Don Leandro de Burgos , distinguido militar que había servido con honra a su patria , retirose en edad no muy avanzada , obligado por el mal estado de su salud , consecuencia de las fatigas y trabajos de la guerra , y de una mal cicatrizada herida , que frecuentemente le causaba agudos dolores . Tenía don Leandro un hijo y dos hijas , todos casados . El varón , llamado Prudencio , que había cursado con lucimiento la carrera del foro , se estableció en una capital de provincia , reunió una numerosa clientela y vivía feliz al lado de sus amados padres y de una joven y virtuosa compañera , una niña de pocos meses , una cocinera y una niñera completaban el personal de aquella familia , en la que el cariño , la mutua deferencia y la unidad de aspiraciones eran causa de que reinase amable paz e inalterable alegría . Había , empero , un objeto en que se concentraban todas las miradas , al que se dirigían todos los afectos , en que se cifraban todas las esperanzas . Este objeto , mejor dicho , este ser querido , era la pequeña Flora , niña blanca y rosada , como un ángel de ésos que la lozana imaginación de los pintores concibe , y su pincel coloca a los pies de la imagen de María ; niña de formas redondas , de ojos azules , de rubios cabellos , alegre , juguetona , revelando en todos sus movimientos su perfecta salud y su exuberante robustez . Sofía amamantaba a su tierna niña no queriendo confiar este sagrado deber a un seno mercenario ; Prudencio , al salir del escritorio , hacía saltar sobre sus rodillas y besaba con transporte a la graciosa Flora , y los abuelos se disputaban el placer de llevarla en sus brazos . Alguien ha dicho que un matrimonio sin hijos es como un día sin sol ; por eso nuestros dos matrimonios eran dichosos ; el anciano , porque , acercándose ya al invierno de la vida y ausente de las otras hijas , veía en Prudencio y en su esposa el sol que iluminaba su hogar y prestaba calor a su existencia ; el joven , porque tenía en la inocente Flora el plácido rayo de luz del alba , que anuncia un día risueño de esplendoroso sol . Más claro : Prudencio y Sofía eran el sostén de don Leandro y doña Ángela , Flora era la esperanza de Prudencio y Sofía , y la alegría de todos . - ¿ Por qué templas el agua para lavar a la niña ? - decía cierta mañana doña Ángela a su hija política . - No hace más que dos días que la mando templar . - Por eso mismo lo digo , porque desde que ha nacido siempre la has lavado con agua natural , o sea a la temperatura ordinaria . - Es que hasta ahora ha hecho buen tiempo , y estos días va haciendo frío y el agua está bastante fresca . - ¿ Te lavas tú con agua tibia ? - Claro está que no , pero yo estoy acostumbrada . - Pues ella también lo está de toda su vida . - ¿ Cree usted de veras que no podrá perjudicarle el agua fría ? - ¿ Y crees tú , hija mía , que sería yo capaz de aconsejarte cosa que pudiera redundar en perjuicio de nuestra amada hija ? - No , ciertamente . - No te diré yo que tomes para este efecto agua que haya permanecido toda la noche a la intemperie , o que por cualquier otra causa tenga una temperatura más baja que la ordinaria , ni que sumerjas la niña en ella cuando esté sudada ; pero en cuanto a lavarla con agua natural ahora y aún más adelante , no hay inconveniente por más que se vaya enfriando , lo mismo que la atmósfera , pues este descenso es gradual , y si del contacto del agua fría podríamos librar a Flora , no así del aire , al cual tendrá que acostumbrarse . - Obedeceré a usted en eso , como en todo lo demás . - Ya ves cuán bien te ha ido con no mecerla en la cuna . - La vecina me dijo que su niño no se puede dormir si no le mece , y se admiraba de que la mía se durmiera sin aquel movimiento . Yo le dije : Pero venga usted acá , mujer de Dios , si no la hubiese usted acostumbrado a ese violento vaivén ¿ cómo había de echarle de menos ? - ¿ Y qué contestó la vecina ? - Nada , pero se quedó convencida de que los niños , si no se los mece , no se duermen , y me citó varios ejemplos de criaturas de militares que iban de marcha , u otros que en casos análogos han llorado sin consuelo , hasta que se les ha improvisado una cuna de un modo cualquiera , o a falta de otra cosa mejor , los ha tomado una mujer en sus brazos , se ha sentado en una silla y se ha mecido en ella , con gran molestia de la mujer y de los vecinos y no poco detrimento de la silla . - Todo porque aquellos infantes estaban habituados a este nocivo movimiento , porque si no , ni ellos lo hubiesen adivinado ni su instinto lo reclamaría . En semejante edad los niños no piden con insistencia más que aquello que la naturaleza exige imperiosamente , como el abrigo y el alimento , y si lloran porque les falta algo más , es porque se les han creado necesidades ficticias , formando en ellos el hábito una segunda naturaleza . - El movimiento de la cuna le consideraba yo inútil , pero no perjudicial . - Pues sepas que lo es en alto grado . La mayor parte de los niños se duermen mareados , muchos arrojan leche , porque su delicado estómago no puede resistir aquel brusco vaivén , y si al fin concluyen por acostumbrarse , nunca es prudente someterlos en tan tierna edad a esta dura prueba . - Creía que me había usted dicho que el abrigo tampoco era una necesidad . - El abrigo excesivo no , el prudente sí . Muchas madres , por temor de que sus hijos se constipen , los cargan de ropa , los fajan tan estrechamente que apenas pueden respirar , cubren su cabecita con gorra de lana , y así , abrigados como están , los meten en la cama o en la cuna , tapándolos con colchas o mantas de lana ; de modo que quedan sofocados , oprimidos , bañados en sudor , lo cual , además de enervarlos , debilitarlos e impedir su desarrollo , los expone mucho más a que se constipen cuando casual o premeditadamente se aligere aquella ropa , que para ellos es insoportablemente pesada . El vulgo dice vale más sudar que estornudar , pero muchas veces el estornudar proviene de haber sudado . - ¿ Opina usted , pues , que ni aún en invierno debo abrigar mucho a la niña ? - Opino que para criarse ágil y robusta debe estar en casa ( donde hay una atmósfera tibia ) cubierta con ropas ligeras ; que no puede prescindirse de abrigarla cuando tenga que salir a la calle , para que no sienta el cambio brusco de temperatura , que es lo que podría perjudicarle ; y quitarle , en cuanto regrese a casa , la ropa de lana o de algodón acolchado que se le puso para salir . Cuando yo veo esas criaturas sanas y robustas que viven , como nosotros , en un país templado , y que , en cuanto principian a sentirse los fríos moderados de nuestro clima , los visten interiormente de lana ; me ocurre naturalmente la idea de que cuando entren en altos , cuando cambien su residencia y por casualidad tengan que vivir en las inmediaciones del Moncayo , en la falda del Pirineo , o en otra nación dotada de clima menos benigno ; cuando una enfermedad crónica o aguda reclame como remedio la aplicación inmediata a la piel de ropas de lana , no sabrán absolutamente qué ponerles . - Tiene razón Prudencio cuando me dice que la educación física principia en la cuna . - Y la moral también . - ¡ Cómo ! , ¿ la educación moral ? - No hay la menor duda . ¿ Crees que veo yo con gusto el afán con que corres a levantar a la niña , en el momento en que su primer vagido te anuncia que se ha despertado ? - No me gusta que llore . - Pues la madre que no puede acostumbrarse a oír llorar a sus hijos , no es buena madre . - Pero cuando lloran , es señal de que sufren . - No siempre . - ¿ No ? - El llanto en los adultos expresa comúnmente sufrimiento , y digo comúnmente , porque a veces también lloramos de placer , o cediendo a una emoción tierna que hace vibrar las fibras más delicadas de nuestro corazón , pero que no tiene nada de desagradable ; mas los niños lloran como los pájaros pían , es su única expresión , y no te negaré que suelen emplearla para llamar la atención . - A veces lloran porque les duele algo . - Con el tiempo y la experiencia distinguirás el grito que el dolor o la enfermedad arranca al parvulillo , de ese llanto monótono y acompasado , que unas veces expresa una necesidad real y otras sólo el deseo de que le tomen en brazos , de que le mimen , porque a ello se le ha acostumbrado . ¿ Qué le falta a Flora en la cuna ? Su colchoncito no es ni tan blando que ceda al peso de su pequeño cuerpo hundiéndose en él , ni tan duro que se halle molestada ; tiene abrigo que la resguarda del frío sin oprimirla , las blancas cortinas de finísima muselina la preservan de las moscas y mosquitos , circulando el aire a través de su tenue tejido ; bien puede , pues , esperar despierta algunos minutos . - ¡ Cómo no está acostumbrada ! ... - De eso precisamente se trata , de acostumbrarla . Ahora nada más te pide que la saques de la cama o que le des de mamar , después exigirá otras cosas ; y si ve que te apresuras a complacerla , no podrá sufrir dilación ni contrariedad , y en cuanto formule un deseo , querrá verle satisfecho : así es como se forman esos caracteres exigentes , esos niños voluntariosos y tercos , que son después tiranos de su familia . Yo no quiero llevar las cosas al extremo . He leído en un antiguo libro , que contiene preciosas máximas y saludables consejos educativos , un párrafo con el cual no estoy conforme . Su autor pretende que conviene colocar la cuna de los infantes en un cuarto blanqueado , sin pinturas , sin muebles , sin adornos para acostumbrarlos a la sencillez ; pero aquello , en mi concepto , no es la sencillez , es la negación de las formas , de los colores , de la naturaleza y del arte . Es , en fin , crear el vacío en torno del pequeño ser . Si nuestra Flora permanece un rato despierta en la cuna , verá a través de las cortinas el gabinete ; sencillo , pero limpio y con sus muebles ordenados , tal vez se fijará en las pinturas de las paredes y del techo , acaso volverá la cabeza y verá los árboles de nuestro pequeño jardín , cuyas verdes ramas sombrean la ventana , o le llamará la atención el pajarillo que en ellas se columpia , o el que pasa ligero por delante de los cristales . Así se acostumbrará a la idea del orden y de la belleza . - Tiene usted razón . - Es preferible que los niños se habitúen a admirar lo bello más bien que a disfrutar comodidades ; éstas no puede siempre obtenerlas , y la belleza existe donde quiera para el que tiene gusto en verla y corazón para sentirla . En nuestra época , el buen gusto se ha desarrollado mucho , y no es menester ser rico para tener ocasión de admirar en las iglesias , en los paseos , en los edificios públicos las bellezas del arte en todas sus manifestaciones ; pero quiero yo suponer que la niña tenga que vivir en una aldea , siempre podrá contemplar las rosadas tintas de la aurora ; el diáfano azul de un cielo sin nubes , cuando brilla el sol en el cenit ; su majestuoso descenso , cuando oculta su disco en un océano de oro y grana ; la blanca y amorosa luz del astro de la noche , los millones de estrellas de diferente brillo y magnitud que esmaltan la celeste bóveda ; los montes , con sus cúspides azuladas que se confunden con las nubes en el horizonte ; los gigantescos árboles de la selva , la verde alfombra de yerba , salpicada de flores de mil matices ... Se oyó un vagido . - La niña llora - dijo Sofía sin poder dominarse - . - Déjala - contestó imperiosamente doña Ángela . - Continúe usted , pues la escucho extasiada . - Nunca terminaría si hubiese de relatar los magníficos y variados espectáculos que el divino Artífice ofrece gratis a sus criaturas . El vulgo , y entiende que no llamo vulgo precisamente a la gente del pueblo , sino a cuantos tienen un alma vulgar , éstos , digo , tienen ojos y no ven , oídos , y no oyen ; pero nosotras procuraremos que nuestra Flora vea y oiga . - ¿ Oír , dice usted ? - Sí . ¿ Qué instrumento imita el mugido de las olas ? , ¿ cuál el manso murmullo de las fuentes ? ¿ Qué cantor posee la privilegiada garganta del ruiseñor ? ¿ Quién puede semejar las armonías del viento que mece las ramas de los poblados árboles , o agita blandamente las trémulas hojas ? El llanto de la niña continuaba . - ¿ Oye usted cómo llora ? - interrogó Sofía . - Con menos fuerza que al principio - contestó la abuela - , y cuando se canse de llorar sin fruto , callará . - ¡ Mamá ! - articuló la parvulilla que hacía pocos días había aprendido a pronunciar aquella palabra . - ¡ Hija mía ! - respondió su madre - , no puedo levantarte ahora , ¡ espera ! - ¡ Magnífico ! - repuso doña Ángela - , esa palabra que has pronunciado no tiene precio en los labios de una madre . Cuando un niño exige que se le sirva pronto , la madre que quiere acostumbrarle a la paciencia le dice « ¡ espera ! » . Cuando , mayorcito , anhela premios , distinciones u otras cosas , que suelen ser la recompensa del mérito y la virtud , la madre dice también « ¡ espera ! » ; cuando en el ardor de las pasiones , el hijo , joven ya , se impaciente y exaspere por no alcanzar ese fantasma que llamamos dicha , la madre repite « ¡ espera ! » ; y « ¡ espera ! » le dice también en medio de las amarguras , de los desengaños , de las tribulaciones , porque la esperanza es el más dulce consuelo del hombre , y la madre , instintivamente , se hace eco de las más tiernas y consoladoras expresiones . Flora había callado ya . - ¿ Sabe usted qué he sentido ? - dijo Sofía . - ¿ Cuándo ? - Al decir a Flora que no podía levantarla . - No has mentido ; no podías , porque tu deber de educadora te lo prohibía , y porque te lo prohibía yo a quien deseas complacer . Ahora ya puedes irla a buscar en premio de haber callado . Sofía se levantó ligera , entró en el inmediato gabinete , en que estaba la niña despierta , con los bracitos altos y mirando las pinturas del techo . La tomó en sus brazos , la cubrió de besos y le dio el pecho . La abuela a su vez imprimió un beso en la mejilla de la joven madre . Nuestra pequeña heroína estaba cada día más robusta , más linda , más encantadora ; lloraba rara vez , reía con frecuencia , empezaba a andar y sabía nombrar a sus padres y abuelos . Un día en que su madre guardaba cama por un constipado , la abuela encargó a la niñera le diese una sopita a Flora ; la muchacha pidió permiso para dársela en el jardín y doña Ángela accedió gustosa , porque hacía un magnífico día ; pero habiendo llegado a sus oídos alternativamente el lloriqueo de la niña y las voces de las muchachas , bajó y encontró a la niñera con Flora en los brazos , representando una reprensible farsa . La niña tal vez porque no había digerido aún lo que había mamado , quizá porque tenía bastante con las primeras cucharadas de sopa , manifestaba repugnancia y echaba la cabeza atrás al acercarle la cuchara a los labios . Entonces la niñera le decía : - Come , come , si no vendrá la Teresa y se las comerá , porque tiene hambre . Teresa , que era la cocinera , entendió la indirecta y presentándose al punto , exclamó haciendo que lloraba : - ¡ Dame una cucharadita , María , que tengo mucha gana ! - ¡ Marcha en hora mala , que son para la niña ! ¡ Vaya ! , ¡ no faltaba más ! - respondía la niñera - Come , hija mía , come . La niña hacía un esfuerzo y tomaba la cucharada que le ofrecían . - Dame un poquito que tengo mucha hambre - insistía la cocinera - fingiendo que lloraba más lastimosamente . - ¡ No ! - contestó Flora , y engulló algunas cucharadas casi por fuerza . La abuela , interviniendo , dijo : - ¡ Pobrecita , Teresa ! Ella tiene gana y la niña no . Dele usted el plato , María , y que se las coma . - Señora , si lo hacía ... - Ya sé yo porque lo hacía usted . La cocinera tomó el plato y se retiró . La niña fijó su inteligente mirada en su abuela , luego en el plato que se llevaban , y por fin se distrajo mirando los pajarillos que revoloteaban sobre su cabeza . Un rato después dijo a Flora su abuela : - Ahora comerás , sopita , aquélla se la ha comido Teresa , porque tenía gana ; pero han hecho otro platito , está muy buena y la abuelita también comerá . En efecto , de cuando en cuando doña Ángela llevaba la cuchara a los labios y fingía comer . - ¡ Yo ! - decía Flora , que entonces ya tenía apetito . - Sí , hija mía , son para ti ; pero a la abuelita también le gustan ; yo te doy de todo lo que tengo , ¿ quieres tú darme sopitas ? La niña hizo un signo afirmativo . Terminado el almuerzo , le dio un vasito de agua y la subió al dormitorio de Sofía , donde encontró a Prudencio acompañando a su esposa . Allí refirió lo acaecido , y el matrimonio joven aplaudió la prudente conducta de la madre . - Es muy común - dijo ésta - , no sólo en las criadas inexpertas e ignorantes por lo regular , sino hasta en sesudas madres de familia el representar estas farsas y hasta brindar al que finge tener hambre con el pan , la sopa , o el bizcocho que introducen después en la boca del parvulillo , el cual se ríe del chasco que han dado al otro ; y entre tanto , medio distraído y medio alegre traga un poco de alimento que quizá no tomaría , si no se recurriera a estos medios . La madre , nodriza o niñera dice entonces con ademán triunfante : « ¡ Con esas cosas he conseguido que comiese algo ! » . ¡ Y qué ! , pregunto yo . Si el infante tenía verdadera necesidad , ¿ fuera preciso inventar aquella farsa para hacerle tomar alimento ? ; y si no la tenía , ¿ le aprovechará mucho el comer un poco a largos intervalos , y cediendo a los bajos e innobles instintos que en su tierno corazón desarrollan , en vez de combatirlos , sus deudos a criados ? De seguro que los que tal hacen no reflexionan la gravedad de las consecuencias . El decirle a un párvulo « come aunque sea sin gana , porque si no remediaremos con eso una necesidad verdadera , ríete de esa persona que llora de hambre , y no le des ni aún lo que a ti te sobra y te hastía » es convertirle en un pequeño Epulón , despreciable avaro que no quería dar las migajas que caían de su mesa al pobre y virtuoso Lázaro , que a sus umbrales gemía de hambre y de frío ; es endurecer su corazón , y no podrán quejarse si aquel niño es más adelante egoísta e insensible . - Estoy en un todo conforme con la opinión de usted , querida mamá - , replicó Prudencio - ; aunque a decir verdad tal vez no me habría fijado en la inmensa trascendencia de ésas que a primera vista parecen pequeñeces ; pero veo que para las personas pensadoras como usted , no hay nada indiferente , nada insignificante , cuando se trata de la educación de los niños ; y que , considerándolos como una tierra virgen , preparada para el cultivo , tienen el mayor cuidado de escoger las semillas que caen en su seno , pues así las útiles como las nocivas germinan y adquieren completo desarrollo , dependiendo muchas veces de estas cosas , que miramos con indiferencia , el porvenir de su vida . Y ya que del almuerzo hemos hablado . ¿ Qué es lo que dan ustedes a la niña ? - Le damos sopa del puchero , ya sea de pan , ya de sémola o arroz , y también sopa de aceite con un ajo frito . Cuando era más pequeña , le hacíamos fécula de patata o galleta picada , hervida con leche , con caldo o con agua clara . Con esta alimentación , si fuese necesario destetarla , no echaría de menos la lactancia ; y tampoco sufriría indigestiones , tan frecuentes en las criaturas que comen de todo como los adultos , sin tener en cuenta sus inconsideradas madres que su estómago no tiene aún suficiente fuerza para digerir toda clase de comestibles , mayormente cuando , careciendo de dentadura , no pueden triturarlos en la boca , y por precisión tienen que engullirlos enteros . - ¿ Le parece a usted conveniente darle un poco de vino , para que digiera mejor ? - La bebida preferible para los niños , no sólo de tan tierna edad , sino hasta más creciditos , es el agua , que purifica y adelgaza la sangre , y refresca y fortalece el estómago y los intestinos ; y si bien a ciertos infantes endebles , raquíticos o de temperamento linfático les conviene beber un poco de vino ( siempre administrarlo con mucha moderación ) a Flora que , gracias a Dios , no está en este caso , no le es necesario en ningún concepto . El agua , además de las ventajas que he mencionado y la de mantener siempre la cabeza despejada y la razón serena , reúne la de ser la bebida más natural , la más barata y la menos susceptible de adulteración . Sin embargo , como puede haber ocasión en que tenga necesidad de probar el vino o algún otro licor , ya en caso de carencia de agua , en viaje u otra eventualidad ; ya como medicamento tónico , o ya únicamente por hallarse en una mesa en que todos beban y no querer singularizarse , procuraremos que no le cobre repugnancia , dándole a beber alguna vez un poco de vino , primero mezclado con agua y luego puro , más en pequeñas dosis . La pequeña y linda Flora andaba ya ligera por el reducido jardín de la casa , y si alguna vez sus piernas flaqueaban , caía sobre el blando césped , sentada por lo común , y no se lastimaba , llevando además a la sencilla y útil gorra de paja , llamada vulgarmente chichonera , y que más bien podría llamarse , antichichonera , puesto que tiende a evitar los chichones , no a producirlos . La niñera no la perdía de vista y doña Ángela y Sofía , que trabajaban junto a una ventana desde la cual se veía el jardín , suspendían muchas veces su labor para contemplar la graciosa y alegre parvulilla . La tríada anunció la visita de una vecina , que tenía un niño de poca más edad que Flora , aquél que no podía dormirse sin el movimiento de la cuna . Venía la joven madre con su chiquitín de la mano , y como se trataban con alguna confianza fue recibida por las señoras de Burgos en el gabinete en que cosían . - ¡ Ay , Dios mío ! - dijo la recién llegada , después de cambiar un afectuoso saludo con sus vecinas - , ¿ cómo dejan ustedes jugar a la niña en el jardín a la hora del sol ? - Porque creemos que no le perjudica - contestó Sofía . Y porque deseamos que no le perjudique en adelante - añadió su abuela . - Yo no he visto una abuela menos cariñosa que usted - repuso la visitante . - ¿ Menos cariñosa ? - dijo Sofía - No la conoce usted bien - añadió - , Flora es su encanto , piensa en ella noche y día , nos aconseja siempre a Prudencio y a mí lo que cree más útil para la salud y la felicidad de la niña ; y cuando , poco ha , por efecto de la dentición estuvo algo malita , mamá no se separaba de la cuna , prodigándole todos los cuidados que su estado requería . - Precisamente porque la quiero a par del alma - dijo doña Ángela - es por lo que quiero acostumbrarla a tomar el aire y el sol , a fin de que se críe robusta y para que si un día se ve precisada a tomarlo , no le dañe . - Pues ahí verá usted los diferentes pareceres de las personas ; mi madre siempre me riñe , porque le parece que no cuido bastante de mi Eduardito ; siempre teme que si refresca un poco el aire se constipe , y en cuanto al sol , únicamente le tomaba en el rigor del invierno , si puede llamarse tomar el sol el llevarle un rato la criada a paseo , pero con sombrilla . - Así está él tan blanco como el papel - observó Sofía . - ¿ Prefiere usted que su hija sea morena ? - Prefiero que viva sana , vecina . ¿ Ve usted aquella hortensia que siempre está a la sombra ? Tiene el color que a lo sumo llegará a tomar este hermoso niño , si siguen ustedes con su sistema . ¿ Ve usted aquella encendida rosa ? Así están las mejillas de mi chiquitina . - En enero y febrero , pase ; pero estamos ya en abril . - No la dejaría estar sentada en medio del sol ; pero ahora juguetea tan pronto al sol como a la sombra . Vaya usted a una aldea y verá los chicos de aquella localidad jugando en todo tiempo a la intemperie , y así adquieren esa envidiable robustez que rara vez gozan nuestros hijos . Yo , como usted , amiga mía , me oponía al principio a que la niña saliese al aire cuando el tiempo estaba algo frío , a que le diese el sol y a otras muchas cosas que en mi inexperiencia creía que podían perjudicarle ; pero sus abuelos y mi esposo , que no la quieren menos que yo , me han hecho notar que los niños que viven más encerrados , más resguardados , son los que gozan menos salud y que los campesinos , que , como le decía a usted , habitan en casas sin cristales y cuyas puertas ajustan mal , toman el sol y se robustecen con las inclemencias atmosféricas , ostentan en sus mejillas el carmín de la salud , en sus movimientos agilidad y soltura , y mayor desarrollo en sus músculos , siendo , por lo regular , más altos y gruesos y mejor formados . - ¿ Con qué usted querría una moza de cántaro ? - Quiero que tenga salud , sin la cual no hay felicidad posible . - Y si fuese niño , como el mío , un ganapán . - Precisamente . Sí tengo un hijo , deseo que sea un ganapán , porque no sé si se verá precisado a ganarle . - Pues yo no quiero exponer mi niño a que se muera de una pulmonía . - Yo tampoco . - Pero la deja usted al aire y al sol bajo pretexto de que los aldeanos lo hacen , sin tener en cuenta que ellos están acostumbrados . - Pues acostumbremos los nuestros . Aquí llegaban de su conversación las dos vecinas , con gran complacencia de doña Ángela , que veía cómo su nuera aprovechaba sus consejos , cuando se presentó don Leandro , que traía un cartucho de yemas para su nieta . - A mamá no le gusta que le demos dulces - dijo Sofía . - Una yema no importa - replicó él abuelo . Reparando entonces en el niño , que no separaba la vista del cartucho , le dio una yema . Luego se asomó a la ventana y llamó a Flora por su nombre . Ésta se volvió riendo y envió un beso al abuelo . - ¿ Quieres una cosa ? - le dijo éste . - Sí - contestó la niña . Don Leandro le tiró una yema . Flora se sentó en el suelo , y empezó a partir con las uñitas pequeños fragmentos , que llevaba a la boca . - ¿ Te gusta ? - le dijo su madre . La niña hizo un signo afirmativo . - ¿ Me das un pedacito ? Flora movió la cabeza a uno y otro lado . - ¿ No me quieres dar ? Mira que me gusta mucho . - Abuelito tiene , que te dé . - Se le han concluido . - ¿ Sí ? - dijo la pequeñuela , levantando los ojos a la ventana y mirando alternativamente a Sofía y a don Leandro . Luego pareció reflexionar , y al fin se decidió a tirar el único trocito que le quedaba , con intención de que , entrara por la ventana , pero volvió a caer a los pies de la parvulilla . - Envíamelo con María - dijo la madre . Flora cogió el dulce , mirole , le quitó la tierra que había cogido , le entregó a María y volvió a corretear alegremente , sin dar señales de acordarse más de tal cosa . - Mi niño es más generoso - dijo la vecina . - ¡ Pobre Flora ! , ¡ pues si me ha dado cuanto le que daba ! - Pero al principio se negaba a ello , la picarilla ; el mío desde luego alarga la mano . Verá usted . Y dirigiéndose a Eduardito , añadió : - Dale un pedacito de yema a esta señora . El pequeñuelo por toda respuesta enseñó sus manos vacías , y abrió cuanto pudo la boca para demostrar que todo se lo había engullido . Don Leandro se apresuró a darle otro dulce para proporcionarle medios de ejercer su generosidad . - Dale ahora un pedacito a esta señora - insistió la madre . El niño , sin hacérselo repetir , rompió un trocito y se lo entregó a Sofía que se quedó con él , como se había quedado con el de su hija . Eduardo se dio priesa a concluirse lo que le quedaba , luego empezó a gimotear , y por último lloró a lágrima viva , mirando a Sofía . - ¿ Qué quieres , hijo mío ? - dijo ésta . La madre se puso colorada . - Ah , ¿ quieres esto ? - dijo la joven señora de la casa . - Sí - contestó el rapaz . Sofía le devolvió lo que el niño le había dado , éste se lo echó en la boca , todo de una vez , para que no volvieran a pedirle y su madre le enjugó las lágrimas . - Pensaba que era muy generoso - dijo doña Ángela , que lo había observado todo en silencio . - Y lo es ; pero , eso sí , está acostumbrado a que siempre se lo devolvemos . - Pues entonces , amiga mía , permítame usted que le diga que en vez de desprendido y dadivoso le están ustedes criando hipócrita . - Dura es la frase - dijo picada la madre de Eduardo . - ¿ Qué otra expresión pudiera emplear para calificar una persona que se desprende momentáneamente de un objeto para ser alabado por su generosidad , pero abrigando la certeza de que no se verá privado de lo que aparentemente entregara ? - Un niño de tan corta edad no puede juzgarse como una persona mayor . - No juzgo yo a él , sino a los que le educan , y nada bueno auguro de ese modo de lisonjear sus pasiones y halagar su vanidad . El niño después será hombre , y acostumbrado a tener fama de desprendido sin que esto le cueste ninguna privación , si tiene sobrantes los entregará al menesteroso , pero no se impondrá por él ningún sacrificio . A Flora no le devolvemos nunca lo que nos da , ya sea espontáneamente , ya habiéndoselo pedido ; por eso le costaba un poco desprenderse de lo que tanto le gusta . En ella todo ha sido natural : la negativa primero , el recurrir después a su abuelo , para que su madre probara las yemas sin tener que privarse ella de parte de la que tenía , y su resolución de entregarla , cuando he visto que no había otro medio de complacer a su mamá . Así los niños aprenden a discurrir y a obrar de un modo lógico ; así cuando dan algo tiene en ellos algún mérito , porque lo dan definitiva y resueltamente , y se consigue al mismo tiempo que sean agradecidos , porque adquieren la experiencia de que una dádiva , un obsequio , siempre entraña si no un sacrificio , a lo menos una privación . - Piensan ustedes demasiado y sacan la quinta esencia de las cosas más sencillas . - Nunca se piensa demasiado - repuso la abuela de Flora - , y aun me atrevo a decir que nunca se piensa bastante , cuando se trata de observar los primeros pasos de un niño , de los cuales depende muchas veces su ulterior destino . - Filosofías son ésas que yo no entiendo . Mi hijo da una cosa a la primera insinuación , esto es digno de elogio , y su padre y yo le aplaudimos y nos llenamos de gozo . - Si la diera realmente , sí , sería digno de elogio ; pero es que únicamente la presta , y mientras mira de reojo a ver si se la devuelven , su corazón se llena de orgullo con los aplausos que no merece . La vecina dio por terminada la visita , y las de Burgos le suplicaron perdonase la franqueza con que se habían expresado al aconsejar a una madre joven e inexperta , para que no se dejase dominar por las vulgares preocupaciones y generalizados errores . Prudencio tenía un hermoso perro de caza , a quien Flora se divertía en tirar de las orejas ; si bien en cuanto se quejaba , suspendía su entretenimiento , porque sus padres y abuelos le tenían prohibido que le hiciese daño . Un día el animal dormía en un corredor ; Flora se le acercó y empezó a darle palmaditas en la cabeza ; pero el perro tenía sueño , y como le molestase el juego de la niña , se levantó de pronto para ir a echarse un poco más lejos , siendo lo peor ; que la niña , que se echaba atrás para darle con más fuerza , faltándole de pronto el apoyo en que habían de descansar sus manos , cayó al suelo , aunque sin hacerse daño . Lloró , sin embargo ; la niñera vino en su auxilio , la levantó , la acarició ; pero ella seguía llorando amargamente , - ¿ Quién te ha hecho caer hermosa ? - El perro . - ¿ Quiere que le peguemos ? - Sí . La muchacha corrió tras el can y le pegó un terrible puntapié . El pobre animal aulló lastimosamente . En aquel momento entraba doña Ángela en el pasillo . En cuanto a la nieta , no lloraba ya , y aunque tenía lágrimas en las mejillas , brillaba en sus labios una alegre sonrisa . - ¿ Qué es eso ? - dijo la señora - ¿ Por qué ha llorado la niña y ha aullado el perro ? María contó lo acaecido . - Y ti , a qué ha venido el pegarle . - ¿ No ve usted como ha callado la niña ? - Pues eso es lo que siento , que ha callado . - ¡ Como ! - repuso admirada la muchacha - , ¿ preferiría usted que llorase ? - ¡ Vaya ! Si llorase , a pesar de haber castigado al perro , sería señal de que se había hecho dado , pero un daño leve , porque no podía ser otra cosa atendido el modo de caer , según usted me ha referido , o acaso podría ser únicamente por haberse asustado ; pero eso de llorar con tanta insistencia , procurando llamar la atención de alguno más fuerte que ella , para que pudiese vengarla , y callar enseguida que ha comprendido que el perro sufría , me indica que en el tierno pecho de mi nieta se abriga ya el deseo de venganza , esta pasión anticristiana y maldita que ustedes han hecho nacer en ella con esas necedades , que no extraño en usted , porque es muy joven ; pero que es necesario aprenda a desterrar para siempre , si ha de continuar al lado de la niña . - ¡ Una para que no llore ! ... - Déjela usted llorar ; ya le he dicho muchas veces que a mí no me incomoda . El querer evitar que los niños lloren conduce muchas veces a deplorables extremos . Lo más frecuente es acceder a todos sus caprichos , y anticiparse a prevenirlos ; aún cuando éstos sean culpables , como ha hecho usted ahora ; y hay personas tan persuadidas de que lo peor que puede sucederle a un niño es llorar , o tan poco sufridas para escucharle , que le amenazan y hasta le castigan , para que calle , consiguiendo con esto que o lloren más y entonces con motivo , o se repriman , sofocando su llanto por medio de un violento esfuerzo , y se les ve ponerse encendidos , gemir ahogadamente y experimentar contracciones nerviosas , mucho más perjudiciales que el más copioso llanto que corre sosegado y tranquilamente . - ¿ Qué debo hacer cuando la niña llore , señora ? - Usted , María es ya una mujer ; hoy cuida a mi nieta , mañana le estará confiada la custodia de sus propios hijos . Pues bien , en el caso presente y en otros semejantes , le pregunta usted donde se ha hecho daño ; si efectivamente se ha hecho , llevará la mano a la parte lastimada ; si no , callará , porque en semejante edad no saben los niños mentir . Entonces procura usted distraerla con cualquier cosa , y si no quiere callar déjela llorar , como dice el adagio ; pero en ningún caso vuelva usted a hacer jamás lo que hoy ha hecho . - Como el señorito dice que le disgustan los niños llorones ... - Es que son más llorones cuando se convencen de que llorando logran todo lo que quieren . - Pero , dígame usted , ¿ tan malo es pegar a un perro ? - Es malo , y hasta criminal , cuando con eso se sacian los instintos vengativos de una tierna criatura . Hoy la niña se da un golpe contra un mueble , usted le pega al mueble , y dice : « No llores más que ya le he pegado » . La niña cree que el mueble es sensible como ella , y que le duelen las palmadas que usted le ha dado . Es más , con decirle no llores más que ya le he pegado , le hace usted creer que es justo quejarse y derramar lágrimas hasta que la venganza quede satisfecha ; ahora le ha pegado usted a un animal , venganza más ostensible todavía porque su grito de dolor no le ha dejado duda de que él padecía ; mañana será una persona la que le causara daño , y no estará tranquila hasta que la vea castigada ; y así se forman esos caracteres vengativos y rencorosos que jamás perdonan , y para quienes es un imposible el dulcísimo precepto del Evangelio de amar a los que nos han ofendido . Entonces la señora tomó a su nieta por la mano y pasó como por casualidad junto al perro , deteniéndose a acariciarle . - Hazle fiestas tú también - dijo la abuela . - Es malo - replicó la niña - , me ha caído . - Me ha hecho caer , se dice , pero no es malo . - ¿ No ? - No . La abuelita le quiere y tú también debes quererle . La parvulita se acercó al manso animal y le besó en la cabeza . El perro le lamió la cara . Entonces doña Ángela la tomó en sus brazos y le prodigó sus caricias . Flora tenía cuatro años ; acababa de estrenar un bonito vestido blanco que su madre le había cosido , y estaba hermosísima con aquel lindo traje del color de la inocencia . Presentose con él a su papá al salir del escritorio y le dijo : - Papá , mira qué vestido tan bonito . - ¿ Quién te le ha hecho ? - preguntó el abogado . - Mamá . ¿ Verdad que es bonito ? - Muy bonito . Volvió a entrar en el gabinete de su madre y la encontró colocando unas flores en un jarro de porcelana . - ¡ Ay ! , mamá - dijo - , qué flor es ésa como mi vestido ? - Un clavel blanco . - ¿ Me lo das ? - Toma . - Papá - exclamó corriendo otra vez a encontrarle - , mira qué clavel blanco . - Muy hermoso es . ¿ Quién te le ha hecho ? - Mamá . - ¿ Mamá lo ha hecho ? , ¿ estás segura ? - No - replicó riéndose - , esto no lo ha cosido . - Pues , ¿ quién ha hecho esa flor ? - No sé , ¿ quieres que se lo pregunte ? - No , ya lo sé yo . - ¿ Quién ? - Dios . - ¿ Sí ? , ¿ y quién es Dios ? - Un Señor que te quiere mucho . - ¿ Me conoce ? - Te conoce y te ama , ya te lo he dicho . - Yo no le he visto , ¿ y tú ? - Yo tampoco , pero le amo mucho . - ¿ Por qué ? - Porque es bueno y me ha dado muchas cosas . - ¿ Dónde está ? - En el cielo . - ¿ Allí arriba ? - Más arriba . Cuando dices el Padre nuestro , que te enseña tu abuela , hablas con Él . - Ya sé , ya sé ; pero ¿ por qué no viene ? - Él no ha de venir a buscarnos , nosotros iremos a buscarle . Cuando tú , que eres más pequeña que yo , quieres verme , saludarme , darme un besito , vienes donde yo estoy ... - ¿ Y Dios es más grande que tú ? - Sí , hija mía , mucho más , pero con otra grandeza que tú no entiendes . - ¿ Y tú le amas sin haberle visto ? - No amas tú a tu tía Julia , que está en La Habana y no la conoces ? - ¿ La tía Julia ? ¡ Ah ! , sí , que me envía jalea y cocos , y un vestido . ¿ Qué te ha enviado Dios ? Enséñamelo . - ¿ Ves ese sol tan brillante que todo lo alegra y hermosea con su luz ? ¿ Has visto cuando vas a paseo las altas montadas , los mares , los ríos ? ... - Sí . - Pues todo lo ha hecho Dios para nosotros . Nadie más hubiera podido hacerlo . - ¡ Cómo son cosas tan grandes ! ... - Ni otras pequeñas . ¿ Quién crees tú que ha hecho el canario que hay en el balcón , y esos otros pajaritos que pasan volando y las flores del campo y la hierbecilla del jardín ? - No sé . - Dios lo ha hecho todo . - ¡ Cuánto sabe ! , ¿ y cuándo iremos a verle ? - Cuando se digne llamarnos . - Iremos allí al cielo . - Si somos buenos , sí . - Yo ya soy buena . ¿ Verdad ? - Siempre lo serás , si haces lo que papá , mamá y los abuelos te manden . - Vaya si lo haré . - Y ahora dame un beso y vete a jugar ; que yo voy a entregarme al trabajo . - ¿ Cómo trabajas ? - Escribiendo . - ¿ Y por qué trabajas ? - Porque Dios lo quiere . La niña salió brincando y se fue a jugar con una linda muñeca que le habían regalado sus abuelos . Todo aquel día y muchos más se acordó del diálogo sostenido con su buen padre ; la sencilla , pero elevadísima idea de Dios que su naciente inteligencia había concebido , ya jamás debía borrarse de ella ; antes bien , arraigarse y fortalecerse con el desarrollo y cultivo del sentimiento religioso . Los padres y maestros que creen que la base más sólida de la educación moral y religiosa es la enseñanza del Catecismo desde la más tierna edad , no están en lo justo ni en lo lógico ; porque el aprender y retener en la memoria palabras y frases , por sublimes que sean , a nada conduce . En esta enseñanza , si así podemos llamarle , en ésta más que en otra alguna , conviene que los niños aprendan a sentir y a pensar , no a recitar palabras que no comprenden . Cuando tienen idea de Dios , cuando le aman y le respetan del modo que en la primera infancia se puede amar y respetar , entonces ya que no la parle dogmática ( porque ésta , como que se refiere a profundísimos misterios , es incomprensible aun para los adultos instruidos ) la parte doctrinal , les es hasta cierto punto conocida , y al aprender los Mandamientos , por ejemplo , al pie de la letra , sabrán su altísimo origen , su objeto ; y comprenderán la utilidad y belleza moral de su observancia , y la grandeza del galardón que por ella se les ha prometido . - Mira qué naranja tan rica , mondámela - decía Flora a María . La muchacha la mondó , y torpe o inadvertidamente dejó caer al suelo un trocito de corteza que no cuidó de recoger . La niña comió la dulce fruta , y luego tomó en sus brazos la muñeca y empezó a pasearla en todas direcciones ; mas he aquí que , resbalando con el malaventurado cacho de piel de naranja , cayó al suelo , y como no soltó la muñeca , no pudiendo , por consiguiente , ampararse con las manos , se causó una herida en el labio y se peló el codo derecho . Al llanto de la niña acudió su abuelo , que , idólatra de su nietecita , prorrumpió en gritos de susto y de dolor ; aumentando con ellos el espanto de Flora , que redoblaba sus voces y temblaba de pies a cabeza , al llevar los dedos a su boquita y retirarlos manchados de sangre . La pena del abuelo aumentaba , y transformándose en cólera , se traducía en durísimas reconvenciones para la sirviente ; ésta , que había levantado a la niña , la dejó para accionar mejor , levantando los brazos al cielo al que ponía por testigo de que no había visto el objeto que fue ocasión de la caída . Lloraba también amargamente , y aquel discordante y lastimoso terceto llegaba a los oídos , no sólo del pobre abogado , que se hallaba en su bufete , hablando con algunos de sus clientes y sudando de angustia , si no de las señoras , que en aquel momento llegaban a la puerta de la casa . - ¿ Qué es aquello ? - preguntó asustada Sofía a Teresa , que salió a abrir . - La niña que se ha caído - respondió la cocinera . - ¡ Ay , Dios mío ! - exclamó la joven madre . - Calla , no aumentes el alboroto - contestó la prudentísima Ángela . Y presentándose en el lugar del conflicto , dijo : - Tranquilízate , esposo mío , que esto no será nada ; usted , María , salga de aquí ; usted , Teresa , traiga una botella de vino , y tú , Sofía , el frasquito del árnica y la arqueta de los trapos de hilo . Se sentó , puso sobre sus rodillas a la niña , le lavó los labios con vino , le puso en el codo un trapito mojado en agua mezclada con árnica , le vendó ; y sonriendo con la mayor tranquilidad , le iba diciendo con dulzura : - Vamos , no te asustes , y no llores más . ¿ Qué dirá papá que te oye desde su despacho ? Pensará que te has hecho mucho daño . - Sí , me he hecho - articuló Flora entre sollozos . - Pero no es nada y pasará muy pronto , ¿ Crees que si tuvieras mucho mal , tu mamá y yo , que te queremos tanto , estaríamos tan tranquilas ? Sofía aparentaba serenidad , pero estaba muy pálida . - Abuelito lloraba también . - No lloraba , era que reprendía a la muchacha , porque no ha quitado las cortezas de naranja . - ¡ Ay , Dios mío ! , ¡ pobrecita ! - decía abuelito , y la niña parodiaba los ademanes de su abuelo que tanto le habían impresionado . - Porque creía que tenías más mal del que efectivamente tienes . ¡ Llorabas tanto ! Las niñas buenas no son lloronas , son más sufridas . - No quiere Dios que lloremos . - No tanto , ni tan alto . Quiere que seamos sufridos en la desgracia . - ¿ Qué es la desgracia ? - interrogó Flora , sollozando todavía . - Eso ; una caída , una enfermedad , un dolor cualquiera . La prudente abuela no hablaba más a la niña que de cosas que pudiese comprender ; por eso no le nombraba los males morales , sino únicamente los materiales , que eran los que había experimentado . Flora reprimió sus sollozos y enjutó su llanto . La abuela , después de haberla curado , la abrazó tiernamente ; luego fue la parvulilla a besar a su madre y a tranquilizar a su abuelo , que mohíno y apenado se había retirado a su gabinete . Pocos días después don Leandro y su esposa estaban asomados a la ventana que ya conocemos , ventana que dominaba el jardín . En él jugaba su amada nietecita , mas he aquí que , tropezando casualmente , cayó de cara ; pero esta vez no llevaba las manos ocupadas , y se amparó con ellas , echando la cabeza hacia atrás , acción instintiva en los niños , sin la cual se aplastarían más frecuentemente la boca y las narices . Flora no se hizo darlo más que en las palmas de las manos , pero empezó a llorar con fuerza , y hubiera continuado a no llegar tan pronto María , que , levantándola con el brazo izquierdo , le tapó la boca con la mano derecha ; de modo que no podía llorar ni aún respirar siquiera , y se preparaba a llevarla lejos , para que sus padres y abuelos no la oyesen llorar . - Deje usted esa criatura , María , déjela - dijo imperiosamente doña Ángela , y jamás vuelva a ejecutar tan bárbara acción ; y volviéndose a su esposo , que estaba pálido de coraje , añadió : - ¿ Sabes , Leandro , que puede alcanzarte alguna responsabilidad de lo que acaba de suceder ? - ¿ A mí ? ... ¡ Buena es ésa ! - A ti , amigo mío , a ti . Cuando pocos días ha , cayó la niña lastimándose un poco , no estuviste muy acertado ni muy prudente en la manifestación de los sentimientos que excitó en ti aquel accidente . Diste a comprender a la niña que estabas asustadísimo , con lo cual aumentaste el temor y la turbación que la vista de la sangre produjo en ella , e increpaste duramente a la muchacha en su presencia ... - ¡ Ah ! , ¿ querías que la aplaudiese por haber dejado en el suelo las cortezas de naranja ? - No , pero hubiera sido más prudente reprenderla . Después , cuando no lo oyera la niña , pues eso de que por ellos se reprenda a los criados o se promueva algún altercado entre las personas de la familia hace que los niños se tengan en mucho , y esta idea exagerada del propio valer , cuando lo está fundada más que en la importancia que los demás les conceden , es lo que convierte a esos hermosos ángeles del hogar en tiranuelos de la familia ; pues saben ellos que , para que no lloren , para que no chillen , para que no se pongan malos , accederán a todos sus deseos , y su voluntad será la ley dominante de la casa . - Tú tienes razón , como siempre , y es lástima que no te hayas puesto a maestra de escuela , o , mejor dicho , es de sentir que no haya predicadoras , para que tú ocupases un púlpito ... - Cada madre de familia es la maestra de sus hijos y la predicadora de sus domésticos . - Pero , dime , ¿ vamos a dejar sin correctivo a esa estúpida que a poco más ahoga a nuestra nieta , o vas a decirle que yo tengo la culpa de lo que ha hecho ? - Me guardaré muy bien de tal cosa , y si te he dicho que te alcanzaba algo de responsabilidad , es porque de fijo la muchacha , al ver caer a la niña , se ha acordado de la escena del día pasado , y tapaba la boca a Flora y se la llevaba lejos , para que no la oyésemos llorar y la reprendiésemos , o , mejor dicho , la reprendieses . Ese procedimiento es el más bárbaro que podía adoptar , pues ocasión ha habido en que personas temerosas de que el llanto de una criatura fuese oído por sus padres , al quitar la mano que los sofocaba , han encontrado a los angelitos casi asfixiados : yo no trato , pues , de disculpar a María , antes pienso llamarla y reprenderla severamente , amenazándola con despedirla , si otra vez se permite semejante acción . Flora no tenía más que juguetes sencillos , porque decían sus padres y abuelos , que si el lujo con los vestidos es reprensible , lo es mucho más el que consiste en emplear un caudal en baratijas , únicamente destinadas al entretenimiento de los niños , que sin comprender su mérito , así estropean un juguete que vale 300 reales , y en cuyo mecanismo y confección se ha empleado gran tiempo y trabajo , como otro que vale una peseta . Hay padres que tienen vanidad en comprar preciosos juguetes a sus hijos , y ato dejárselos tocar , poniéndolos sobre la consola o la rinconera . Esto es engañar a los niños , porque lo que no pueden manejar a su sabor y distraerse con ello , no es suyo . Otros , los entregan a las criaturas , las cuales , cuanto más complicados son y más les llaman la atención por su movimiento o por imitar la voz de un niño , el canto de un pájaro , etcétera , más se afanan por saber lo que tienen dentro y más pronto los estropean . Tenía , pues , Flora una bonita muñeca de poco precio , pero graciosamente ataviada , a la que se entretenía en mecer sobre sus rodillas en el momento en que su madre y abuela entraron a darle el beso de despedida , porque se disponían a salir de casa . La niña se levantó con precipitación , arrojó su muñeca , cuya cabeza de cartón se rajó , y sin apercibirse de ello , empezó a gritar : - Quiero ir contigo , mamá . - No , hija mía , no puede ser . - Sí , sí - insistía la pequeñita , y empezó a llorar amargamente . - Si estuviese vestida - dijo Sofía - , nos podríamos llevar la muchacha con ella . - Ahora no cedas - contestó doña Ángela - ; reparo que desde hace algunos días le dan esas rabietas , y es necesario que vea que nada logra con ellas . La parvulita , que había suspendido su llanto al empezar el diálogo de las dos señoras , comenzó de nuevo a llorar y patear . - Con que , vaya , adiós - dijo la abuela , no llores más , porque te pones muy fea , y recoge la muñeca que ya le has roto la cabeza . Y besando a su nieta salió del aposento . - No quiero la muñeca , ni a ti tampoco , ni a mamá . Sofía besó también a la niña , le enjugó las lágrimas e imitó el ejemplo de doña Ángela . Mas apenas las perdió de vista , redobló el llanto y el pataleo , que en vano trataron de calmar las muchachas que acudieron apresuradamente . María la tomó en sus brazos , y poniéndola de pie sobre una consola , le dijo : - Mírate al espejo , verás qué fea estás cuando lloras ; pero la nieta , que se encontraba en un verdadero acceso de ira , el primero de su joven e inocente existencia , pegó un puntapié al espejo y lo rompió . - ¿ Qué has hecho ? - dijeron asustadas las sirvientes - ¡ Cuando lo sepan papá y mamá ! ... - No se lo digas - interrumpió Flora . - ¿ No ves que lo verán ? La niña no supo qué contestar , siguió llorando ; pero evidentemente su llanto no era ya de cólera , era de su arrepentimiento porque comprendía que había hecho mal en romper el espejo . Cuando sus padres y abuelos se retiraron , Sofía preguntó a la niñera si había tardado mucho la niña en consolarse , la muchacha explicó lo acaecido , pero no en presencia de la interesada . Su madre disimuló por aquella noche , la desnudó y la metió en la cama por sí misma , como tenía por costumbre después de haberla hecho rezar algunas oraciones . A la mañana siguiente , Sofía preguntó a las criadas en presencia de la niña . - ¿ Quién ha roto el espejo de la sala ? - Flora - contestaron ellas . - Lo habrás hecho impensadamente , ¿ no es verdad , hija mía ? - interrogó la madre . La parvulilla se puso encarnada y no contestó : - ¿ Cómo ha sido ? Deseo saberlo - insistió Sofía - . Decídmelo vosotras sin ocultarme nada , porque no quiero que nadie diga mentiras , lo cual ya sabéis todas que es una gravísima falta . - La niña - contestó María - , como estaba ayer tan colérica , porque no la llevaron ustedes consigo , pegó un puntapié al espejo y lo rompió . - ¿ Quién lo puso sobre la mesa ? - Servidora , para que viera lo feas que son las niñas iracundas y lloronas . - Pues usted hizo mal en subirla sobre la mesa , y tú , Flora , fuiste ayer muy culpable . La niña , que desde que se empezó a hablar había permanecido con los ojos bajos sin decir una palabra , los levantó y los fijó en su madre , como admirada de oír una expresión para ella hasta entonces desconocida . - Sí , hija mía - continuó la madre - , es culpable , es indigna de que la quieran su papá , su mamá y sus abuelos , la niña que , como tú , se rebela contra sus superiores , arroja su bonita muñeca , rompiéndola , y luego estropea un mueble de gran valor . Flora empezó a llorar amargamente . - ¿ Por qué lo decías ? - dijo a la criada en tono de duro reproche . - Porque yo se lo he preguntado - contestó Sofía - , y era preciso que dijese la verdad . Además hay otro que ha visto todo lo que has hecho y a quien no se puede engañar . - ¿ Lo ha visto papá ? - interrogó Flora . - No ciertamente . - ¿ El abuelo ? - Tampoco . - Pues , ¿ quién ? - Aquel Padre tan bueno que nos ha dado todo cuanto tenemos . Aquél que ama a las buenas niñas y no quiere a las que cometen faltas tan graves como las tuyas . - ¡ Ah ! ¡ Dios ! - Efectivamente . La niña continuó llorando durante un rato , luego levantó la cabeza y acercándose a su madre , dijo : - Mamá , ¿ me perdonas ? - Si me prometes no irritarte más , como ayer , ser dócil y no estropear cosa alguna , te perdono . - ¿ Le dirás a papá y a los abuelos lo que he hecho ? - Si me preguntan algo , les diré la verdad , porque no se debe mentir jamás . - ¿ Y Dios me perdonará ? - Si tienes intención de ser buena , sí , porque Dios sabe lo que pasa dentro de tu corazón . La niña se acercó tímidamente a su madre , ésta le dio a besar la mano y después le abrió sus brazos y la estrechó en su seno . Flora que aún tenía lágrimas en las mejillas , se sonrió y preguntó acariciando a su madre : - ¿ Me comprarás otra muñeca ? - Eso no . - ¿ Por qué ? - Porque la volverías a tirar . ¿ No te digo que seré buena ? - Aunque eso sea , no puedo comprarte la muñeca , porque el dinero que tenía para juguetes tengo que emplearlo en comprar otro espejo . - ¡ Ah ! , ¿ sí ? - ¿ Qué te pensabas ? Es preciso mirar mucho lo que hacemos , porque el que obra mal , aunque obtenga por medio de su arrepentimiento el perdón de Dios y de los hombres , tiene que sufrir las consecuencias de su falta . Pasaron muchos días sin que Flora diese a sus padres el menor motivo de disgusto . Si alguna vez estaban dispuestos a salir de casa ; pedía humildemente que la llevasen en su compañía , y cuando escuchaba una negativa , se resignaba sin replicar . Una tarde en que la merienda no era de su gusto , empezó a llorar y pidió otra cosa ; mas como le fuese negada , iba a arrojarla cuando su madre le cogió la mano con fuerza , diciéndole : - Acuérdate de la muñeca y el espejo , y de que me prometiste ser buena y conformarte como que se te mandase . La niña quedó pensativa un breve rato , luego dijo : - El pan y el queso no se hubieran roto . - Pero es un gran pecado arrojarlos con enojo ; son dones que debemos a la bondad de Dios , y que muchos pobrecitos tomarían con gratitud y regocijo . - ¿ Los pobrecitos no tienen pan y queso ? - Muchas veces carecen hasta de lo más necesario . Pero tú me dijiste el otro día que estabas arrepentida de haber tirado y roto las cosas de valor . - Sí que lo estoy , pero en este momento ... - Ibas a ser mala otra vez . - No , mamá , mira , ya me cómo el pan y el queso . Y empezó con buen apetito su merienda . Aquella misma noche estaba sentada sobre las rodillas de su cariñoso padre , teniendo en los brazos la descalabrada muñeca . - ¡ Qué fea está tu hijita ! - le dijo Prudencio . - ¿ Sabes quién la ha puesto así , papá ? - Tu mal genio . - ¿ Quién te lo ha dicho ? - Tu mamá . Le pregunté y me dijo la verdad , porque las personas honradas y dignas dicen siempre la verdad , hija mía . - Pero también te habrá dicho que Dios y mamá me han perdonado . ¿ Me perdonas tú también ? El padre la besó cariñosamente . Al día siguiente le trajo otra muñeca , asegurándole que , porque creía en su arrepentimiento y esperaba que fuese muy juiciosa y muy dócil , le hacía aquel nuevo regalo ; pero que si no la cuidaba bien , sería la última que le comprase . Flora , loca de alegría , corrió a enseñar a las señoras su nuevo juguete , y desde aquel día , cuando experimentaba algún pequeño disgusto , lo primero que hacía era colocar cuidadosamente a su hijita , como ella la llamaba , sobre una silla , para que no le dieran tentaciones de echarla al suelo . Tan cierto es que los niños de muy corta edad obran casi siempre impremeditadamente , y que si se les hace ver que han faltado , se corrigen sin dificultad : cosa que no siempre se consigue cuando ha llegado a adquirirse un vicio o una mala costumbre . En una tarde apacible de estío , la pequeña Flora salió a pasear con su padre a una huerta inmediata a la ciudad . Apenas se habían alejado algunos pasos , la niña soltó la mano del autor de sus días , y correteaba alegremente por la ancha senda que separaba dos bancales sembrados de fragantes fresas . De pronto observó el padre que Flora andaba silenciosa y cautelosamente con la mano derecha extendida en actitud de coger alguna cosa entre el dedo índice y el pulgar . Acercose el padre , y observó que la pequeña cazadora trataba de aprisionar entre sus blancos dedos una abeja que , al sentir la proximidad de su enemiga , echó a volar , expresando con un ligero y ronco zumbido el desagrado que le causaba aquel atentado contra su libertad . - ¿ Qué ibas a hacer ? - le dijo . - Iba a coger aquel animalito - repuso la rapazuela . - Hubieras hecho muy mal , y te hubiese costado caro . - ¿ Por qué ? - Porque aquel animalito , que es una abeja , te hubiera clavado su aguijón , si la hubieses tocado , y esto produce un dolor muy vivo y una grande inflamación . - Pues mátala tú , papá . Allí en aquella ramita se ha parado . - ¿ Por qué la hemos de matar ? ¿ Qué daño nos hace ? - ¿ No has dicho que clava el aguijón , que duele mucho y produce inflamación muy grande ? - En efecto , hija mía , ésta es el arma que le ha con cedido la Providencia ; pero no suele valerse de ella cuando no se la hostiga . Por lo demás , las abejas son insectos sumamente útiles , pues elaboran con una industriosa actividad , que pudiera servir de ejemplo a muchos racionales , la miel y la cera ; alimento dulcísimo la primera , que estoy cierto te gusta mucho , y la segunda todavía más útil para el alumbrado y otros objetos a que se la destina . - ¡ Vaya si me gusta la miel ! ¿ Y las abejas la hacen ? - Sí , por cierto . Dentro de su oscura habitación , llamada colmena , construyen el panal , compuesto de unas celdillas arregladas con igualdad geométrica . El hombre se apodera del dulce fruto de su trabajo , y extrae de él las materias que te he indicado . - Pero las mariposas no tienen aguijón , ¿ verdad ? Pues voy a coger aquélla . Y corría en pos de una blanca y dorada . - Ven aquí , ¿ para qué la quieres ? - dijo el padre . - Para clavarla con un alfiler en la pared de mi cuarto . - ¡ Cruel capricho ! - Papá , escucha , mamá me ha enseñado una fábula que dice que las mariposas son unas tontuelas , llenas de vanidad , que no sirven más que para volar sin objeto ... - Verdad es que todos los poetas y fabulistas parece se han puesto de acuerdo para zaherir y reprochar ese elegante , bellísimo e inofensivo insecto , cual si les inspirase envidia su delicada belleza . ¿ Es culpa suya que Dios las haya dotado de tan poéticas formas , de tan variados colores ? Y aun cuando fuese cierto que las mariposas estuviesen ufanas de su hermosura , ¿ es esto motivo para darles una muerte lenta y cruel , cual la que tú proyectabas ? - Pero tampoco trabajan . - Porque no saben ni pueden . Ellas no tienen otro destino que volar entre las flores , y lo cumplen . Por otra parte , si a todos los seres que no trabajan y están satisfechos de su hermosura , se les hubiese de clavar en la pared , no habría muchas niñas que corrieran y jugaran libremente . - Pero , papi - dijo la niña , a quien no gustaba el giro que iba tomando la conversación - cuando fuimos a ver el otro día los exámenes de aquel colegio de niños , noté que tenían muchas , muchas mariposas , todas clavadas y muertas , por consiguiente . - Te diré . Entre los varios estudios a que allí los alumnos se dedican , hay uno que llaman Historia Natural , que tiene por objeto explicar las propiedades de todo lo que Dios ha creado , tanto animales , como plantas y minerales . De los primeros , se les explican a los alumnos las diferentes especies , y cómo de los insectos no se les puede hablar sin tener algún ejemplar a la vista , porque no les son tan conocidos como los animales domésticos ; por ejemplo , el perro , el caballo , la gallina , etc . , de aquí la necesidad de sacrificar aquellos inocentes animalitos . - ¡ Ah ! Por eso sin duda tenían también una culebra . - En efecto . En los grandes gabinetes zoológicos tienen fieras disecadas , reptiles y toda clase de irracionales , pero en aquella colección en miniatura no hay más que lo necesario para dar una idea elemental a los educandos . - Si exceptuamos las abejas , los demás animalitos , como ella no creo que sirvan de nada ; con que así los niños nada más lo estudiarán por divertirse . - Muy ligera eres en tus apreciaciones , Flora . Sabe , pues , que hay insectos de que se aprovecha la industria y otros de que saca gran partido la medicina . - ¿ De veras ? Cuéntame , cuéntame eso , papá mío . - Entre otros , el gusano de seda fabrica una especie de capullo , dentro del cual se encierra para salir convertido en mariposa ; pero el hombre no le da tiempo para verificar su metamorfosis , sino que se apodera de aquellos capullos , los hierve , los hila con máquinas , y mediante varias operaciones , hace con ellos esas ricas telas para vestidos , cortinajes y tantas y tantas cosas como se elaboran con esa materia . La cochinilla la aprovechan los tintoreros para dar al paño ese color encarnado , vivo y permanente que se llama púrpura o grana . Para la medicina se usan unas moscas de preciosos colores , llamadas cantáridas , las cuales , pulverizadas y aplicadas sobre la piel , producen en casos dados un saludable efecto . - Pues para todo eso es necesario matar los insectos . ¿ No se llaman así ? - Efectivamente . Y cuando es necesario matarlos , se matan , porque Dios nos permite usar de los animales para todo lo que sea útil ; pero no es lícito mortificarlos , hostigarlos , ni mucho menos privarlos de la existencia por una insulsa y cruel diversión . La niña no contestó y regresó pensativa a su morada . Desde aquel día no volvió a perseguir las mariposas en la pradera , y contrajo la interesante y provechosa costumbre de preguntar para qué servía todo cuanto se ofrecía a su vista , comprendiendo , en edad temprana , que la Providencia no ha creado nada inútil , aun cuando en nuestra ignorancia no comprendamos el destino de todos los seres que ha colocado sobre la faz de la tierra . Como habrán visto mis jóvenes lectores en los últimos capítulos de la primera parte , el desarrollo de la inteligencia de Flora era rápido , al mismo tiempo que sus defectillos , hábilmente corregidos por sus prudentes educadores , apenas se presentaban , desaparecían , para dar lugar a sentimientos virtuosos , si así puede llamarse . En cuanto a su reflexión era superior a su tiernísima edad . Nuestra amiguita frisaba ya en los seis años y sus padres resolvieron mandarla al colegio , porque a pesar de que la educación doméstica les daba los mejores resultados , y de que el abuelo hubiese deseado no separarla de la familia , ni aún por breves horas , los padres y la abuela creyeron oportuno optar por la instrucción en común , porque ésta lleva consigo el estímulo y la emulación . Mucho tiempo se había tratado del asunto y había sido objeto de serias discusiones en el seno del hogar . Don Leandro deseaba que un profesor viniese a dar lección a la niña , aprendiendo ésta las labores al lado de su madre y de su abuela , al paso que algunos amigos les aconsejaban que la colocasen de alumna interna de algún colegio , donde recibiese una educación esmerada a la que no fuesen obstáculo los mimos de la familia ; pero Prudencio , amante de los términos medios , encontró que el modo de conciliar el deseo de que todos participaban de pasar el mayor tiempo posible al lado de aquella amable criatura , con el de colocarla entre otras niñas , para que hiciese en el colegio el aprendizaje de la vida social ; era que ingresase en un establecimiento de merecida faena , al frente del cual hallaba una virtuosa e instruida profesora , pero en clase de alumna externa ; esto es , comiendo , durmiendo y pasando los días festivos en el sello de la familia , aprovechando juntamente con la enseñanza de los maestros los útiles consejos de los padres y abuelos . Las señoras se avistaron con la Directora , la enteraron minuciosamente del carácter y circunstancias de la niña , después la acompañaron al colegio , y recomendándole la sumisión y respeto a los profesores , la dejaron , no sin besarla repetidas veces con lágrimas en los ojos . Cuando Flora se vio entre tantas personas desconocidas , sin tercer cerca de sí uno de los individuos de su familia , experimentó ese género de nostalgia que se apodera de todos los niños tierna y profundamente amados el primer día que se ven fuera del hogar , y sintió oprimírsele el corazón . Luego recordó el objeto de su entrada en aquel establecimiento , vio tantas niñas que leían correctamente y escribían con hermosa letra , cuando ella apenas empezaba el silabeo ; y sintió un vivo anhelo de instruirse , como también de aprender las bonitas labores que muchas ejecutaban . Esto la distrajo algún tanto , pero no la sacó de su estado de encogimiento ; de modo que el primer día no contestaba a las compañeras que le hablaban , ni correspondía a las caricias que las mayorcitas le prodigaban , respondiendo con signos o con monosílabos a la Directora , y poniéndose colorada hasta los ojos cada vez que le dirigía la palabra . Aquella mañana pareció interminable a la niña y la voz de la criada ( que fue de las primeras en llegar ) sonó en sus oídos como la más grata armonía . ¡ Cuántas cosas llevaba que contar a su familia ! Había ya aprendido los nombres de muchas alumnas , explicó minuciosamente y a su manera cuánto se había hecho y hecho , y como observó que la oían con gusto , el deseo de volver a tener algo que referir atenuó en ella el disgusto que experimentaba al pensar que de nuevo iba a tener que separarse de su familia . ¡ Cuán imprudentes son aquellos padres que imponen un forzado e impropio silencio a los niños , ahogando así en ellos la inocente y grata confianza ! Bueno es que se les acostumbre a callar cuando hablan los mayores o en presencia de personas extrañas , que se les exija que hablen con moderación y mesura , y cuando hay más de uno que esperan turno para explicarse ; pero esos educadores adustos , que quisieran hacer de los turbulentos y alegres nulos disciplinados reclutas o sombríos cartujos , ¿ cómo quieren conocer lo que pasa en el alma de sus alumnos , si no les dejan decirlo ? , ¿ cómo modificarán las inclinaciones del corazón o corregirán los errores del juicio ? En su deseo de formar nulos prudentes y circunspectos , convertirán a sus educandos en hipócritas solapados , cuyas pasiones y cuyos vicios serán tanto más temibles cuanto menos conocidos . Poco a poco fuese acostumbrando nuestra amiguita a la vida de la escuela , de modo que se encontraba tan a gusto en la clase como en su propia casa y al lado de sus padres y abuelos . Como desde que empezó a tener uso de razón la habían acostumbrado al orden , procedía ordenadamente sin necesidad de que se lo mandaran , ni mucho menos tuviese que hacerse violencia . La llamaban por la mañana muy temprano y abandonaba el lecho sin pereza ; después de rezar sus oraciones , se lavaba , la peinaba su mamá ( que no había querido confiar a nadie este cuidado ) tomaba un ligero desayuno y se iba alegre al colegio , donde siempre se presentaba de las primeras . Allí trabajaba y aprendía cuanto le era posible , sin perjuicio de charlar y reír cuanto podía con sus compañeras , especialmente con dos o tres , a quienes ella daba el título de amigas , que , aunque de alguna más edad que ella , tenían un carácter bastante parecido y que siempre le llevaban dulces , juguetes o golosinas . Un día Sofía le preguntó de donde sacaba todas aquellas chucherías . - Me las dan mis amigas - contestó Flora . - ¿ Y quiénes son tus amigas ? - Usted no las conoce , son niñas del colegio . - En ese caso , tendrás más de cincuenta amigas . - ¡ Ah ! No lo son todas . Ahora tengo tres : Clara , que es la que me dio aquel estuche ; Juanita , que me dio ayer algunas yemas ; y Elvira , que me ha dado estos claveles . Yo también quisiera hacerles un regalito . - Es natural , pues si siempre recibieras dávidas y nunca correspondieses a ellas , te parecerías a las personas avaras y egoístas , que se creen con derecho a todo lo de sus amigos , sin juzgarse obligadas a corresponder con finezas semejantes a las que aceptan de los demás . - ¿ Y qué les daré ? - Puedes darles algunos de aquellos preciosos cromos que te regaló tu abuelo , escoge uno para cada una y que termine aquí vuestro dar y tomar . Flora se levantó de mala gana a buscar sus cromos , manifestando en su actitud que la orden no era muy de su agrado . - ¿ Qué es lo que te disgusta de cuanto te he dicho ? - preguntó la madre . - Dos cosas . - Veamos , sé franca . - La primera el darles unos cromos tan bonitos , cuando papá me ha dicho que me formaría un cuadro con todos ellos , y la segunda que me digas que se concluye con esto el dar y tomar . - ¡ Ah ! ¡ Flora , Flora ! , voy temiendo que en tu amistad hay mucho egoísmo . Me parece que no eres una amiga modelo , sino una amiga a la moda . - ¡ Bien ! ¿ Qué quiere decir eso ? - Quiere decir que no sabes lo que es amistad . - Dígamelo usted , que lo sabe mejor . - Puesto que tú dices que tienes amigas , explícame en qué consiste el serlo . - Mire usted , las amigas no nos acusamos nunca unas a otras , si una se equivoca al conjugar un verbo , por ejemplo , la amiga le apunta , si la una no tiene gana de trabajar o encuentra muy difícil su labor , la otra le ayuda un poquito ; además ellas me cuentan si han ido a paseo o a otra parte , si les hacen un vestido ; en fin , todas sus cosas , y yo también les cuento lo que me pasa . - ¿ Y tienes siempre las mismas amigas ? - Eso no ; a veces me enfado con una y busco otra , y la que lo era primero , ¡ tiene una envidia ! ... - Muy mal hecho . - ¡ Qué ! , ¿ el tener envidia ? - El tener envidia y el causarla , y sobre todo el cambiar de amigas todos los días : eso no es amistad . - Pues mire usted , todas lo hacemos . - Pues todas obráis muy mal . Eso que hacéis de no acusaros , de prestaros esos pequeños servicios que en realidad no lo son , pues muchas veces confiando en la amiga trabajáis o estudiáis menos ; pero que como servicios reputáis vosotras , el prestaros mutua ayuda , el facilitarse cualquier utensilio del trabajo , libros y otras cosas , pero sólo por el momento , no es ser amigas : esto debes hacerlo con todas y todas debieran hacerlo contigo , si no lo efectúan , peor para ellas , es que no conocen los deberes que la sociedad nos impone . El hablar entre sí contándoos mutuamente cosas que nada interesan , y que muchas veces valdría más que se callasen , os distrae de la labor , el estudio o la lectura , y produce ese murmullo que tan mala idea da de una escuela , y que fatiga y molesta a las profesoras , obligándolas a reprender y castigar . El haceros regalos es mal hecho , a menos que sea una pequeña estampa , una flor o un dulce ; lo demás , sean dijes , juguetes o lo que fuere , pertenece a los padres , y no tenéis derecho a desprenderos de ello . Es , además , ocasionado a abusos , pues muchas niñas , en esos mutuos obsequios , explotan la candidez e ignorancia de las pequeñitas , dándoles objetos de insignificante valor y recibiendo en cambio cosas que le tienen mucho mayor ; lo cual es una reprensible estafa . Tú misma , a pesar de tus buenos sentimientos y del ejemplo de desinterés e integridad que recibes , veo con disgusto que tienes más afición a tomar que a dar , pues te duele desprenderte de tus cromos , al paso que te disgusta la orden que te he dado de no recibir nada de tus amigas ni tampoco entregarles . La amistad es un afecto santo , cuyo nombre tiene todo el mundo en los labios , que pocos comprenden y que algunos profanan . Si hay una compañera que te manifieste cariño constante , que sienta tus pequeños disgustos y se alegre de tus triunfos , que no te olvide por otra , que te aconseje y reprenda , pero siendo al mismo tiempo tolerante con tus defectos ; aquélla es una verdadera amiga , corresponde tú a su afecto con iguales finezas , evita lo que pueda desagradarle , toma parte en sus pesares y alegría , procura ayudarla con todo con abnegación y desinterés ; avísale a tu vez , cuando veas que ha faltado , pero con dulzura y sin tratar de imponerte , y en todo esto , que no te guíe el deseo de chocar con las demás y excitar su envidia , pues la amistad ( que como he dicho es un nobilísimo sentimiento ) nunca en malas pasiones se apoya , ni a móviles bajos obedece . - Ya veo yo que no tengo ninguna amiga . - Es que es muy difícil encontrar una verdadera , además , que tú tampoco sabrás serlo . Cuando sientas por otra esa singular predilección que se llama simpatía , procura ir conociendo a la que te la inspira , para ver si realmente la merece ; y si es digna de tu amistad y sabe corresponder a ella , cultiva este naciente sentimiento del modo que te he dicho , que estas amistades de la infancia , cuando se establecen entre personas virtuosas y bien educadas , arraigan en el corazón con el mutuo conocimiento de las cualidades que adornan a la persona querida , y fortaleciéndose con la edad y con las vicisitudes de la existencia , suele no terminar más que en el sepulcro . ¡ Dichosa tú si sabes inspirar y sentir un afecto de índole semejante , pues te proporcionará horas de dulcísima felicidad , y cuando experimentes desgracias ( pues todos las experimentamos en la vida ) la amistad endulzará tus penas y confortará tu alma con sus inefables consuelos ! - ¡ Qué hermoso es eso ! Me gustaría mucho , mucho tener amigas . - Por ahora tienes dos y dos amigos . - ¿ Quiénes son ? - Tus padres y tus abuelos . - ¡ Ah ! , eso ya lo sabía , pero otros , además . - Ya los tendrás , si sabes escogerlos y conservarlos . Flora calló , tomó tres cromos que había escogido , y besando a su madre , salió para despedirse de sus padres y abuelos . - Papá , iremos esta tarde a paseo - decía un domingo Flora al autor de sus días . Éste contestó afirmativamente : - Todos juntos . - Todos juntos ; iremos al huerto de un amigo que nos ha convidado a comer fruta y a coger flores . - ¡ Ay ! , ¡ qué gusto ! , ¿ y cuándo iremos ? - De aquí a un par de horas , porque , hace mucho sol y no hay que pensar en salir temprano . En aquel momento llegó la madre , y Flora le comunicó la tan grata nueva . - Ya lo sabía - contestó Sofía . - ¿ Quieren ustedes que entre tanto les cuente una cosa muy divertida ? - interrogó la niña . - Cuenta - respondió Prudencio - . Es muy largo . - No importa . - Ayer era sábado ... - Eso es muy corto y muy sabido . - Espere usted . El sábado , después de la lección de doctrina cristiana y después de rezar el Rosario y leer el Evangelio la señora Directora , una de las niñas lee en voz alta un cuento de un bonito libro que tiene dicha señora ; y como sabe tanto , y quisiera que fuéramos todas tan buenas , hace leer a la que tiene alguna falta un cuento en que aquélla se reprende o se castiga . De este modo ella se afrenta , y todas lo entendemos , escarmentando en cabeza ajena . Ayer , pues , le tocó a una niña que es muy guapita y está muy adelantada , pero tiene un orgullo insoportable ; no se le puede hablar , porque se piensa que vale más que todas juntas . El cuento se llamaba : Los niños presuntuosos ; y como lee tan bien , al principio le daba muy buena entonación y daba gusto el oírla ; luego se fue poniendo más encarnada que una cereza , se le apagaba un poco la voz ; pero a pesar de eso , la entendimos perfectamente . - ¿ Y tú te acuerdas del cuento ? - ¡ Pues no he de acordarme ! Eso es lo que quería referir . - Empieza , ya te escuchamos . La niña en su infantil lenguaje refirió una historia que , en resumen , era la que vamos a narrar en términos más precisos y prescindiendo de sus interrupciones y pueriles comentarios : « Enrique y Laura eran dos niños de corta edad , a quienes la Providencia había concedido ventajas que rara vez se encuentran reunidas en una misma criatura . Nacidos de una familia noble y rica , dotados de talento , lindos y graciosos eran el encanto de sus padres y objeto de continuos elogios de parte de sus amigos , deudos y criados . Solamente un defecto , que , como las cualidades que les adornaban , era común a los dos hermanos , deslucía aquel bello conjunto ; defecto engendrado y desarrollado por la imprudencia de sus educadores más que por un vicio de su organización moral . Los dos niños tenían una vanidad que rayaba en orgullo , creyéndose las criaturas más sabias , más instruidas y más hermosas del universo . La ternura de los padres crecía al paso que se desarrollaban los atractivos físicos de los hijos y su clara inteligencia , y no escaseaban los aplausos y las recompensas , ni dejaban de referir delante de los niños todos los rasgos de su ingenio , todas sus acciones loables ; no quedando satisfechos , si cuantos frecuentaban la casa no hacían coro con ellos para celebrar lo que creían un verdadero portento . Primero Enrique y luego Laura , que era menor , empezaron a asistir al colegio ; pero tan recomendados y precedidos de fama tal , que por mucha que fuese su precocidad y discreción no sorprendió a los profesores , antes encontraron mucho que corregir en ellos , pues se creían tan superiores a los demás alumnos , que a dos por tres armaban una pelotera con cualquiera que se distinguiese o alcanzara un premio o un elogio , que ellos solos creían merecer . La cólera de Enrique se traducía en hechos , y nunca dejaba de encontrar un pretexto para dar una bofetada al niño que había logrado ser el primero de la sección a que él pertenecía , o cualquier otra distinción ; en cuanto a Laura , se vengaba de las niñas más aventajadas ridiculizando su color moreno , sus delgadas trenzas , su traje antiguo o de mal gusto , o la poca gracia con que se vestían . Los ruidosos incidentes que provocaba el hermano , así como la sorda chismografía de la hermana , llegaron más o menos pronto a noticia de sus respectivos profesores , quienes , cumpliendo con su deber , los reprendían con frecuencia ; asegurándoles que su mérito quedaba completamente eclipsado por aquella excesiva vanidad , que les hacía injustos , egoístas y hasta envidiosos . Aquellos de mis tiernos lectores que cuenten entre sus condiscípulos niños de semejante índole ( y no digo entre sus amigos , porque los tales no conocen la verdadera amistad ) comprenderán si reconocerían su falta y si humilde y sinceramente propondrían la enmienda , o si más bien se juzgarían víctimas de una irritante injusticia de parte de sus maestros . Varias veces cambiaron de colegio , pero en todas partes encontraban compañeros más o menos aventajados que rivalizaban con ellos , y en lugar de sentir una noble emulación que hubiera contribuido a poner de relieve el claro talento del uno , la vivaz inteligencia y habilidad de la otra , experimentaban despecho y enojo , y volvían a cada momento a sus altercados ; a sufrir , por consecuencia , justas y severas reprensiones , a quejarse amargamente a los autores de sus días , y , por ende , a cambiar nuevamente de profesores . Como buscando bien , todo se encuentra , y la fortuna es una palanca poderosa para remover cualquier obstáculo , los señores de Cifuentes hallaron , por fin , unos maestros bastante venales para transigir con los defectos de sus hijos , para ensalzar sus cualidades , premiar continuamente en ellos cualquier adelanto , debido a su natural talento más que a su aplicación . Acaso algún niño , que no había recibido del Cielo tan clara inteligencia , aspiraba por medio de inauditos esfuerzos a nivelarse con Enrique , ya prestando constante y sostenida atención a las explicaciones , ya consagrando largas horas al estudio , y quizás conseguía llegar a poseer tan bien como él los conocimientos que en el colegio se comunicaban , pero el señor Director solía decir con frecuencia : - No hay otro Enrique Cifuentes , no hay otro . Y cuando él lo decía , sabido debía tenerlo , porque ¿ quién mejor que él podía conocer lo que valían sus alumnos , y cuál de ellos era más acreedor a los elogios y recompensas ? Llegó la época de la repartición de premios , después de los exámenes generales ; y , como era costumbre , dos de los niños más aventajados , los que habían recibido los mejores premios , debían leer uno un discurso al empezar el acto , encareciendo las ventajas de la instrucción , y otro una poesía al terminar , dando las gracias a la concurrencia . Conrado Molina , niño estudioso y modesto , había obtenido el segundo premio ( aunque a juicio de muchas personas debiera habérsele adjudicado el primero , que fue otorgado al presuntuoso Enrique ) y en consecuencia , habían sido nombrados los dos para dirigirse al auditorio , si bien se dio la preferencia a Cifuentes , preguntándole si prefería leer el primer discurso o la poesía final , a lo cual contestó con petulancia : - Creo que debo ser el primero en hablar , como lo he sido en recibir el premio ; pero , por otra parte , siento no leer la poesía , porque yo le daría mejor entonación que ése . Y miró con altanería a Conrado . - Como usted guste , señor Director - contestó modestamente el aludido . Esta conversación tenía lugar quince días antes del destinado para la solemne ceremonia , y cuatro más tarde se entregó a los dos muchachos su respectivo discurso , pero , ¿ cuál fue la sorpresa del profesor cuando Conrado , encarnado como una cereza , manifestó que él había ensayado escribir una poesía sobre el tema que otros años solía leerse , y que ya la sabía de memoria . - Veamos - dijo el Director - , mientras Enrique no trataba de disimular la risa . Conrado , sin desconcertarse por la hilaridad de su condiscípulo , leyó una poesía en romance , ni larga ni corta , ni desaliñada ni sobrado pretenciosa , en la había espontaneidad y sentimiento , corrección en lenguaje y soltura en la versificación , amén de algunas faltillas que eran muy disimulables en un poeta de doce años ; pero leyola con una entonación tan agradable , con un entusiasmo tan natural , con una voz tan fresca , tan vibrante , que el maestro , que estaba solo con él y Enrique , se quedó mirándole sorprendido durante algunos momentos . - ¡ Qué malo es eso ! - dijo con orgullo el niño Cifuentes . - No diré yo tanto - replicó el Director . El novel poeta miró al uno a otro sin desplegar los labios . - Y en tanto es así - continuó el maestro - ; que doy la preferencia a esta sencilla e inspirada composición sobre otra que yo había compuesto , y que no tiene ese candor y gracia que tan bien sientan en los labios de un niño . Con algunas correcciones leerá usted su poesía , amiguito mío . Enrique , rojo de cólera , se mordió los labios hasta nacerse daño , y dijo que él no quería ser menos que su compañero , y a su vez quería componer el discurso que debía leer ante la reunión . El débil profesor comprendió que si en una composición poética se puede tolerar algún defectillo en la construcción gramatical , y ser indulgente , con mayor motivo cuando el autor es un niño de doce años ; la parte ilustrada de su auditorio sería más exigente y se mostraría más severa al juzgar un discurso en prosa , que no puede tener la disculpa de la fuerza del consonante ni la necesidad de la cadencia y armonía . Tentado estuvo de negarse a la atrevida pretensión del escolar , pero temió malquistarse con los padres que le colmaban de favores , dávidas y elogios , y se contentó con hacer presente a su discípulo la premura del tiempo , y como esto no fuese parte a disuadirle de su propósito , le entregó el que él había compuesto , para que se ajustase a aquél en la extensión , en la idea y en la forma . Enrique leyó el discurso , entresacó algunos conceptos , los estropeó ; vertiéndolos en un lenguaje ora ampuloso , ora amanerado , siempre incorrecto , y le presentó al profesor la víspera del día en que debía leerle en público . Por mucha que fuera la condescendencia del pedagogo , no podía dejar pasar una peroración tan absurda , que le hubiese desacreditado ; así fue que , so pretexto de corregirla la escribió de nuevo apresuradamente , que dando menos mal que la que el alumno había escrito , pero mucho peor que había salido la vez primera de la pluma del tolerante Director . Ni con esto se contentó el orgulloso niño , que hubiera deseado verse aplaudido y sublimado por aquella producción de su superior talento ; que siempre las personas débiles e irresolutas obtienen resultados semejantes al querer contemporizar con los defectos de sus subordinados . Enrique lloró , se sofocó , salió a la calle ardiendo en ira , y cogió un catarro , que al día siguiente , si bien no le impidió salir de casa , le produjo una fuerte ronquera ; de modo que su voz , ordinariamente fresca y vibrante , producía entonces sonidos desiguales y desapacibles . Presentose en el colegio mohíno y displicente , reuniéronse los convidados , y después de pronunciar breves frases el Director , subió nuestro héroe a una pequeña tribuna y con voz ahogada , trémulo acento y equivocándose a cada punto , porque no había tenido tiempo de estudiar las correcciones que se le habían hecho la víspera , leyó su desaliñado discurso , que no obtuvo más aplausos que los que en tales ocasiones prodiga la urbanidad , fríos y forzados , y los de los parientes y amigos , deseosos de hacerle olvidar el mal rato que había pasado . Repartiéronse los premios , llegó su vez a Conrado , que estaba algo turbado por el mal éxito del discurso de su amigo , subió como él a la tribuna , y con voz ligeramente conmovida , pero dulce y sonora , con excelente entonación , con naturalidad y soltura leyó su poesía que produjo frenético entusiasmo . El Director no se atrevía a decir que era obra del lector , por no empeorar la situación de Enrique ; ya se creyese que él había necesitado que le escribiesen una mala prosa ( siendo de una misma edad , y mejor reputado en los exámenes que el autor de la poesía ) , ya se supiese que había escrito un discurso tan malo , retóricamente considerado , sin mirar que de todos modos ganaba él poco en su reputación como profesor . Los alumnos ; empero , le sacaron del apuro , pues todos los mayorcitos sabían que Conrado había escrito la poesía que con general aplauso acababa de leer , y se apresuraron a publicarlo , repitiéndose con esto los plácemes a los padres y al hijo , y las muestras de aprobación , sin que nadie se acordase ya del presuntuoso Enrique . Retirose éste de pésimo talante y los padres se apresuraron a consolarle , asegurándole que no volvería al tal colegio . Quien menos parte tomó en el disgusto del muchacho fue su hermana , que vana y egoísta como él , no se afligía por los males de otro , antes bien celebraba tener una ocasión de humillarle ; y pasados los primeros días de profunda pena para él y sus padres , solía la niña echarlo a broma y burlarse del fiasco de Enrique , pero bien pronto le llegó su vez , que nunca deja Dios sin castigo a los malos hermanos . Preparábase una velada literaria y musical en el colegio de Laura ; ésta , que estaba muy adelantada en el piano , debía tocar un trozo de música clásica que ejecutaba con admirable limpieza , y aguardaba con ansia el suspirado instante en que debía lucir su habilidad , sus gracias y su elegante vestido . El uniforme de gala del colegio era blanco con adornos rosa , pero el género y la confección se dejaban a la elección de las familias . El que había de estrenar Laura era de Faya con adornos color de rosa del mismo género y volantes de encaje blanco . La víspera del día señalado ya estaba el rico vestido , las botitas de raso y todo lo demás dispuesto ; mas , ¡ oh , dolor ! , aquella noche la niña empezó a sentir un dolorcillo en la punta de la nariz y al día siguiente se levantó con un grano enorme en aquel preferente sitio , con toda la nariz hinchada y encarnada , y su hermoso rostro notablemente desfigurado . La pobre Laura lloraba amargamente , con lo cual , lejos de aminorar el mal , aumentaba ; mandose recado al colegio para ver si la Directora consentía en suspender la función ; pero ésta contestó que era imposible , habiéndose ya circulado las esquelas de invitación . Los padres de Laura le aconsejaron que no fuese , mas su vanidad por una parte la impelía a seguir este consejo , para que nadie viera su formidable nariz , y por otra la persuadía a que se presentase en el colegio a lucir su elegante traje y su ejecución en el piano , con tanto mayor motivo cuanto en el acto de confundir a sus compañeras con su maestría en el instrumento , se hallaría de espaldas al público . Estas razones de alta conveniencia presuntuosa acabaron de convencer a la pianista . Llamose al médico y éste opinó que no había inconveniente en que Laura saliese de casa , pues aquello no era más que un divieso , al cual habría necesidad de aplicar después alguna emoliente . Llovía , y cuando nuestra heroína subió a un magnífico carruaje , acompañada de sus padres y hermano , casi no sentía la tirantez de su rostro , cuya hinchazón iba en aumento , y se olvidaba del mal efecto que le había producido el mirarse al espejo ; contemplando su elegantísima falda , sus preciosas botas de raso blanco , y más que todo , pensando que las alumnas externas como ella que fuesen a pie , se presentarían con el calzado deslucido y el vestido salpicado . Embebida se hallaba en estas reflexiones cuando llegó el carruaje al colegio ; la niña quiso saltar la primera , en cuanto el criado abrió la portezuela , pero sus altísimos tacones fueron causa de que al apoyarse en el estribo se le torciera un pie , y como no había aceptado la mano que le ofrecía el auriga , dio con su cuerpo en el enlodado patio ; manchando lastimosamente el blanco traje . ¡ Nuevo conflicto que superaba en magnitud a la inflamación de las narices ! La familia se alarmó al pronto , pero al ver que la niña no había sufrido daño alguno , se tranquilizó , y aun cuenta la crónica que el malicioso Enrique se rió disimuladamente del batacazo . Afligida y confusa se presentó Laura a la Directora , firmemente resuelta a regresar a su casa sin tomar parte en la función de aquella noche , pero la buena señora le rogó que se quedase para no privar a los convidados del placer de oír la anunciada pieza , tocada con tanta maestría . La niña insistía , diciendo que le era imposible presentarse con el vestido lleno de lodo ; pero su maestra , deseosa de hallar un remedio para evitar aquella retirada , llamó a su sobrina Concha , niña de la misma estatura y formas que Laura , y rogó a ésta aceptase el modesto traje de piqué que Concha acaba de estrenar , a lo cual se prestó dócilmente la dueña del traje , resignándose a permanecer en su cuarto durante la función ; y no accedió sino después de muchas instancias y hasta súplicas de sus padres y maestras , después de haber opuesto una tenaz resistencia , la orgullosa hija de Cifuentes . Retirose a su habitación la amable sobrina de la Directora , y volvió , vistiendo su traje usado y trayendo el que acababa de estrenar , que ayudó a poner a Laura , a la cual sentaba todo lo bien que podía esperarse , no habiéndose hecho para ella ; pero en honor de la verdad debemos decir que distaba mucho del elegante corte y la precisión que las exigencias de la madre y la hija obtenían siempre de las mejores modistas de la capital . La fiesta había empezado y era llegada la hora de sentarse Laura delante del piano . Los concurrentes tenían noticia de su habilidad , algunos la habían oído ya otras veces , y era esperada con impaciencia . Otra niña de su misma edad fue a buscarla y a rogarle saliera presto . No de muy buena gana accedió Laura a la invitación , y se presentó en el salón apoyada en el brazo de su compañera ; mas he aquí que junto a la puerta que comunicaba con las habitaciones había un grupo de jóvenes hermanos o amigos de otras alumnas , que , al pasar ellas , entablaron el siguiente diálogo en voz baja , pero no tanto que no fuesen oídos por la interesada : - Ésa es la pianista . - ¿ Cuál de ellas ? - La más alta . - La más fea , querrás decir , porque tiene una nariz horrible . - Y será pobre , porque lleva ese vestido tan ... Laura no oyó más , giró rápidamente sobre sus talones y como una gacela asustada corrió a refugiarse al gabinete de la Directora , presa de la más violenta agitación . Allí lloró , pateó , hizo cuanto pudo por rasgar el vestido de la pobre Concha , que a ser de un género más ligero no hubiera salido incólume de sus crispadas manos , todo lo que presenciaba atónita la compañera , hasta que entraron los padres y la Directora alarmados por su desaparición . Entonces fueron infructuosas las súplicas y las ofertas , Laura se negó absolutamente a volver al salón , y enferma de ira , con el semblante inflamado , subió al coche con su familia , llevando su vestido prestado y regresó a su casa metiéndose en cama inmediatamente . Tres días permaneció en el lecho , y cuando se levantó con la nariz en su estado normal , Enrique le dijo con sorna : - ¿ No te alegrabas del fiasco que hizo mi discurso ? Pues a cada puerco le llega su San Martín » . - ¿ Está acabado el cuento ? - dijo Sofía . - Sí ; ¿ qué les ha parecido a ustedes ? - Me parece que , si bien Laura era muy reprensible por su loca vanidad , no era ciertamente su hermano , que abundaba en el propio defecto , quien tenía derecho a echárselo en cara , y que de ningún modo debía alegrarse del disgusto de la niña , por más que lo tuviese merecido , y su contento probaba en él mal corazón . - Sin embargo , amiga mía - dijo a su vez Prudencio - , no debe extrañarnos la conducta de Enrique , y hasta era natural que hiciese lo que hizo , porque los niños presuntuosos son egoístas , y pagados , como están , de sí mismos , desconocen los sentimientos de ternura , compasión y generosidad . - Eso mismo nos dijo la señora Directora , añadiendo que huyésemos de esta pasión , porque los que están dominados por ella , ni son buenos hijos ni cariñosos hermanos , ni leales amigos . - Buena memoria tienes - observó el padre - , y si como grabas en ella los cuentos , consigues fijar con igual precisión las nociones de las ciencias , no dudo que serán fructíferas las lecciones de tus profesores . - Eso es más difícil - dijo con ingenuidad Flora - , pues cuando nos dan una explicación , y también en los libros que estudiamos ( porque ya empiezo a estudiar ) hay cosas que cuestan mucho de entender y no nos gustan tanto como los cuentos . A la caída de una hermosa tarde de otoño , Flora se hallaba en una campiña a la que había salido en unión de su buen padre a disfrutar de la vista de la naturaleza , aprovechando la circunstancia de no haber clase en su colegio . Extasiábase contemplando la serenidad del cielo , la exuberante vegetación del campo , las silvestres flores que todavía esmaltaban el verde césped , y exclamó : - ¡ Papá ! ¡ Cuán magnífico es todo esto ! ¡ Cuánta es la sabiduría de Dios , que ha hecho este mundo tan admirable ! - Y muchos otros mundos , hija mía . - ¿ Sí ? , eso es lo que no sabía yo . - ¡ Tantas cosas hay que no sabes ! - Por eso deseo aprender mucho . Ahora ya empieza a gustarme el estudio . ¿ Cómo se llama el arte que enseña eso de los mundos que Dios ha creado ? - Es una ciencia , y se llama Geografía . - Qué diferencia hay de un arte a una ciencia . - No sé si acertaré a explicártelo de un modo bastante claro para tu naciente inteligencia . - Pruébelo usted . - Las ciencias obedecen a principios fijos , inalterables y que ningún profesor que se dedique a enseñarlas puede modificar , diferenciándose solamente en explicarlas con mayor o menor extensión . Las artes , como invención del hombre , cada uno las practica y las enseña a su manera ; de modo que de un mismo arte se escriben infinidad de tratados que todos tienen por objeto dar reglas para su conocimiento y ejecución . Por ejemplo , la Aritmética es una ciencia y la Gramática es un arte ; por eso no habrá autor que ponga en duda que tres y dos son cinco , o que el tercio de seis es dos ; al paso que en Gramática , arte utilísimo , pero al fin mera invención humana , habría quien te enseñe que tal palabra es artículo , mientras otro sostiene que es adjetivo . - Creo que lo entiendo un poco . Hablemos de los mundos , y dígame usted dónde están . - ¿ Ves esa estrella brillante que asoma en el horizonte , bañado todavía con los últimos resplandores del Sol ? - Sí , papá , mientras usted hablaba el Sol se iba escondiendo deprisa , deprisa detrás de aquella montaña , y esa estrella , que al principio casi no se veía , ha ido adquiriendo esa luz tan brillante y hermosa . Dentro de un rato habrá muchas más estrellas , eso ya lo sé de todas las noches . - Pues bien ; cuando aprendas Geografía sabrás que cada una de esas estrellas es un mundo como el de nosotros habitamos , y la mayor parte mucho mayores . Comprenderás también que el Sol no se ha escondido , que somos nosotros los que hemos cambiado de dirección respecto a él . - ¿ Nosotros ? ¡ Si no nos hemos movido ! - Tú y yo no . Por cierto , que ya empieza a ser hora de que nos movamos , pues han dado las seis y a las siete he de recibir algunos de mis clientes . - Cuando usted guste papá . ¡ Estábamos tan bien aquí sentados ! Pero dígame , ¿ quién se ha movido ? - El mundo , que en su incesante rotación presenta una parte al Sol que le ilumina con sus rayos , y entonces es de día para los habitantes de aquella parte del globo y de noche para los que se hallan en el opuesto hemisferio . Ahora amanece para ellos y mañana , cuando se haga de día para nosotros , anochecerá para nuestras antípodas , que así se llaman . - ¿ Qué forma tiene , pues , el mundo que habitamos ? - Es redondo , semejante a una naranja o a una bola de billar , y un poco aplanado en los dos extremos que se llaman polos . Figúrate una naranja atravesada por un palito , y girando sobre él constante y periódicamente , y tendrás una idea del movimiento de la tierra llamado « de rotación » ; en el cual emplea veinticuatro horas , por cuya causa , durante este tiempo , vemos salir el Sol , elevarse en el horizonte , declinar después , y , por último , ocultarse a nuestra vista . - Y , ¿ todas esas estrellas son también mundos que dan vueltas como el nuestro ? - Unas tienen luz propia y son soles como el que ilumina nuestro globo ; otras , en número mucho menor que las primeras , reflejan la luz del Sol . Estas últimas , llamadas planetas , describen un círculo o bien una figura de forma ovalada , que se llama elipse , alrededor del Sol ; que es lo que hace el planeta que habitamos , pues has de saber que , además del movimiento que te he explicado , tiene ese otro llamado de traslación , en el cual emplea 365 días 6 horas . - ¡ Qué cosa tan admirable ! - La inmensa sabiduría del Altísimo dotó al Sol de una fuerza llamada de atracción por medio de la cual llama así a todos los planetas que dan vueltas a su rededor , los cuales se precipitarían sobre él si no hubiese otra fuerza opuesta a la primera que se lo impidiera . Esta fuerza se llama centrífuga , y se produce siempre que un cuerpo gira alrededor de otro . La fuerza centrífuga puedes observarla si atas un plomo o una piedra al extremo de un cordón y le das vuelta con rapidez . Notarás inmediatamente que el cordón se pone tirante y que la piedra tiende a alejarse de tu mano , lo cual se lo impide la resistencia del cordón . Suéltale y verás cómo la piedra se aleja muy velozmente , obedeciendo a su fuerza centrífuga que ya no está contrarrestada por el hilo . Lo mismo se verifica en el movimiento de cada planeta al rededor del Sol . Sin la atracción de dicho astro se alejarían los planetas siguiendo únicamente la fuerza centrífuga y sin ésta caerían en la superficie del Sol ; pero existen las dos a la vez y el equilibrio se verifica . Todos los cuerpos celestes se atraen entre sí en virtud de ciertas leyes que constituyen lo que se llama gravitación universal , de que la gravedad es tan sólo un caso particular . - Pero , ¿ qué es la gravedad ? - La causa que obliga a caer a todos los cuerpos que están abandonados a sí mismos . Prueba a ejecutar lo que te he dicho anteriormente , suelta el cordón , y el plomo caerá al suelo . - Es claro , nada se tiene en el aire . - Pues eso es la gravedad . La Tierra este dotada de una fuerza de atracción que tiende a llamar hacia su centro a cuanto se sostiene en su superficie , como el Sol atraería a los cuerpos celestes , si no fuese la otra fuerza de que te he hablado . - Sí , la centrífuga , ya me acuerdo . Pero , papá , algunas veces tiro yo una pluma y no cae al suelo como caería una piedra , sino que vuela ... - Volará hasta que caiga también . Al caer un cuerpo , el aire le opone cierta resistencia , la cual es vencida con más facilidad por la piedra que por la pluma , a causa de ser el peso de aquélla mucho mayor que el de ésta . - ¿ Con qué la Tierra lo atrae todo hacia sí ? He ahí explicada otra cosa que no entendía . - ¿ Qué cosa ? - Cuando ha dicho usted que la Tierra daba vueltas incesantemente sobre su eje , pensaba yo que debíamos caernos , o al menos quedar con la cabeza abajo y los pies arriba . - Las palabras « abajo » y « arriba » no tienen significación cuando se trata del espacio ; puesto que lo que llamamos « abajo » es siempre el punto más cercano a la tierra , y arriba el más lejano . Así , tenga ésta la posición que quiera respecto al Sol , todos estamos adheridos a ella , y alrededor nuestro , y sobre nuestras cabezas , esa masa de aire y vapores azul y transparente , que se llama atmósfera y a que vulgarmente llamamos « cielo » . - ¿ Pero eso no es un toldo abovedado ? - No , hija mía , la bóveda celeste no existe más que en la mente de los poetas y de los ignorantes . - Pues yo la veo bajar hasta unirse con las montañas . - Sin embargo , en realidad no es que baja , sino que nuestra vista no alcanza más , y la línea donde nos parece juntarse la bóveda celeste con la tierra o el mar se llama horizonte sensible , pues el horizonte racional es otra cosa que en su día te explicaré . - Mire usted papá , ¡ qué hermosa Luna ! , ¡ qué brillantes estrellas ! Me ha dicho usted que las estrellas eran otros tantos soles ; y la Luna , ¿ qué es ? - Te he dicho , en efecto , que los cuerpos celestes unos son luminosos como el Sol , y otros opacos como la Tierra y la Luna . - ¿ La Luna no es luminosa ? - No , ciertamente , y esa luz , que comparada con la del Sol es pálida y macilenta , no es más que el reflejo de los rayos que aquel astro le envía , como los refleja un cristal o el agua de un río ; por eso la vemos unas veces redonda y otras no , según nos presente todo su disco iluminado por el Sol o únicamente una parte . - Y esto ¿ en qué consiste ? - En que ella da vuelta al rededor de la Tierra , como ésta alrededor del Sol . Otro día te explicaré su movimiento , porque hoy ya es tarde y llegamos a casa . - Una sola pregunta mientras subimos la escalera . - Sea . - ¿ Es tan grande la Luna como el Sol ? - No , hija mía : el Sol es más de un millón de veces mayor que nuestro globo ; al paso que la Luna es menor que la Tierra . - Pues no se nota esta grandísima diferencia . - Eso consiste en que el primero está a una inmensa distancia ; y la segunda , relativamente cercana . El Sol dista de la Tierra unos 150 millones de kilómetros , o sea , el espacio que recorrería una bala de cañón con su gran velocidad durante seis años . - ¡ Ay ! , mamá mía , ¡ qué cosas me ha dicho papá tan admirables ! - decía Flora corriendo a abrazar a Sofía - Ahora voy comprendiendo algo de la sabiduría de Dios . - Pues cuanto más la comprendas , más amor , respeto y admiración te inspirará el ser Supremo - dijo Prudencio besando a la niña ; y tornando una luz que la criada le presentaba , se dirigió a su gabinete , sintiendo separarse de su querida alumna . - Papá - decía muy alegre la pequeña Flora un jueves por la tarde - ¿ sabe usted que ya empiezo a estudiar la Historia de España ? - Me alegro - contestó éste - , porque es muy útil el conocimiento de la Historia , y particularmente el de la del país en que hemos visto la luz primera , puesto que ella es la relación de los sucesos que han tenido lugar sobre el suelo que pisamos , de los hechos de nuestros antepasados , de las causas que han producido los efectos que estamos presenciando . - He aprendido algunas lecciones cortitas ; pero el principio , aunque lo sé de memoria , no lo entiendo . - A ver qué es lo que no entiendes . Y Flora , que empezaba a tomar gusto a la labor , se puso a dobladillar un pañuelo al lado de su madre abuela , que trabajaban también y la escuchaban extasiadas , y se explicó en los términos siguientes : - España está situada en la parte occidental de Europa , entre los 36 y 45 grados de latitud norte , y entre los 9 y 22 de longitud oriental , contando desde la isla de Hierro en Canarias . De todo esto no entiendo una palabra . - El autor de ese tratado - dijo don Prudencio - , supone que los niños que lo estudian tienen algunas nociones de Geografía ; pero ya que tú careces de ellas , voy a explicarte el significado de esas palabras ; y para que las comprendas mejor , deja esa labor y sígueme a mi gabinete . Hoy el día está frío y nublado y en vez de salir a paseo , nos distraeremos de un modo agradable sin salir de casa . Flora dobló su pañuelo y siguió saltando a don Prudencio . - He aquí - le dijo - , mostrándole un globo terráqueo , la Tierra en miniatura , pero con sus más exactas proporciones . Estos puntos extremos son los polos , llamados el uno ártico o del Norte , y el otro antártico o del Sur . Equidistante de uno y otro polo se halla una línea llamada Ecuador . - Ya la veo - dijo alegremente la niña . - Los conocimientos humanos , querida mía , están de tal manera enlazados entre sí que ; para comprender bien una ciencia ; es menester adquirir alguna noción de otras con ella relacionadas . La Geometría , que es la ciencia que nos enseña a medir los cuerpos , divide todo círculo , o figura redonda ( para que lo entiendas mejor ) en 360 grados . Imaginemos una línea que partiendo de un punto cualquiera , pasando por uno y otro polo y cortando dos veces el Ecuador , vuelva al mismo sitio de donde ha salido ; esto es lo que se llama meridiano . - También veo los meridianos . - Bien está . Sobre el meridiano , que como comprenderás es convencional , se marcan los grados de latitud siendo de advertir que no puede pasar de 90 la de un pueblo , pues el círculo entero comprende , como he dicho , 360 ; corresponden a cada hemisferio 180 , y como los grados se cuentan desde el Ecuador al polo inmediato , se dice que un punto cualquiera está a tantos grados de latitud norte o sur , según esté más próxima a uno u otro polo . - Ya sé lo que es latitud . ¿ Y la longitud ? - Longitud es la distancia de un punto al meridiano ; puede ser oriental u occidental y se advierte si es del meridiano de Madrid , París , etc . Tú me has dicho de la isla de Hierro . - Ya lo entiendo . Continúo , pues . Historia es la relación de los sucesos pasados . La Historia puede ser Sagrada y profana : la primera es la que trata exclusiva o muy particularmente del pueblo de Israel ; y la segunda la de los demás pueblos . Divídese ésta en Universal , General , Particular , Crónicas , Anales y Biografías . Historia Universal es la de todas las naciones ; General , la de una nación ; Particular , la de una provincia ; Crónica , la detallada relación del reinado de un príncipe ; Anales , esta misma relación clasificada por años ; y , Biografía , la historia de una persona pública o privada . - La historia que empiezo a aprender es la General de España , país cuya situación ya he indicado . Si le parece a usted papá mío , volveremos a la salita ; allí coseré y disfrutaremos de la compañía de mamá y abuela . Flora salió en compañía de Prudencio , se sentó , volvió a tomar su pañuelo y mirando a las señoras dijo : - Ya sé lo que es latitud y longitud . - La Historia de España - continuó - , suele dividirse en nueve períodos , a saber : Tiempos fabulosos o heroicos , dominación de los fenicios , dominación de los cartagineses , dominación de los romanos , España goda , invasión de los árabes , reconquista , casa de Austria y casa de Borbón . Período primitivo Como en los tiempos primitivos los hombres no sabían escribir , y únicamente por la tradición se saben los sucesos que en aquella época tuvieron lugar , he aquí el nombre de fabulosos o heroicos porque la verdad se confunde con la fábula . Lo único que de aquella remota y oscura época se refiere es que Túbal y su sobrino Tarsis , con sus respectivas familias , pasaron los Pirineos y se establecieron en esta hermosa y favorecida parte del globo 2200 años antes de J . C . Túbal con los suyos se situó al Norte y Occidente , Tarsis con sus gentes al Oriente y Mediodía . A los primeros se les llamó celtas ; a los segundos , iberos . Otros historiadores opinan que los celtas nada tienen que ver con los tubalitas ; pero sea de esto lo que quiera , lo que hay de cierto es que de la unión de estos dos grupos tomaron los pobladores de España el nombre de celtíberos , y eran los que la ocupaban cuando llegaron los fenicios . Periodo fenicio Eran los habitantes de la tierra de Canaán o de Promisión , llamada también Fenicia , hombres valientes e instruidos , a quienes se atribuye haber inventado la navegación , el alfabeto , la Aritmética , la Astronomía , haber sido los primeros que escribieron Historia y construyeron archivos , para guardar sus manuscritos y los que discurrieron el trasquilar , las ovejas , hilar su lama y fabricar ricas telas , como también el hacer vidrio . En el año 1600 antes de J . C . desembarcaron en las costas de Gibraltar algunos fenicios para cargar un bajel de estaño , metal de que entonces se hacía grandísimo aprecio , y regresaron a su país . En el año 1500 , esto es , un siglo después , vinieron gran número de fenicios , fundaron a Cádiz , después se extendieron por la costa oriental de Iberia llegando hasta los Pirineos , siempre con beneplácito de los antiguos pobladores , que , mucho más ignorantes que ellos , no hubieran sabido explotar las abundantes minas de estaño , plata y ámbar que existían en nuestro favorecido suelo . Los fenicios dieron a la Iberia el nombre de Spania , derivado de span que significa « conejo » , ya fuese porque en el país en que desembarcaron encontraron muchos conejos , ya porque cual a uno de estos cuadrúpedos la hallaron escondida entre breñas y oculta por frondosa y abundante vegetación . Tras los fenicios vinieron los griegos de diferentes provincias . Era la Grecia entonces una nación poderosa , porque sus habitantes eran a la vez fuertes y sabios ; y no cabiendo en los límites de su territorio , buscaban tierras que conquistar y riquezas que explotar . Desde el año 900 hasta el 700 antes de J . C . , los griegos fundaron a Rosas , Sagunto , Ampurias y Denia , sin que los fenicios rechazasen a los nuevos pobladores , porque conocían que en esta privilegiada Península había frutos , metales y cuanto podían apetecer para saciar la codicia de unos y otros . - Buena memoria tienes , querida mía , dijo la anciana doña Ángela , que había estado escuchando sin pestañear la relación de su nieta . - En efecto - replicó la niña - , esto lo sé de memoria , porque me ha dicho la profesora que así como en otras asignaturas basta comprender las explicaciones sin retenerlas textualmente . La Historia conviene aprenderla al pie de la letra para retener los nombres y las fechas . Así terminó la conversación de aquella tarde , quedando el abogado y su familia altamente complacidos del precoz discernimiento que aquella niña manifestaba y de los rápidos progresos que hacía en los diferentes estudios a que la dedicaban . El culto piadoso Era un magnifico día de invierno , el sol brillaba con todo su esplendor , pero un viento frío y sutil recordaba al imprudente que salía de casa falto de abrigo que se acercaba enero con sus nevadas y escarchas . Tres días hacía que Flora se levantaba tarde y no iba a la escuela , a causa de un catarro ; y como llegase el domingo sin que se hubiese levantado la prohibición de salir de casa , llamó a la criada y le dijo que preguntara a su mamá si podría dejar el lecho algo más temprano y vestirse para ir a Misa . El padre fue quien entró en la alcoba pocos minutos después , la niña le tendió los bracitos , le besó . Prudencio , después de corresponder a las caricias de su hija , le habló en estos términos : - Ayer el médico , que vino a ver a tu abuela , la cual sabes que padece un reúma agudo , dijo que si no cesaba la tos que te molesta , te hiciésemos guardar cama uno o dos días y permanecer regularmente abrigada ; no con excesivo abrigo que te pese y te sofoque , pero que con esto y con algún cocimiento de té , tila o flor de malvas procuremos que sudes ; con lo cual desaparecerá esa indisposición ; y como has tosido toda la noche , hemos resuelto que no te levantes . - Como quiera usted , papá - contestó la niña - , pero siento muchísimo no poder ir a Misa y a paseo . - Otro día será ; ahora te dejo , pues voy a prepararme para salir . - Atienda , usted , papá , ¿ no podré tomar más que té o tila ? - Como no tienes calentura , haré que te sirvan un ligero desayuno ; y a mediodía comerás también una sopa , paro cada tres horas te traerán uno de los cocimientos que he dicho , el que tú prefieras , a fin de promover el sudor . Sucesivamente entraron a visitar a la pequeña enferma y a despedirse para ir a Misa don Leandro y Sofía , uno y otro la acariciaron y le recomendaron la paciencia y la docilidad , no sin cuidar el cariñoso abuelo , antes de dejarla , de que tomase chocolate y un vaso de leche caliente . Por fin entró doña Ángela , y Flora le preguntó con tierna solicitud por su dolor reumático , añadiendo en tono de dulce reproche : - A usted que está más mala que yo , la dejan levantar y a mí no . - Eso consiste en que mi enfermedad crónica no desaparecerá con uno o dos días de cama , y la tuya es fácil que se cure con tan sencillo remedio , además de que yo sufro más en la cama que levantada . - Pero no irá usted a Misa , ¿ verdad ? - No , por cierto . - Mejor , así me hará compañía . - En efecto , aquí nos quedamos juntitas las dos inválidas . - Y dígame usted , abuelita : ¿ No ofendemos a Dios faltando al precepto de oír Misa ? - De ninguna manera . Le ofenderíamos , por el contrario , si tú , desobedeciendo a tus padres y yo desoyendo los consejos del facultativo , a quien he llamado para que me cure , y los de la higiene y el buen sentido , saliésemos de casa con inminente riesgo de agravar nuestras respectivas dolencias , y de convertirlas , de leves que son ahora , en peligrosas . - Ante el Mandamiento de la Iglesia de oír Misa , está el deber que Dios nos ha impuesto de conservar la salud - añadió doña Ángela . - También Dios nos manda santificar las fiestas - repuso la niña . - ¿ Quién te ha dicho que no podemos santificarla ? - Usted y yo , ¿ la festividad de hoy ? ... - Sí . - No veo cómo . - ¿ Qué manda el Catecismo que tú has aprendido ? - Emplear los días de fiesta en hacer algunas obras buenas y no trabajar . - ¿ Y eso no podemos hacerlo ? - La segunda parte sí , la primera no . Quiero decir , que en cuanto a trabajar no hay peligro ; pero buenas obras no puedo hacer estando en la cama . - Si tal : ante todo , supongo que habrás rezado tus oraciones como todas las mañanas ... - No , abuelita , no lo he hecho , la verdad le digo a usted . - ¿ Por qué no ? - Como papá me ha encargado que no me moviese de la cama ni me destapase , no me he atrevido a ponerme de rodillas . Todos los días , luego de vestirme , tomo agua bendita , me arrodillo delante de la imagen del Salvador , luego ante la de su Santa Madre , y rezo mis cortas oraciones con toda la devoción posible , lo mismo que al acostarme , pero hoy va ves que no puede ser . - ¡ Vaya si puedes ! Y la buena señora se levantó , mojó sus dedos en el agua bendita contenida en una pequeña pila de nácar que había junto a la cama de Flora , y la ofreció a ésta , diciendo : - Reza tus oraciones acostada . El Señor ha dicho : Mi yugo es suave y no tiránico ; y así se contenta con lo que podemos ofrecerle , según nuestras fuerzas y el estado de nuestra salud ; apreciando más que todo el deseo y la voluntad de complacerle , esto es , el culto interno que le ofrece un corazón tierno e inocente , o fervorosa y verdaderamente arrepentido . Luego salió a buscar su libro y también rezó y leyó , mientras su nietecita con las manos cruzadas debajo de la ropa oraba con profundo recogimiento . - Ya he concluido , abuelita - dijo algunos minutos después . - Pues bien , ya has hecho una buena obra - contestó la anciana cerrando el libro . - No sabía yo que se podían hacer obras buenas estando en la cama . - El acto mismo de aceptar con paciencia la indisposición que Dios te ha enviado , y las privaciones y molestias que son su consecuencia es meritorio a los ojos de Dios ; así como vería con enojo que te obstinases en levantarte , comer de todo , fugar y salir al aire ; en cuyo caso tus superiores nos veríamos obligados a imponerte por fuerza la quietud , el recogimiento y la dieta , cosas que tendrías que sufrir sin que hubiese mérito alguno de tu parte . - No puedo dar limosna ... - ¿ Cómo no ? - No , porque cuando voy con ustedes a Misa , o con papá y mamá , suelen darme algunas monedas , y yo se las reparto gustosa a los pobrecitos que encontramos por el camino , los cuales me colman de bendiciones . - Y , sin embargo , tú en realidad no das limosna . - Es verdad , porque el dinero es de ustedes . - Hoy puedes darla verdaderamente , sin moverte de la cama . - ¿ Sí ? - Es claro . ¿ No tienes algún dinero ? - Sí , abuelita , tengo unos ocho reales en un portamonedas en el cajón de esa mesita . - ¿ Cuánto quieres dar ? - Daré , aunque sea media peseta . - Con un real basta ; repara que es una octava parte de tu fortuna . - Ya no se dice la octava parte . - Pues ¿ cómo se dice ? - Ciento veinticinco milésimos o sea el 12 y ½ por ciento . La señora llamó a la sirvienta y le mandó tomar la cantidad citada del sitio que la niña había indicado . - ¿ Ha de salir usted de casa ? - le preguntó . - Sí , señora , he de ir a buscar sopa y postres . - Pues en ese caso - dijo Flora - , dele usted ese real al ciego que se pone todos los días en la esquina de esta calle . - Lo haré de muy buena gana . - ¿ Ves ? Ya has hecho tres obras buenas . - Veo que se puede ser muy bueno sin poner los pies en una iglesia . - Cuando no se puede ir . - Es que una niña nos contaba el otro día que su padre y sus hermanos eran muy virtuosos y muy caritativos , pero que no iban nunca a la iglesia . - ¿ Y se enteró de eso la Directora ? - La Directora no , pero la inspectora de orden , a quien fuimos a dar parte , reprendió a la alumna , diciendo que ella no se creía competente para juzgar los actos de aquellos señores , que Dios en su día les pediría cuenta ; pero que la alumna hacía muy mal en referir lo que los suyos hacían o dejaban de hacer , mayormente siendo cosa tan diferente de lo que en el colegio se nos enseña , y que si reincidía , daría conocimiento a la Directora . - Esa joven obró de un modo muy prudente , y si la niña reincide y le aplican un severo castigo , no tendrá de qué quejarse . El no ir a Misa ni frecuentar los Sacramentos sistemáticamente y haciendo gala de ello , como regularmente hará la familia de tu condiscípula , es un grave escándalo . Dios tiene derecho a que le adoremos , no sólo interior sino exterior y ostensiblemente , pues siendo Señor absoluto de la creación , debiéndole nuestras potencias , nuestros sentidos y todo nuestro ser , como también cuantos bienes disfrutamos ; nada hay más justo y razonable que el ofrecerle pública y solemnemente el testimonio de nuestra fe , de nuestra gratitud y nuestro respeto . Los primeros hombres ofrecían sacrificios al Señor , como habrás leído en la Historia Sagrada , hoy día no hay pueblo que no tenga su religión y su culto , pues todos los humanos , por salvajes e ignorantes que sean , creen en una divinidad , esto es , en un ser superior al hombre , y a su manera le adoran y reverencian . Nosotros somos cristianos católicos , Jesucristo mismo enseñó a sus discípulos la Doctrina Santa que profesamos , la Iglesia que Él instituyó y que goza de su apoyo y asistencia , recibiendo sus inspiraciones , tiene leyes que debemos cumplir ; y el que las conculca , y niega a Dios el culto debido , es un impío . El que , por el contrario , abandona las obligaciones que su cargo o profesión le impone , y pasa larguísimas horas en la iglesia donde nada tiene que hacer después de cumplir los deberes religiosos , es un holgazán o un fanático , y si lo hace por engañar a las gentes con una falsa devoción , es un hipócrita . - Decía , usted abuelita , que era obligación muy sagrada el conservar la salud y el procurar recobrarla cuando la hemos perdido , porque ante todo debemos cuidar de no comprometer nuestra existencia . Creo que ha dicho usted eso . - En efecto . - Pues siendo así , ¿ cómo nos citan por modelo personas de uno y otro sexo que han expuesto su vida y la han sacrificado , si es necesario ? El Antiguo y el Nuevo Testamento están llenos de ejemplos de esta índole , y en la Historia profana no faltan héroes a quienes se prodigan elogios por haber despreciado el peligro . - Pero esos Santos y esos héroes le han arrostrado , y acaso han sucumbido en él , o han sacrificado su existencia por causas sagradas y con motivos poderosos . El joven Daniel y sus compañeros , que por no desobedecer la Ley divina , se exponen a una muerte horrible ; los mártires que predicando la Doctrina de Jesucristo , la han sellado con su sangre ; el misionero , que por llevar esta misma Doctrina a las tribus salvajes de América y Asia , sufre toda clase de penalidades y a veces un glorioso martirio ; el militar que sucumbe defendiendo su patria , su religión y sus leyes ; la hermana de la Caridad que corre al campo de batalla para prestar auxilios a los heridos en medio del fragor de la pe lea ; el médico , el sacerdote o la persona caritativa que , en vez de abandonar una ciudad apestada , se quedan para asistir a los enfermos son héroes dignos de admiración y respeto ; pero el que desafía el rigor de la temperatura , el que compromete su salud comiendo o bebiendo sin tasa o se expone a otros peligros sin necesidad y sin provecho , es un temerario . Aquí llegaban de su interesante conversación , cuando la llegada del resto de la familia vino a darle distinto giro . Flora reflexionó mucho acerca de los consejos de su abuela , y desde aquel día empezó a comprender los deberes que nos impone la religión que profesamos , y cómo hemos de dar culto a Dios ; en lo cual no había pensado si no vagamente . Las sucesivas conversaciones que tuvo con sus padres y maestros , y la lectura de buenos libros acabaron de persuadirla de que el culto interno sin actos exteriores de humildad , respeto y devoción es insuficiente para lo que Dios merece , e ineficaz porque no tiene el mérito del buen ejemplo ; y que el culto externo sin la piedad interior sería una ridícula farsa y una despreciable hipocresía . En cuanto a la indisposición de nuestra amiguita , debemos decir a nuestras tiernas lectoras , para su tranquilidad , que fue breve y ligera , gracias a la docilidad con que observó los preceptos del médico y las órdenes de su padre . Si vierais , queridas lectoras , con cuánta solicitud está preparando la linda Flora su vestido de piqué blanco , adornado de azul , cómo arregla los lazos que deben adornar sus rubias trenzas , se lava la cara , se cepilla las botitas e insta para que vengan pronto a peinarla , comprenderíais que se trata de alguna desusada fiesta . En efecto , Prudencio , Sofía y Flora deben ir al teatro donde por una buena compañía se había de representar uno de esos dramas en que la moralidad y belleza del argumento están realzadas por un lenguaje correcto y una elegante y sonora versificación . La severidad de principios de nuestro abogado , juntamente con su gusto artístico , le hacían escoger esta clase de espectáculos , para que los presenciase su hija , y esto sólo raras veces y como premio a su aplicación y buen comportamiento . - Vamos , María , ¿ ha concluido usted de comer ? , pues ayúdeme a poner las botas ... ¿ Qué es eso ? , ¿ han llamado ? La antigua niñera , que había quedado en la casa de camarera o doncella de labor , que ambos nombres se da a las criadas que no están encargadas de la cocina , salió del gabinete de Flora , pero volvió a entrar al momento diciendo : - Ya Teresa había ido a abrir . - ¿ Quién es ? , ¿ algún importuno que nos impedirá ir al teatro ? - Un ordenanza de telégrafos que trae un pliego . - A ver lo que será . Entre tanto ya estaré calzada . Pocos momentos después entró Sofía , diciendo : - Hija mía , no te vistas , porque ya no vamos al teatro . - Pues , ¿ qué ha ocurrido , mamá ? , ¿ hay alguna novedad ?