus lamentos . Esta cruel indiferencia hacia quien con tanto ahínco se quejaba , vino a despertar sospechas en su ánimo solapado , y después de hacer un esfuerzo sobre sí mismo , aguardó hasta la mañana siguiente , devorando en silencio sus horrorosos tormentos . — No ha bastado la dosis , exclamó por lo bajo al levantarse , pero otra igual acabaría conmigo , y en seguida con aquella débil criatura . Pongámosla pronto en salvo , y más que para mantenerla tenga que trabajar lo que me resta de vida . — Abrió de repente la puerta de su cuarto , y la indignación se pintó en su rostro al ver a Ana en ademan de inspeccionar lo que pasaba dentro . El sobrecogimiento de esta la hizo exhalar un grito de sorpresa , perdiendo por un momento su habitual serenidad , lo que dio motivo a Jorge para creer que tales desconciertos eran sobresaltos de su conciencia culpada » — « ¿ Qué hacéis aquí ? la preguntó con sobrada celeridad . » « Pudo el orgullo ofendido lo que tal vez no fuera dable a la impudencia del crimen , y así es que Ana recobrando su imperioso tono . » — « ¿ Qué os importa ? lo contestó dignamente . » — « Es que con vuestra cena de anoche me habéis envenenado , siguió Jorge aturdido , y desbaratado por la firmeza de Ana . » « Tal vez el iracundo ayo no quisiera darla a entender sino que le había dispuesto una mala cena ; pero bien sea por su torpeza en explicarse , o bien por que Ana se creyese acusada con justicia , se puso a gritar frenética . » — « ¡ Socorro ! ¡ Socorro ! » — ¡ Silencio ! exclamó Jorge asiéndola del brazo bruscamente . » Entregada Ana a los impulsos de su rabia , se creyó violentada al verse contenida , y con todos los desmanes a que arrastran el encono y el amor propio ultrajado , olvidada de su dignidad , se abalanzó al pobre Jorge a quien trataba de ahogar entre sus manos convulsas , lanzando sordos rugidos que revelaban el más profundo despecho . En vano pugnaba el desvalido Jorge por desasirse de tan encarnizado adversario ; pues se sentía envarado como si ciñese su cuerpo alguna sierpe enroscada , hasta que viéndose medio ahogado , hizo el último esfuerzo , y la arrojó con violencia dentro de la habitación más próxima , cuya puerta logró cerraren seguida . Desesperada al ver inútil su enojo , gemía Ana como si despedazasen sus miembros las máquinas contundentes del más horrible tormento , y golpeaba la puerta invocando en su exaltación los nombres más odiosos de las deidades del infierno . Viendo tales extremos de ira , al punto comprendió Jorge que su vida era incompatible con la de Ana , y resolvió en todo caso llevarla por delante , siempre que se viese en la necesidad de tener que abandonar el mundo . Decidióse sin embargo a tentar primero todos los medios de salvación , y se volvió a encerrar en su cuarto , inmediato al de Ana , para evadirse de los primeros ímpetus delos que corriesen al socorro de esta . Se asomó a una ventana para apelará la fuga , pero retrocedió espantado al ver la enorme distancia que le separaba del suelo . Fuele sin embargo provechosa su tentativa , porque viendo a nuestro padre al asomarse a la ventana , entretenido en correr por la campiña que se dominaba desde su habitación , empezó a gritar con el mayor desorden , el cual daba más energía a sus palabras . » — « Huye , hijo mio ; huye , que te quieren matar en esta casa . Corre a la quinta de mi hermano Claudio , y dile de mi parte que te aleje de la comarca , y no vuelvas a parecer por aquí hasta que seas hombre y puedas cuidar de ti mismo a Dios , hijo de mi vida ... no vuelvas en mucho tiempo ... Corre , querido mio ; corre , corre » ... « Y el niño corría azorado hacia la quinta de Claudio sin poderse imaginar que peligro le amagaba , pero en extremo preocupado con las siniestras expresiones de Jorge , quien viéndole ya muy lejos con la mayor ansiedad alzando los ojos al cielo . » — « ¡ Gracias , Dios mio ! exclamó satisfecho de haber cumplido con el más sagrado de sus deberes . » « En tanto Ana seguía gritando con todo el furor de una endemoniada ; y aunque nadie la hostigaba , parecía que en venganza quería despedazarse a sí misma . A sus rabiosos alaridos acudieron cuantos amigos y deudos tuvieron noticia de tan extraño incidente , los que desde debajo de las ventanas amenazaban a Jorge con los mayores castigos . » — « Vais a morir , le gritaba Luis desesperado . » — « Me alegro , contestó una vez Jorge , pero no seré yo solo . » « Y sacando el pañuelo le acercó a la chimenea , el que después de bien inflamado lo arrojo entre las ropas de su lecho . » « En seguida se asomó de nuevo , solemnizando su triunfo con una sonrisa histérica . » — « ¡ Matarle , matarle ! exclamaba Ana azuzando desde la ventana a cuantos habían sido atraídos por sus voces . » — « ! Muera , muera ! seguían los de abajo disponiéndose a trepar a la habitación de Jorge . » — « Ahora moriremos , furia del infierno , seguía este diciendo al compás delos lamentos de la una , y de las execraciones de los otros , mientras que las bocanadas de humo que empezaron a brotar por las ventanas , venían a aumentar el horror de tan espantoso concierto . » « Ana con voz ya ronca solo lanzaba gemidos a manera de agonía , a las cuales Jorge contestaba con robustas carcajadas : atroz contraste capaz de petrificar el corazón de los que de cerca los contemplaban . Ana era el crimen al borde del sepulcro , que lloraba entre los estertores de la muerte la hora del arrepentimiento . Jorge era la virtud , que veía entre risas el juicio final de su constante enemigo . Los dos parecían gozarse en su mutua destrucción , una con el furor del malvado , y el otro con la paz del justo : ambos podrían ser dos seres evocados del fondo del abismo para entonar un dúo infernal , que revelase en parte la lucha de las pasiones bastardas trabada en el pecho de los condenados . » « El incendio cada vez tomaba más cuerpo . » — « Que me ahogo ! decía Ana sacando el cuerpo lo más posible para respirar el aire puro . » « El edificio ya no presentaba más que el aspecto de una masa informe , envuelta entre una nube condensada de humo , la que rasgaban a trechos súbitas llamaradas . » — « ¡ Muere infame ! exclamaba Jorge dirigiéndose hacia la habitación inmediata de Ana , tendiendo la mano para apostrofarla en sus últimos instantes . » « Logro esta una vez asir el brazo de Jorge , y tirando con la energía propia de su frenesí , procuró atraerle hacia sí para despeñarle ; pero apercibido el segundo de su intento , pudo rehacer sus fuerzas y arrancarla de la ventana sosteniéndola en el aire . Bamboleaba Ana sin dejar un punto de lanzar improperios contra Jorge , el que atendiendo solo a los nobles impulsos de su corazón no se atrevía a soltarla : la descocada hiena , sin embargo , atarazaba con sus dientes , y despedazaba con sus unas la misma mano amiga que procuraba salvarla . Jorge a pesar de todo redobló sus esfuerzos para sostenerla , hasta que magulló su frente una piedra arrojada desde abajo y entonces exánime soltó a la desventurada Ana , la que cayó a despedazarse casi a los pies de su esposo . En seguida el cuerpo de Jorge , vencido por su propio peso , bajó a aumentar al lado de Ana la horrible carnicería . » « Poco después los escombros cubrían ambos cadáveres , ocultando con ellos el secreto de su desastrada muerte . » « Mientras que esto sucedía , nuestro padre había corrido hacia la casa de Claudio , el que después de oír repetir las terribles palabras de su hermano Jorge , entrevió el inhumano designio que tenían Luis y su esposa de deshacerse a toda con costa de aquel inocente . Claudio , abuelo de María , era un labrador acomodado , tan honrado y suspicaz como la mayor parte de los labriegos de nuestro país . El tal vez era el único a quien Jorge había comunicado sus sospechas , y así es que al escuchar de boca del niño el último mandamiento de su hermano , se decidió a ponerle encobro , seguro de que sino peligraba su vida . Sabedor Luis de la huida de Claudio con su pupilo , logró aprenderle por medio de sus pesquisas , y le hizo formar causa como cómplice de su hermano Jorge en el asesinato de Ana . Sepultaron al infeliz en el fondo de una mazmorra , en donde viendo el mal aspecto que tomaba su proceso , perdió a poco tiempo la vida abrumado de pesadumbres . » « Volvió por consiguiente nuestro padre a estar bajo la tutela del desventurado Luis , a quien postraba por instantes el nefando recuerdo de la muerte de su esposa . Faltando esta , era de creer que el descendiente de su bienhechor podría vivir tranquilo al lado de Luis , y así se lo hacía ver con sus continuos desvelos ; más sobrecogido aquel una vez , nunca pudo arrancar de su pecho la desconfianza que continuamente le atormentaba . Resolvió pues alejarse de un lugar en que se le figuraba no ver más que traidores que le espiaban , y al intento se concertó con el hijo de Claudio , huérfano desvalido desde la prisión inicua de su padre . Era Andrés el compañero de su infamia , y poca repugnancia le costaría sufrir con el un voluntario destierro , cuando vela que a sus ojos , después de haber causado la muerte de su padre , a título de cubrir costas , malbarataban su herencia los mismos que se llamaban ministros de justicia . Apenas los dos jóvenes contarían quince años cada uno , cuando alejándose de la patria que los habla visto nacer , sin relaciones y sin recursos , se vieron en la precision de tener que vagar por los caminos mendigando la pública caridad . El desventurado Andrés era quien únicamente imploraba la compasión ajena , repartiendo con su amigo el fruto de sus afanes . Si este tenía frío , él afectaba calor por tener un pretexto para cederle la mitad de su miserable abrigo . Si menos acostumbrado que el a las privaciones , sentía algunas veces quebrantada su salud , Andrés ponía en contribución a todos los médicos de los pueblos , y nunca faltaba pan para su compañero , aunque en el acto de mirar por su vida tuviese que separarlo del mismo borde de su hambrienta boca . Andrés , que por algunos años fue la única providencia con quien contó nuestro padre , se halla ahora en una cárcel acusado de haber dado muerte a la buena esposa de su mejor amigo . ¡ Acusación infame que si yo no desmintiera sería el más ingrato de los hombres ! Sí , Emilia ; todas las apariencias que condenan a este desventurado , no son más que cargos infundados que yo desharé en un momento sin comprometer la fama del verdadero criminal , porque entonces su deshonor nos pudiera salir muy caro . No me preguntes nada , porque este es un velo que jamás descorreré a tus ojos . Solo quiero que no tengas al infeliz Andrés por el homicida de tu madre , porque su fidelidad no lo merece , y porque tengo pruebas , que menos a él y a mi , a todo el mundo deben de ser extrañas , por las cuales puedo responder con seguridad de su inocencia . Andrés se somete con resignación a los decretos del destino , porque no parece sino que toda su familia ha sido arrojada al mundo para participar de las continuas desolaciones de la nuestra . Nosotros , más que nadie , debemos respetar su nombre , y aunque por ahora no podamos recuperar su gloria , por no menoscabar la nuestra , démosle un lugar debido en nuestro corazón , bendiciendo su memoria , y probándole con nuestro amor y respecto que no pagamos sus beneficios con el premio de los ingratos . » « Luis resistió por mucho tiempo a los furiosos combates de sus remordimientos y sus pesares , pero al fin rindió el espíritu , al parecer tranquilo , en los brazos de Narciso su hijo único , muy niño todavía , pues cuando acaeció la muerte de Ana , aun contaba muy pocos meses . Luis acabó sus días sin murmurar su nombre a la hora de su muerte . Después de la repentina desaparición de nuestro padre con Andrés , se afanó en buscarlos , aunque en vano , sembrando como de paso la probable conjetura de que ambos podrían haber muerto dando cima a alguna calaverada . En las rocas de Trejulfe , o en los torrentes que las separan , decía él , habrán hallado aquellos infelices el premio de sus locuras . Pero los cadáveres no perecieron ; y lo que antes propaló como una duda , llegó a tenerlo el mismo por un imposible . Sin embargo le convenía borrar su recuerdo de lamente de los hombres , y nunca nombraba a los fugitivos , temeroso sin duda de resucitarlos . No es tan fácil empero apartar una memoria que nos corroe el corazón , como un nombre que solo nos estorba los labios , y por eso devoró en secreto el sentimiento de las venganzas que dejaba preparadas contra su hijo , si nuestro padre vivía ; y así en la duda de su muerte , aparentó una serenidad exterior a la que daba consistencia el hábito del disimulo . Tal era la fuerza de la costumbre en ahogar el recuerdo de su víctima , que ni al fin de su vida , cuando callan las pasiones para que hable la conciencia , se deslizó una frase de su boca que mostrase su arrepentimiento . » « Quedó Narciso bajo la tutela de una tía suya , hermana de su madre , quien al hacer el inventario de los bienes que heredaba su sobrino , incluyó sin escrúpulo los que administraba Luis de nuestro padre , seguro de que este había muerto , y poco recelosa de que nadie la pidiese cuenta de ellos . Confianza absurda , pues un día se presentaron dos mendigos a reclamar la mejor parte de las fincas de la baronía de Salas , a las que decían tener derecho . No estaban tan mudadas sus facciones que algunos no conociesen en uno de ellos al legítimo heredero delos señores de Mora . Las leyes recobraron una vez su imperio , y el patrimonio de nuestro padre volvió a su dueño natural , con el resarcimiento de los intereses perdidos . » Aquí cesó Julio de hablar para tomar aliento , y poco después continuó diciendo : « Narciso y tu tía tuvieron la restitución por un despojo arbitrario , y juraron vengar aquel ultraje . No les valió ensañarse contra mi padre , porque su virtuosa severidad fue siempre una muralla donde se embotaron sus traicioneros ataques . Sufrieron reveses en su imponente encono , pero si se postraba su rencor era para erguirse más encendido . Cansados al fin de sufrir derrotas , y estimulados por la ira , buscaron un muro más débil para abatirle , y volvieron los ojos hacia mí ; pero en mi pecho hervían los sentimientos de la defensa propia , despertados desde el principio por los consejos de mi padre . Era pues en vano persistir en la contienda , y al parecer cesaron en su pertinaz encono . ¡ Mas ay ! que cuando estaba entregado al más intenso de los dolores ; cuando cegaban mis ojos las lágrimas vertidas en homenaje de uno de los deberes más santos para el corazón del hombre ; cuando el dolor sirve de pretexto para atraernos la consideración de los demás , entonces ese infame , acallando los gritos del derecho y de la humanidad , sorteó mi indefenso pecho para herirme en el corazón . Te buscó a ti , débil y entonces desamparado depósito donde tenía guardada la inmaculada gloria de mis heredados blasones , y se gozó en desgarrar el lienzo purísimo en que estaban escritos , dándome a escoger entre la desesperación y la muerte . » — ¡ Que desgraciados somos ! prorrumpió Emilia abalanzándose al cuello de su hermano . — Si muy desgraciados , gracias a la rebelde hermana que desoyó mis súplicas cuando aun tenían remedio nuestros males . Acuérdate que en la última fiesta de San Antolín , separándote de Narciso , te dije en un tono que no debieras haber olvidado nunca : — « Emilia , por ser la primera vez que has hablado con ese hombre , me contento con separarte de él ; pero advierte que la segunda te puede costar la vida . » — Es verdad , hermano mio ; yo creí que era un capricho : él también me lo aseguraba . ¡ Si vieras cuantas promesa me hizo para alucinarme ! Me dijo una vez que tenía proyectada una reconciliación contigo . ¡ Ah , si hubiera sabido que era imposible ? ... Pero yo todo lo ignoraba , y no tuve inconveniente en creerle , porque me engañaba el corazón haciéndome ver que era cierto todo cuanto él me decía . — Tienes razón , pobre niña ; ahora recuerdo que yo nada te dije , y no extraño que poniendo en juego todos los resortes de la seducción , haya llegado a fascinar tu alma . Pero es menester que tratemos de remediar el mal con la dignidad que nuestro decoro exige , y al efecto necesito queme des palabra de encerrarte en un claustro para siempre . ¿ Dudas Emilia ? — Lo que tu quieras , dijo Emilia entre sollozos , llegando el pañuelo al rostro para secarse las lágrimas . — Necesito una respuesta categórica . Quiero saber tu última resolución para tomar yo la mía . ¿ Te resuelves a encerrarte en un claustro para siempre ? — Sí , contestó Emilia ahogada por los gemidos . — Entonces llega a mis brazos , exclamó Julio estrechándola con la efusión más tierna . Que venga ahora ese seductor con aire de protección como quien tiene en sus manos nuestra fama , y verás con que orgullo le digo : — « Caballero Narciso , la verdadera existencia de todos mis antepasados ha sido la honra ; yo soy afecto a todo lo que ellos , y sin embargo no recibiría la honra de vuestras manos . Es decir que prefiriría la muerte a un enlace de vos con mi querida Emilia . » — Sí , sí , hermana mía , aunque se que el nos desprecia , tengo una satisfacción en ver que lo mismo le despreciaríamos , si por acaso él tratase de honrarnos . Voy a escribirle al punto , y tu autorizaras con tu firma cuanto yo le diga mañana después de hacer los honores fúnebres a los restos de nuestro padre , saldré para Oviedo a señalarte el estrecho recinto que te ha de sepultar en vida , y aliviar en lo posible la suerte de dos infelices que gimen entre cadenas injustamente . Este último acto serán las mayores exequias que podamos tributar a su memoria . Adiós mi adorada Emilia ; consulta a tu corazón y piensa que vas a encerrarle para siempre . ¡ Para siempre ! añadió con marcada intención volviéndose desde la puerta . — ¡ Para siempre ! contestó Emilia dejándose caer desfallecida sobre el confidente . ¡ Terrible suerte por cierto ver fallidas en un punto cuantas esperanzas había concebido en el largo transcurso de su insensato cariño ! Ajena de tan imprevisto golpe , acariciaba Emilia las más lisonjeras ideas , forjándose un porvenir henchido de todos los placeres que tienen por fuente el candor y la inocencia ; y al ver por tierra la pompa de sus palacios encantados , quedo transida del dolor más íntimo , sin columbraren su amargura ni un resto del fulgor de sus pasadas esperanzas . Sumergida en un estupor profundo , permaneció inmóvil hasta que un criado con una carta de su hermano vino a sacarla de su aletargada enajenación . Mandóle salir en seguida , y después de verter abundantes lágrimas , volvió a enjugarse los ojos , como si quisiese reconcentrar su energía , y desdoblando la carta la leyó con aparente calma . « Acabo de recibir la vuestra , y a pesar del sentimiento que me ha causado su lectura , no me cabe poca satisfacción en tener un motivo más por el cual pueda satisfacer mis deseos , manifestandoos el hondo desprecio a que os considero acreedor . ¡ Hazaña por cierto digna de ser publicada el haber seducido a una niña inexperta ! No dejéis de contarla a todos vuestros compañeros en la primera orden del día , pues seguramente que entre ellos no podrá menos de adquiriros la nota de conquistador . Sois los militares de hoy tan afectos a esta clase de victorias , que el que entre vosotros no cuenta un par de familias deshonradas , no se tiene por confirmado en vuestra orden ; y a la verdad que para agregarse a semejante estado de vida , no pudierais presentar unos titules más propios . » « Solamente os suplico que no afectéis tanto interés por la suerte de mi hermana , pues podéis figuraros que lo que ha pasado entre los dos , no ha sido más que una humorada sin consecuencias ; y que por consiguiente las mismas causas de aversión existen entre nosotros que existían . » « Además sois muy bajo por todos conceptos para que os honréis con el título de miembro de nuestra familia ; y no creáis que esto sea una acusación hecha al aire , sino que tengo sobradas razones en que fundarla . » « Primeramente , por lo que respecte a vuestro oficio de militar , he pensado muchas veces en la usurpada consideración que la sociedad os dispensa , y no solo no he hallado una razón plausible para que holléis los saraos donde luce la cultura humana , sino que tengo muy poderosos motivos para creer que en una república medianamente gobernada no se os debiera permitir salir de los cuarteles . Os juro que me he avergonzado de ser hombre , al ver a tanto miserable enajenar su vida por un estipendio más o menos regateado . Vosotros , que sois lo más escogido de vuestra comunión , tenéis que rozaros por necesidad con lo más abyecto y despreciable que puede lanzar de su seno un pueblo corrompido , y así es que no hay vicio de que no estéis contagiados . Reducida vuestra táctica a meras fórmulas , que el más estúpido aprende en ocho días , abrazáis una carrera en la cual no tenéis que dar pruebas de un ingenio de que carecéis , y gozando con ardor de sus fueros y prerrogativas , defendéis su instituto , como que es la más provechosa ocupación de vagos . » « La más acertada disposición estampada en vuestra ordenanza es la que os prescribe una ciega obediencia a vuestros jefes ; y al jurar obedecerla , empeñáis una palabra que solo es dado romper a los falsarios . Concedido esto , cuando un caudillo os guía a la batalla para sentar en el trono a un tirano que esclavice a vuestra patria , sois unos liberticidas ; y si por quedar exentos de este oprobio , tornáis la lanza hacia el pecho del que jurasteis obedecer sumisos , faltáis a la fe solemnemente prometida , quedando desde aquel instante inscritos en el libro de los hombres sin pundonor . De estos dos títulos podéis escoger aquel que más os honre . » « Cuando el verdugo acogota a un reo , libra a la sociedad de un miembro corrompido , condenado por los tribunales . Vosotros , nobles por excelencia , pasáis por las armas , sin conocimiento de causa , a un infeliz que su único crimen tal vez sera el haber tratado de evitar otro crimen del capitán que os manda . La diferencia del hecho solo consiste en el modo de ejecutarlo . Todo estriba en averiguar si el sofocar con un dogal , es menos noble que el traspasar con una espada . La distancia que entonces os separa es exactamente igual a la que medía entre el corazón y el cuello . Algunos , y yo también , tememos menos ser horcados que arcabuceados , porque para lo primero se necesita que medie una sentencia justa , y para lo segundo hasta con un injusto capricho . » « Llega el momento de la victoria , y codiciosos de oro os aprovecháis del botín , desgarrando las valijas de los miseros vencidos . Cierta clase de gentes suelen dejar algo a los robados para que sigan su ruta , privándose así del horroroso espectáculo de los saqueados : vosotros dejáis en cueros a cuantos se os rinden en el calor de la refriega , y nada os importa presenciar su desventura . Aquellos , además de exponer su vida , se hallan amenazados por el rigor de las leyes : vosotros no exponéis más que la vida , y podéis despojarlos impunemente , sin que os pueda arrastrar a sus términos la justicia . Ya veis que en el parangón no salís nada agraviados . Todo es saquear a mano armada . Vos conoceréis de parte de quien hay más oprobio . » « Solo una cosa veo en que hayáis tenido acierto , y es en arrear con ricos atavíos el cuerpo , a falla de nobles atributos con que engalanar el alma . El vulgo carece de los ojos del entendimiento , y solo ve lo que atañe al uniforme : por eso vosotros le fascináis con el brillo de las placas y los entorchados . No os puede con todo columbrar el verdadero sabio sin traer a la memoria la fábula del asno cargado de reliquias . » « Haciendoos algunas veces toda la justicia que merecéis , para borrar tanta afrenta habéis invocado el dulce amor de la patria . Bellísimo expediente si disimularais más el ansia de obtener grados y condecoraciones . Reasumid cuanto os llevo dicho , y envaneceos si os parece con vuestros honrosos títulos . ¡ Dignos títulos por cierto de quien a tan bajo precio ha vendido su existencia ! » « No creáis por esto que no os juzgo necesarios . Al contrario , pienso que una nación sin hombres de cuyas vidas pudiese disponer a todas horas , estaría es puesta a mil contingencias con piratas exteriores , y a no menores revueltas con los bribones del centro con todo el ser necesarios no os da derecho a ser tenidos en más de lo que valéis , pues lo mismo pudieran alegar los hombres del pueblo que desempeñan los oficios más viles . Esto es con respecto a vuestra profesión . » « Por lo que toca a vuestra alcurnia no os quiero empachar recordandoos ahora vuestro origen , pues en la relación de tan noble ascendencia , tendría que mezclar una parte de vanagloria propia , trayendo a la memoria los beneficios que vuestra familia ha recibido de la mía . Además se que por esta parte ves mismo os confesáis de procedencia humilde , y por consiguiente ningún interés tengo en abatir a quien no se juzga enaltecido ; y creedme que si os he baldonado por la clase a que pertenecéis , es porque os engreís con una honra que estáis muy lejos de merecer , pues no hay cosa más insoportable que un orgullo irracional . » « Sentados estos precedentes , conoceréis que me es indispensable relevaros de todos los compromisos que hayáis podido contraer con mi hermana , con quien he consultado largamente la resolución que acabo de tomar . En cuanto a las cartas de mi padre , que habéis tenido la bondad de remitirme , podéis hacer de su contenido el uso que más os convenga , en la inteligencia que por ruin que sea no me cogerá de sorpresa . » « Desconfió de poder avistarme con vos como he deseado al principio , pero si queréis tomaros la molestia de hacerlo conmigo , os explicaré más claramente las razones que llevo expuestas . » La lectura de esta carta no hizo ninguna impresión en el ánimo de Emilia , y si estuviera bastante tranquila para poder juzgarla con serenidad , tal vez la hubiera hallado en demasía necia . Envilecer a una clase entera porque se desprecia a uno de sus individuos , solo puede ser obra del capricho de un demente , sin que puedan disculpar a Julio los resentimientos personales de que se dejó arrastrar . Afortunadamente , como se vera más adelante , su mejor prenda no era el juicio , que estaba muy lejos de ser recto , y por eso sin duda no titubeo un momento en calumniar a los depositarios de la seguridad pública , y a los que se les da una espada con la alta misión de que con ella sostengan y aumenten el lustre de las naciones . Muy lejos estaba Emilia de quedar satisfecha con la carta de su hermano . Las mujeres para acriminar tienen un modo más sutil y no menos franco que los hombres , hablando a los sentimientos , mientras que estos pierden el tiempo en herir a la razón . El arte de tocar al alma tiene visos de artería , en tanto que el de derrocar el juicio es una honrosa batalla . Las mujeres sin embargo prefieren triunfar del primer modo , porque no es el pecado que más sienten que las achaquen , el de la seducción . Cogió pues la pluma , y escribió otra carta del tenor siguiente : DE EMILIA A NARCISO . « Me habéis engañado inicuamente . ¡ Necia de mi que al verlos distintivos que la patria os ha confiado ! pensé que erais un hombre de honor ! Mentisteis es verdad , pero yo no sé si vuestra alevosía me ha causado más que dolor , desprecio hacia vuestra persona . Si con tan baja acción habéis querido amargar mi vida con un remordimiento eterno , os equivocáis torpemente , porque esta desgracia me ha traído al conocimiento de mí misma , y no me arrepiento de haber cobrado la razón a costa de tan grande sacrificio . » « En medio de mi abandono me queda la satisfacción de que cualquiera otra en mi lugar hubiera sido seducida . Al comenzar nuestros tratos quise dar parte a mi hermano de los primeros sin tomas del amor que me inspirasteis ; pero vos os opusisteis haciéndome creer que aun no era tiempo , y yo con la seguridad de la inocencia no tuve inconveniente en esperar hasta más adelante . Acordaos que al menor de mis favores siempre han precedido mil protestas de cariño por vuestra parte ; y no fui yo ciertamente la que primero manifestó deseo de legitimar nuestra íntima correspondencia . Vos fuisteis el que con un desvelo inaudito buscasteis medios de allanar cuantos obstáculos se oponían a nuestras secretas entrevistas , y vos también el que tomasteis a vuestro cargo el participar a Julio nuestro afecto , haciendo desaparecer mezquinas desavenencias que mediaban entre ambas familias . Si hubiera sabido que en vez de leves motivos como decíais , causas trascendentales tenían sembrado entre nosotros irreconciliables antipatías , me guardaría muy bien de dar oídos a palabras que ofendían la memoria de mis antepasados . » « No contento con ser el pérfido autor de mi deshonra , habéis tenido la crueldad de participárselo a un hermano que en su primer arrebato era muy capaz de haberme dado la muerte . ¿ Qué os he hecho yo , desventurada , que además de mi fama exigís el sacrificio de mi vida ? Si queréis hacerme desaparecer de la tierra porque mi nombre no sea la tremenda voz que alarme de continuo vuestros remordimientos , yo os juro por la sinceridad del amor que os profesaba , que esta será la última vez que el acento de esta victima llegue a turbar vuestra criminal conciencia . Desde un rincón de un claustro desfogaré mi despecho en lágrimas estériles , pero no cesaré de rogar al cielo por que os de el justo galardón de tan infame conducta . Os absuelvo completamente de cuantas obligaciones os puedan imponer las leyes humanas , pero apelando al último refugio de la inocencia ultrajada , remito a Dios el castigo de vuestro falso proceder . » « Una horrible sospecha me acaba de agotar el poco valor que me quedaba para resignarme a soportar mi ignominia . Me hallo con fuerzas para sufrir el baldón de amante despreciada , ¿ pero quien respondería de mi energía si tuviese que llevar otra carga más insoportable todavía ? Habría de condenar , como a mi , para siempre a no ver la luz del día a un inocente que no había tenido más culpa al ser concebido que el que su madre hubiese creído en la existencia de vuestro amor ? Os parece que le debiera arrojar al mundo , para que este le echase en cara la bastardía de su origen , y que fuese el principio de una generación que la sociedad cubriría de infamia eternamente ? Si este ha sido vuestro objeto al empeñar la fe para engañarme , sois un monstruo que solo os habéis contentado con llenar de oprobio a toda una raza ilustre , empezando por mi que representaba con orgullo la tradicional honradez de mis abuelos , y acabando por mi hijo que tal vez podrá ser en adelante el carcomido tronco de una vil genealogía . Sí , sois un monstruo , a quien como amante desprecio , y como madre maldigo . » « Nuestros mutuos compromisos quedan desde hoy divorciados para siempre . Si tal vez un resto de pudor ha conservado algún vinculo moral que todavía os una a esta desgraciada , desde ahora os restituyo el libre albedrío para que podáis disponer de él a vuestro antojo . Más todavía ; os conjuro a que ni siquiera pongáis el pensamiento en mi memoria , aunque sea para honrarla . De hoy en adelante todas nuestras conexiones serán las mismas que si no hubiéramos existido . » « Pero si acaso algún día ... después de mucho tiempo ... allá cuando ya no haya podido resistir al colmo de mi abatimiento : si entonces llamase a vuestra puerta un niño ... no para pediros un pedazo de pan como hizo vuestro padre con mi abuelo , si no para poner su orfandad a vuestro abrigo , pidiendoos un apellido ... por Dios que no se lo neguéis . Ved que es lo único que os ruego por la última vez de mi vida . El reconocimiento del hijo no volverá a anudar los lazos que os han unido con la madre . Si tal fuese vuestra generosidad , creedme que aun sería posible entre nosotros una reconciliación en la vida eterna ; los rencores de la amante no pasaran los lindes del sepulcro ... La sombra de la madre velará incesantemente por la suerte de su hijo , y al que sustituya su cariño maternal con un afecto de padre desde la morada de la paz lo colmara de bendiciones ! » ... Al llegar aquí soltó la pluma angustiada . No se atrevía a poner con su firma el sello a su desventura . Renunciar a la última esperanza es obra superior a las fuerzas de una niña que tiene por un castigo injusto el pagar un momento de olvido con una expiación eterna . Pero al fin firmó , y la carta fue a su destino . Es preámbulo forzoso de nuestros males el saludarlos con ceño : más al cabo nos resignamos a sufrirlos , porque no siendo bastante fuertes para repelerlos , nos cargan con ellos a nuestro pesar . Así el hombre camina hacia el sepulcro en lucha con su destino . Reacio en tomar cuenta de las penas que le cupieron en suerte , tiene al fin que sufrir estas , y además el castigo de los réprobos . Emilia lloró mucho sobre la carta en que daba el último adiós a su amante , pero sus lágrimas se secaron inútilmente , porque el llanto es el germen que peor fructifica . ¡ Oh , si supiera las muchas que la faltaban por derramar todavía ! Estaba la noche fría . La niebla cada vez más densa ahogaba en su seno los resplandores celestes . Julio caminaba lentamente . Sin aguijar su caballo , le dejaba marchar a su antojo por el camino trillado , temiendo a cada instante desviarse de la senda trazada , y dar en algún derrumbadero a cosa de media noche salió a los campos de Grado , y seguro de no encontrar ya precipicios , apresuró el paso con deseo de entrar antes de amanecer en Oviedo . Aun le faltaban dos leguas cuando distintamente percibió el rumor que formaba la conversación de algunos que sin duda le precedían . Avanzó hasta reunirse a ellos , y como solo por el ruido podía medir las distancias , a pesar de no ver a nadie , conoció que caminaba a su lado . Ya se iba adelantando un poco , cuando creyendo escuchar su nombre , contuvo su caballo , el que se paró completamente . Por desgracia el fogoso animal era tan dócil a las menores instigaciones de su dueño , que le le aguijase medía el terreno a escape , y con poco que le contuviese , se quedaba enteramente quieto . AsíJulio se atrasó gran trecho por detenerse a escuchar el motivo que mezclaba su nombre en aquel misterioso diálogo . Llevado de la curiosidad volvió a ganar lo atrasado , y si antes oyó su nombre , en este segundo avance no lo quedó duda alguna que había escuchado el de su padre . Un vivo interés le hizo amainar las riendas , y el obediente alazán se volvió a quedar plantado . — Maldito seas ! dijo el jinete para sí , y le arrimó un espolazo . El caballo arrancó de nuevo , y entonces Julio escuchó de paso una voz de hombre que decía : — « Pues yo estoy seguro que ninguno de los presos ha tenido la menor parte en la muerte de Margarita » ... El temor de adelantarse y de perder una sola frase le obligó a rehacer el freno , y aunque se hizo todo oídos no llego a percibir más que un sordo murmullo , perdiendo ahora por atrasado , lo que antes temió por adelantado . Un segundo espolazo le hizo al caballo trasponer de pronto el camino otra vez perdido , y Julio oyó la misma voz que seguía diciendo : — « ¿ Y cómo he de querer a sus hijos siendo ellos la principal causa » ? ... Julio crispaba los puños de impaciencia con el ansia había picado más fuerte de lo necesario , y ya oía detrás las voces , dejando de percibirlas cuando más le interesaban . Absorto en la idea de escuchar con una atención absoluta , maquinalmente contuvo su caballo . Se fueron acercando los viajeros , y Julio continuó escuchando ¿ — ... « Llenar páginas y páginas con los asuntos de Margarita . Para mí no había más que expresiones comunes : algún recuerdo , alguna esperanza ; de estas últimas muy pocas . A veces llegué a dudar hasta de vuestro » ... — El viento que arreciaba empezó a formar ondas con el acento , no llegando a su oído más que el diálogo casi a medias . — ... « Y vuelta con Margarita ... a veces con él ... no , creedme queel tal Julio ... » Se impacientaba este con el aire , con la niebla , con su caballo , y concuanto le impedía escuchar una conversación que tanto le importaba . Ahora redobló su atención con más ahinco que nunca . La voz seguía diciendo ; — ... « Si , con Julio ... no lo niegues ... muchas ... creí que era algún » ... Viéndose Julio ya muy rezagado , no quiso perder el epíteto con que sin duda se le iba a regalar , y sin poderse contener arrimó al caballo un espolazo haciéndole arrancar a escape . — « Loco » ... oyó al acercarse a los viajeros , y en seguida echo a rodar un bulto por no haber podido contener la furia de su caballo . — Ay ! exclamó una mujer a quien sin duda habla despeñado . El tono de esta exclamación sin saber por qué le hizo estremecerse todo . Con gusto hubiera dado la vuelta para socorrer a aquella desgraciada , pero el temor de ser conocido le hizo sofocar sus nobles sentimientos , y se apresuró a llegar a Oviedo entre mortales angustias . — ¡ Maldita suerte ¡ decía Julio : aun no he llegado a la ciudad , y ya oigo referir mi historia . En cuanto el sol se levante me señalarán por las calles como a un objeto digno de la compasión y del desprecio de las gentes . ¡ Ah , cuando cesará en su rigor el hado que me persigue ! ! Y aun no empezaba a alborear el día , cuando llegó a las puertas de Oviedo , donde se apeó para entrar silencioso como un fugitivo , y azorado como un criminal . El ánimo preocupado suele trocar en energúmenos a las personas sensatas . De noche temen a los duendes ; de día a los hombres . Si alguno se les adelanta , creen que es para gritar : ¡ que viene ! Si alguno se les atrasa , piensan que vocea : ¡ a ese ! El miedo es como la luz , que traspira hasta por los poros . Por eso el que está poseído de él tiene dos trabajos cuando lo disimula : se le ve el miedo , y el deseo de ocultarlo . Un medroso martiriza sus sentidos cuando los pone frente a la persona que teme . Si la mira cara a cara , sus mejillas se parecen a la cera ; si la observa de reojo , no hay color de grana tan subido como el de sus orejas : si la vuelve la espalda , siente en el occipucio un escozor como si le amagase una cantárida . Esto mismo sucedía a Julio los primeros días de su llegada . Preocupado con la conversación que oyó la noche que entró en Oviedo , salia muy rara vez de su casa , imaginándose que cuantos pasaban por su lado decían para sí : este es aquel . Mas poco a poco se fue serenando su alma ; y si al principio no salía más que de noche , después ya salia por las tardes , luego por las mañanas , y al fin salia como todo el mundo , cuando le daba la gana . Mucho mortificaba a Julio la memoria de sus pasadas zozobras . ¿ Tener miedo a todos , por haber oído a uno contar su historia ? ¡ Qué vergüenza ! Para enmendar tal flaqueza , Julio desde entonces hablaba más alto , accionaba con más desembarazo , y miraba a los hombres de un modo tan particular que parecía decirles : observe V . que no tengo miedo . Y no lo tenía en efecto , más tampoco había por qué . Ya con la calma necesaria para ocuparse de sus negocios , se fue un día a casa del Oidor a enterarse de la suerte de los presos . — Pase V . adelante , le dijo un criado haciendo una cortesía convencional en semejantes casos . Julio contestó con otra , y prosiguió andando hasta una sala de enfrente . Quedó se de pie en la puerta , y con una contorsión tan ridícula como la del criado saludo a una joven que recostada en el sofá se entretenía en hojear unas cartas , dejándole por consiguiente sin contestación . — Señora ... se atrevió a decir Julio casi entre dientes para llamar la atención hacia su persona . A tan leve rumor se sobresaltó la joven , y arrebujó en su falda los papeles , hasta que viendo a un hombre desconocido volvió a recobrar su compostura , y reportándose de su primera sorpresa . — Caballero ... contestó en el mismo tono . — Perdonad , continuó Julio , adelantándose como quien cuenta los pasos . Soy hijo de un íntimo amigo del señor Ramírez ; he venido a consultar con él sobre un negocio importante ; me han dicho que no estaba en casa , y resuelto a esperarle , me introdujeron en esta sala , donde he tenido el gusto de hallaros , y acaso el sentimiento de interrumpiros ... — De ningún modo : tomad asiento , dijo Isabel haciendo que subía el pañuelo de los hombros para derribarle un poco . Julio se sentó en seguida , tomando en su silla la postura más desembarazada que pudo . Quedaron uno en frente de otro tan silenciosos y distraídos como si estuvieran solos . El modo de entablar conversación entre dos que no se han visto nunca , por mucho talento que medie por ambas partes , es menester que peque de muy necio , o a lo menos de muy indiscreto con la benevolencia en el rostro se miran o incitan mutuamente , deseando que el uno hable , seguro de que aunque diga lo que quiera ha de hallara sentimiento en el otro , pues ambos tienen un sí colgado de los labios en remuneración del que antes manifieste una ocurrencia . Algunos en tales casos , habiendo divergencia de opiniones , a lo mas , se atreven a emitir su parecer vagamente ; y no faltan otros que , aunque se siente una verdad inconcusa , la niegan rotundamente , con el objeto de tomar pie para seguir hablando , pues más quieren parecer dementes que hombres a quien nada se les ocurre . Pasaron muchos instantes en un completo silencio , hasta que viéndose ya en ridículo Julio se aventuró a decir algo . — ¿ Sois parienta del Sr . Ramírez ? Después se mordió los labios seguro de que habla dicho una necedad , pues a él nada le importaba saberlo . — Prima , contestó Isabel balbuciente , como si ignorara el parentesco que los unía . Quedó esta un poco colorada , y aquel bastante disgustado del laconismo de su interlocutora . Habla hecho un esfuerzo de inteligencia para hacer una pregunta de que no quedaba satisfecho , y ahora tenía que reconcentrar de nuevo sus facultades intelectuales para hacer una segunda edición de su primera simpleza . Afortunadamente Isabel le excusó de este trabajo . — ¿ Venís para mucho tiempo ? Julio se tranquilizó del todo . La pregunta de Isabel era por lo menos tan indiscreta como la suya , y los había igualado hasta no tener ya nada que echarse en cara . — Eso depende del giro que tomen mis negocios . De cualquier modo pienso detenerme aquí algún tiempo , porque me han recetado los facultativos como medio higiénico la distracción y la variedad de climas . Además he adquirido algunas relaciones siendo estudiante en esta universidad , y faltaría a un deber no tomándome el tiempo oportuno para renovar las protestas de mis primeros afectos ... No todo lo que decía Julio tenía visos de cierto , pero algo se ha de perdonar al inocente deseo de hablar solo por decir algo . La conversación tenía que girar sobre cualquier cosa , y así no es extraño que Julio dijese cualquier cosa para entablarla . Isabel por su parte no necesitaba tanto para discurrir en terreno firme , y echando mano de la palabra afectos , dio interés al diálogo , convirtiendo en palenque el corazón . — Cierto , dijo , que los verdaderos afectos nunca se olvidan , y más si son los primeros . Vos sois muy joven todavía , y como los jóvenes no reprimen sus inclinaciones serán tantas las simpatías que tendréis que renovar ... Tenia Julio harto despejo para echar por el atajo sin caer en el absurdo de una brusca transición , y tomando el tono de una intención marcada , acabo de localizar la cuestión personificándola en sí mismos . — Es verdad que tengo añejas simpatías muy gratas para mi corazón , pero creo que otras nuevas pudieran ser más poderosas para detenerme con vínculos más fuertes ... Este supuesto con caracteres de declaración empezó a ponerlos de inteligencia , y por más que Isabel bajó los ojos , no pudo disimular que le había comprendido . Estaba esta adornada con sencillez : un ligero vestido blanco , un pañuelo de gasa por el cuello , y una flor que asomaba entre el cabello , era lo único que resaltaba en su tocado , haciendo gracia a las prendas naturales de atavíos pomposos que tal vez las hubieran ahogado entre la profusión de inútiles encajes . Tenia los ojos negros , y al verlos mirar siempre de rebote , pudiera decirse , a traslucir en ellos menos candor , que los hacía esquivarse la vergüenza . El quebrado color de sus mejillas parecía el resto de otro encendido por la juventud y la belleza , pero que las lágrimas lo habían deslustrado lentamente . Algunas respiraciones se trocaban en suspiros ; y no pocas veces un sollozo ponía termino a su sonrisa forzada . Aquel mirar apasionado y vago ; aquella viveza que se confundía en la inquietud ; un tono dulce que degeneraba en melancólico ; una flexibilidad en sus movimientos que al menor descuido caía en un lánguido descaecimiento , eran signos que impelían al corazón a desentrañar el de Isabel . Para esto se necesitaba un alma dotada de cualidades más exquisitas que las que adornaban la de Julio . Tenia este un talento claro , pero le faltaba ese instinto de percepción que saca a los hombres de la esfera vulgar . Capacidad mediana bajo todos aspectos , ni amaba en extremo a la virtud , ni se apegaba demasiado al vicio ; y así cometía una mala acción sin bajeza , como hacía una buena sin entusiasmo con disposición para desempeñar los cargos más difíciles de la sociedad , no era capaz de dominar un suceso ; y convertido en primer actor en el complicado drama que se iba a representar en su tiempo , tal vez su nombre no quedará inscrito en el mármol de los genios inspirados , pero es seguro que no se alegaría de la escena entre el coro de silbidos que siempre acompaña a los histriones deslucidos . En todo mostraba el talento de una medianía , y era , en una palabra , el tipo de esos hombres que , juguetes de los acontecimientos , ni los contienen ni los precipitan , y que sin oprobio ni gloria llegan por fin al sepulcro donde los demás hombres entierran su memoria con sus cadáveres . Por eso no vio en Isabel más que un foco cualquiera de voluptuosos deseos , confundiendo con las acciones comunes aquel mirar receloso y vivo , como el de quien ha sido abatido por la fortuna , y la observa de reojo , aguardando la ocasión de tomar venganza de los ultrajes que ha recibido de ella . Siguieron hablando sin abandonar un punto el tema propuesto , y aunque hacían sobre él infinitas variaciones , siempre venían a parar al mismo asunto con el mismo tono , imitando en sus conclusiones a los indispensables finales de aria . El ruido de una campanilla tocada de cierto modo , hizo a Isabel levantarse con presteza , y recogiendo de improviso las cartas esparcidas sobre el sofá , se dirigió ocultándolas hacia el gabinete inmediato . Consecuencia necesaria del que con señas imprudentes da lugar a que el enemigo se ponga alerta . Al entrar el Oidor Ramírez , ya le aguardaba Isabel de pie junto a la puerta , a la que saludo con un ademan todavía no admitido para delante de gentes . Una retirada de esta le hizo volver en si , y advertirse de la presencia de Julio , a quien encarándose con altivez . — Servidor , dijo acompañando su saludo de una venia que de todo carecía menos de afectación . Isabel avergonzada se retiró en seguida , mientras que Julio tomo la desenvoltura por una chanza de primo . La persona del Oidor indicaba por su elevación gran flojedad de talento , al mismo tiempo que mostraba ser a propósito para cortejante de profesión . Los hombres para las mujeres se miden de los pies a la cabeza , mientras que los hombres para la sociedad se miden por la extensión de la frente . — Sentaos , añadió luego sin escasear las cortesías . La majestuosa facha de Ramírez no dejó de imponer el apocado animo de Julio , quien en aquel momento se admiraba de la poca armonía que reinaba entre la compostura de su aspecto físico , y el desconcierto moral del extravagante autor de la carta de su padre . — ¿ Podré saber en lo que debo serviros ? — Me llamo Julio de Mora ... — Como ! ¿ seréis acaso el hijo de mi íntimo amigo ? ... — Y muy servidor vuestro . — Sea por muchos años . Aprecio en extremo a vuestro padre ... — Mi padre ha muerto . — ¡ Ha muerto ! — Hace días que he tenido el sentimiento de quedar huérfano . — ¡ Qué lástima ! añadió Ramírez con un aire de compasión estúpido . Quedose Julio pensativo , y el Oidor haciendo que pensaba . En el rostro del primero se veía pintada la tristeza , y en el del segundo la violencia de afectarla . Por fortuna la entrada de un nuevo personaje sacó a Julio y a Ramírez deun estado tan doloroso , para aquel por lo sensible , y para este por lo excepcional . — Felices , dijo un botarate entrando como los torbellinos , de repente . Por la vaguedad del saludo se conocerá que el saludador era uno de esos entes que no paran jamás la atención en saber qué hora es . Felices pueden ser días , tardes y noches . Hay términos tan socorridos que nos eximen del trabajo de saber una porción de cosas . El Sr . felices no tenía nombre : al menos en Oviedo muy pocos lo sabían ; ni sus amigos íntimos . Si se hablaba con el se le llamaba marqués : cuando se hablaba de él el marquesito : el vulgo que no oía hablar de él , y que solo veía sus maneras , le llamaba el loco . No era tan loco sin embargo como se decía . Es verdad que al parecer lo era rematado , pero la mitad de su locura era natural , y la otra mitad ficticia . Escudados con aquella , muchos se reían de el impunemente ; abroquelado con esta , se reía él de muchos a mansalva . Dividida en dos partes su locura , si con una perdía , con la otra especulaba . Era un loco a medias , con quien todos salían a ellas . Si alguno le insultaba ya sabía que no tenía que incomodarse , porque sin duda habían dado pie para ello sus cosas : si él insultaba a alguno , tenía que sucederle lo mismo , pues quedaba exento de todo oprobio solo con exclamar : ¡ cosas suyas ! — Ola ! dijo Ramírez alargando la mano al marquesito , tengo el gusto de presentarte a un sobrino de tu amigo Valleameno . — Lo celebro , contestó el loco ; ya le habrás dicho que su tío se ha fugado de la cárcel . — ¡ Cómo ! exclamó Julio tan gozoso como sorprendido . — Si , se ha fugado , continuó el marquesito ; o por mejor decir le han dejado fugarse . Los curiales que entendían en su causa pesaron el gusto de verle ahorcado con el dinero que se les ofrecía , y advirtiendo que este inclinaba notablemente más la balanza , se decidieron por él , y le proporcionaron la fuga . Bien es verdad que el alcaide está preso ; pero en cambio su mujer lleva vestido nuevo . Ya se empiezan a propalar voces de que esta inocente : pronto le echarán a la calle , y con que se achaque la fuga a un caso fortuito he aquí que los señores curiales ya cubren el expediente . Esta gente comete cualquier maldad con tal que halle un pretexto con que cubrir el expediente . ¿ No es verdad Ramírez ? — Cosas tuyas ! prorrumpió sonriéndose el Oidor . — Cosas mías indudablemente siguió el impertérrito marquesito ; no sé yo que hasta ahora otro alguno haya despreciado tanto a toda la ralea judicial . Este sagrado poder que solo debiera estar conferido a la sabiduría y a la virtud , anda en manos de intrigantes y de pícaros ; no porque esto pueda tener remedio , pues no hay en el mundo entero bastantes sabios y virtuosos como curiales se necesitan para solo el rincón de una provincia . Cometed una injusticia , dirigíos a un abogado , y veréis como os dice : — « No tenéis razón , pero se hará lo que se pueda . » — y desenterrando códigos , multiplicando fórmulas , y falseando los principios de la sana moral con argucias más o menos ingeniosas , aunque seáis un bribón confeso , prueba que sois un inocente convicto . Ramírez se reía mucho de las locuras de su amigo : mas no le sucedía lo mismo a Julio . Aquel , o le parecía que tenía razón , o no se quería tomar el trabajo de rebatirle : este , con el ardor e impericia de todos los aprendices , tomó la defensa de una carrera que él había comenzado . — ¿ Y podréis negar la consideración a que es acreedora la magistratura ? dijo en un tono forense , o como si dijéramos prosopopéyico . — De ningún modo , le interrumpió el marquesito ; la magistratura es acreedora a una alta consideración , más que por el decoro que tiene , por el que debiera tener . Desengañaos Sr . D ... ¿ Cómo es vuestra gracia ? — Julio , contestó este algo amostazado . — Pues desengañaos , Sr . D . Julio ; la paz de los pueblos está en razón inversa del número de ministros de justicia . Cuando veáis algún curial , desde un alguacil hasta un magistrado inclusive , podéis decir sin miedo de engañaros : — « Ahí va un perverso que se moriría de hambre el día que los hombres llegasen a ser buenos ; y así es que está en su interés hacerlos peores todavía . Ese pajarraco es un buitre que , si defiende del lobo alguna oveja , es para chuparla la sangre . » — Creedme , vuelvo a repetir ; yo he pleiteado muchísimo , y como no estoy descalzo , siempre he tenido razón ; y si no la he tenido , siempre he salido bien . Digo bien a pesar de que el paciente que tiene la desgracia de caer bajo la jurisdicción de estas hienas consentidas , aunque salga con vida , siempre deja la piel entre sus garras . Y a propósito de esto , recuerdo el chasco de aquel pobre paisano que litigando por una ruin herencia de veinte duros , encontró a so procurador que le dijo : — Ha ganado V . el pleito . — Siempre Dios vuelve por la inocencia , exclamó el paisano con una exaltación angélica . — En pagando V . las costas , ya puede entrar en posesión de su herencia . — ¿ Y a cuanto ascienden las costas ? — A quinientos reales sobre poco más o menos . — ¿ Es decir , replicó el pobre hombre , que tengo que dar cinco duros encima de lo que vale la hacienda ? — Si señor ;p ero ha ganado V . el pleito . — Nada es comparable al terror que inspira el nombre de la justicia . Entrar esta en una casa , es lo mismo que entrar a saquearla legalmente . Yo he conocido a uno que , mediante un poder , compraba deudas por un ínfimo precio . Este bribón lo entendía : entablaba la demanda ; si perdía el pleito , apelaba : si volvía a perder , apelaba en segunda instancia : y por último , cuando menos , lograba una transacción , en la cual siempre salia ganando . Una institución que presta armas tan alevosas para que un estafador o un intrigante pueda a cualquier hora poner en conflicto a una familia honrada , es una prueba inequívoca de que la sociedad que la tolera , más que guiada por un destino , camina arrastrada por el acaso . Siente el cáncer que la devora el corazón , pero no acierta a poner remedio . Los seres infectos que agravan esta gangrena son halagados como los perros tocados de la hidrofobia , que les dispensa el temor las caricias que les escatima el afecto . Denme los códigos de un pueblo , y yo diré hasta que punto goza de libertad , y marcare el grado hasta donde raya la moralidad de sus magistrados . Dentro de algunos siglos cuando se lean los nuestros , infaliblemente se deducirá que nuestra legislación era el escándalo de la civilización , y sus autores y ministros el azote de la humanidad . Julio determinó ausentarse , o por no cometer la profanación de escucharle , o por gozar en silencio de la fuga de su tío , que tanto convenía al objeto de su viaje , y por eso en cuanto el marqués concluyó su periodo . — Con vuestro permiso , dijo levantándose . El marquesito que adivinó su disgusto hizo vagar por su rostro una sonrisa maligna . Aquella sonrisa hizo en Julio el efecto de una escarificación . Ramírez salió a acompañarle hasta la puerta , y en el recibimiento encontraron a Isabel que pasaba por casualidad . ¡ Casualidad por cierto ! — Esta casa está a vuestra disposición , dijo Isabel a Julio en un tono que decía traducido al lenguaje del sentimiento : « Tendré mucho gusto envolver a veros . » — Si , esta choza está a vuestra disposición , siguió el pedante del Oidor enmendando su torpeza . — Tendré el honor de volver a veros , contestó Julio con intención . ¡ Qué bien traducía Julio ! — Gracias , dijo Isabel . — Gracias , siguió Ramírez . — El honor será nuestro ... — Oh ! si , el honor será nuestro ... Julio hizo una cortesía ni bien vulgar ni bien culta , y comenzó a bajarla escalera . Ya iba a perder de vista la puerta , cuando alzando los ojos vio a Isabel que estaba mirándole al parecer extasiada . Aquella mirada hizo tal estrago en Julio que se arrimó a la pared por no rodar la escalera . ¡ Pobre muchacho ! Si él comprendiera la teoría de las miradas , sabría desde aquel momento que Isabel era , o una enamorada muy necia , o una comedianta muy ducha . — Si señor , decía el canónigo Siñeriz a Julio a quien había convidado a comer aquel día . Si señor , el tal Pertierra , vuestro cura párroco , era un perillán de marca mayor . — Sin embargo , sus virtudes ... — Eso mismo os probará que ha sido un galopín . Ningún hombre es malo o bueno toda su vida , y así es que cuando veáis un anciano hipócrita o virtuoso , podéis asegurar que de joven ha sido un bribón , y viceversa : algunas veces os equivocareis , pero serán las menos . — Partiendo de ese principio no hacéis entonces con mucha piedad vuestra apología , porque tengo entendido que hasta que os ordenasteis vuestra conducta ha sido ejemplar , por consiguiente si cuando joven habéis sido bueno , ahora que sois adulto ... — También habréis oído decir que no hay regla sin excepción : y apropósito de excepciones , exceptúo a Pertierra , si así os place , del número de los malos ; pero lo que no me podréis negar es que su ama siempre ha sido , es y será una grandísima perdularia . — La Señora doña Andrea ... — La Señora doña Andrea es una gazmoña peor que la Magdalena . Afortunadamente sé su historia desde que venia a vender coles a Oviedo , hasta que llegó a ser ama de cura , y por consiguiente puedo hablar de ella con más seguridad que vos , pues probablemente solo la habréis visto darse golpes de pecho .